Para lograr una mayor inclusión financiera, que ayude al desarrollo del bienestar de las personas, es necesario que las entidades financieras tomen en cuenta cuestiones de género, para diseñar productos específicos para hombres y mujeres, explicó Gonzalo Tapia Velasco, director de Atención al Sector de Ahorro y Crédito Popular y Cooperativo del Banco del Ahorro Nacional y Servicios Financieros (Bansefi).
El representante de la institución gubernamental refirió que datos de la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera 2012 muestran que las mujeres hacen un uso más amplio del ahorro informal que los hombres, o sea, ahorro que no se lleva a cabo a través de un intermediario financiero que cuente con los permisos gubernamentales.
Sin embargo —agregó Velasco—, las mujeres hacen uso de crédito formal de manera más amplia que los hombres.
Asimismo, indicó que el acceso y uso apropiado de los servicios formales contribuye a reducir la vulnerabilidad de los hogares de menores ingresos y a generar un marco dentro del cual se facilita el desarrollo local y regional, que favorece a la economía.
El representante de Bansefi detalló que la educación financiera, como un instrumento de la inclusión, contribuye a desarrollar capacidades de la administración de los recursos, de planeación financiera y de la toma de decisiones económicas, facilitando el uso de las ofertas que hay en el mercado.
“En México, vamos por buen camino, pero necesitamos un esfuerzo mucho mayor para lograr una más amplia educación financiera en favor de la inclusión de la población marginada, para lograr que realmente nuestro país sea próspero”, manifestó Tapia Velasco durante la conferencia “Educación financiera al alcance de todos. Su dinero y su futuro”.
En la conferencia, impartida en el primer día de la Semana de Educación Financiera en la delegación Iztapalapa, el representante de Bansefi abordó principalmente el tema de la inclusión financiera en las comunidades más marginales.
El funcionario expuso que de los 2,456 municipios que hay en el país, 785 no cuentan con la presencia de instituciones formales financieras, lo que impide el desarrollo de estas comunidades, así como de sus pobladores.
Fuente: El Economista