Por: Antonio Tamayo Neyra
Los acontecimientos que se han venido desarrollando por la ya muy mencionada crisis, parecen indicar que sin ser señalado de manera expresa por alguien, se está conformando una nueva forma de operar de empresas y gobiernos, en donde la ética y la responsabilidad social adquieren mayor relevancia.
Dentro de lo mucho que se habla de la crisis en cuanto sus efectos presentes y los posibles en el futuro en los aspectos económico-financieros, se ha venido gestando también una mayor conciencia en cuanto a: ¿Cómo fue posible que se gestara un problema de estas dimensiones y que tendrá severas repercusiones al menos en el mediano plazo?
Y como causas principales se mencionan con mayor insistencia la codicia y el dejar al mercado (entelequia creada por el ser humano), como los artífices de la situación actual.
El despersonalizar al mercado de la acción humana como si fuera un ente ajeno al mismo, y pensar en la codicia sin mencionarla como tal, se convirtieron en los paradigmas claves para la mejora de toda la sociedad; pero como se ha estado viendo en los pasados cuatro años, esto no ha sido así.
Y si bien algunos quieren resolver el problema pensando en que todo quede como estaba antes, muchos más piensan realmente en modificar este modelo de pensamiento.
Estos muchos son tanto los movimientos sociales de protesta que se han creado tanto en España, Estados Unidos y en otras partes del mundo, como lo mencionado por diversos analistas que reclaman a políticos y también a las grandes instituciones financieras y empresariales, un cambio drástico en su forma de operar.
En pocas palabras, tal vez se podría resumir que los llamados “Indignados” por decirlo en términos generales, no quieren una vuelta al pasado como si nada hubiera ocurrido, que lo sucedido no fue un hecho aislado, sino más bien un gran efecto de las causas antes mencionadas.
Y si bien es cierto que este clamor es general con distintas intensidades en todo el mundo, marcan sin quererlo, un antes y después de la crisis actual.
Por un lado, la crisis financiera actualmente en Europa ha llegado a tal grado, que se tienen que repensar en forma seria y profunda la forma de operar hasta ahora, y modificar las reglas del juego de manera drástica; en otras palabras, no hay un vuelta atrás.
Estados Unidos por su lado, requiere de modificar su modelo para terminar con problemas financieros y sociales como su todavía elevado desempleo.
Y en las distintas formas que se plantean para resolver el problema se marca como un requisito clave restaurar la confianza, y para poderla restaurar al margen de cualquier nueva regla o disposición, se necesita la ética y con ella la responsabilidad social.
De nada servirán nuevas leyes o instituciones si junto con ellas no se modifican también los modelos de pensamiento individualista y de codicia, que menosprecian o relegan la responsabilidad social.
Tal vez pueda sonar romántico para algunos lo dicho previamente, pero los políticos hablan reiteradamente de recobrar la confianza, y esta no volverá hasta que se modifiquen las reglas del juego.
Es posible entonces, que nos encontremos en el umbral de una nueva era, la cual como ha sido en otros momentos de la historia, su avance sea lento y poco visible por las mayorías, recordemos por ejemplo la Revolución Industrial que comenzara en el siglo XVIII y siguió al menos durante la siguiente centuria, y muy pocos fueron los que se percataron en su momento de lo que estaba pasando.
Un fenómeno similar seguramente ahora se está viviendo, y la crisis es precisamente por el agotamiento de un modelo que no ha servido plenamente, y que está siendo el origen o nacimiento de una nueva época.
Una nueva época en donde la ética y la responsabilidad social serán los marcos de referencia para las decisiones económico-financieras; y esto será ya sea por convencimiento propio, o principalmente porque esta sociedad del siglo XXI con los nuevos modelos de comunicación como las redes sociales y con una mayor educación, exige ya y exigirá en el futuro un modelo donde puedan desarrollarse y crecer en forma segura y sustentable.
Seguiremos platicando …
Blog: http://atamayon.blogspot.com
Antonio Rey Tamayo Neyra
Dedicado al periodismo de investigación desde 1987 especializado en temas socioeconómicos. Desde 1991 colabora en el periódico El Financiero como Coordinador Editorial y Redactor de Proyectos Especiales, además de colaborar en otros medios. Desde el 2002 involucrado en la Responsabilidad Social, escribiendo y realizando proyectos editoriales de este tema, y además documentando las actividades de las empresas (tipo caso)
También es profesor de posgrado e imparte capacitación en relacionales laborales.
Licenciado en Administración por el Instituto Tecnológico Autónomo de México; su preparación profesional posterior incluye un Diplomado en Responsabilidad Social en el Tecnológico de Monterrey, y un Curso del mismo tema en la Universidad Abierta de Cataluña. Actualmente estudia la Maestría en Sociedad de la Información y el Conocimiento en la Universidad Abierta de Cataluña.