“La verdadera generosidad
para con el futuro consiste
en entregarlo todo al presente”.
Albert Camus
A Mario García Martínez
In Memoriam
Por: Emilio Guerra Díaz
Es tradición de las ciencias sociales norteamericanas (donde se incluye también por supuesto a la economía), que por décadas se han dedicado al estudio de las generaciones, tanto para planificar como para caracterizar comportamientos sociológicos que más o menos obedecen a un patrón socio-cultural y que están sujetos a coyunturas sean históricas, económicas, políticas y más recientemente tecnológicas que definen, afectan o modifican su comportamiento.
Los estudios de las generaciones desde la sociología han resuelto que éstas pueden marcar tendencias, comportamientos, predominio de ciertas percepciones o expresiones culturales. Sin embargo, estos rasgos no pueden ser utilizados ni como etiquetas ni como características definitorias para todos los miembros de una misma generación, ni en distintos espacios y tiempos.
Así, por ejemplo, una de las generaciones a las que más se refieren hoy articulistas, analistas y sociólogos, son los millennials, aquellas personas nacidas entre 1980 y el año 2000. Entre sus características destaca el hecho de que están inmersos en una aceleradísima transformación de las Tecnologías de la Información y Comunicación que marcan su comportamiento social. Son personas que tienen hoy posibilidad de incidir en la toma de decisiones en distintos campos de la vida social.
En tan solo las 3 o casi 4 décadas donde les ha tocado desarrollarse, el mundo se ha modificado vertiginosamente en lo que acaba incluso por denominarse una gran 5ª revolución post industrial donde la ciencia es protagonista de inmensas transformaciones sociales que no obstante a los beneficios para la humanidad, en la distribución y acceso al beneficio del progreso contrastantes son los indicadores de bienestar: grandes concentraciones de riqueza para algunos y un volumen de miles de millones de seres humanos que apenas sobreviven.
En el ámbito del aprendizaje y la educación, por ejemplo, hoy se cuenta con un mayor acceso a la información, pero se carece de profundidad en el análisis. La comunicación es más visual y de breves mensajes. Pero en el mundo de millennials, ni todos son, ni todos están. La brecha digital persiste en grandes polos que significan la falta de acceso a las TIC, por lo que hasta cierto punto de vista decir que el comportamiento de una generación en torno a la filantropía y el voluntariado, por ejemplo, los millenials, es hablar de la percepción de una élite.
De acuerdo a Funds & Markets, quien citó recientemente el World Wealth Report 2016 publicado por Capgemini, “…el patrimonio total de los ultra ricos (high-net-worth individuals-HNWIs) en el mundo ascendía a 58.7 billones de dólares en 2015. La mayor parte de esa riqueza se encontraba en la región de Asia Pacífico, (con 17.4 billones de dólares) seguida de EEUU” que ocupa el segundo lugar con 16.6 billones de dólares.
En la acumulación de grandes fortunas, cuyo volumen total se generó mucho antes de la presencia de la generación millennials, hoy concurren análisis respecto a cómo se invertirán los fondos filantrópicos en el futuro, tanto de recursos de The Global Pledge, como los de las fundaciones tradicionales.
Pues el citado estudio señala que la mentalidad o propósitos generosos de los filántropos millennials tiene al menos estas cinco características:
1. Interés por el emprendimiento social
Los millennials creen que apoyar a los emprendedores y a las organizaciones con ánimo de lucro (frente al tradicional apoyo a organizaciones sin ánimo de lucro) es la opción más sostenible para conseguir sus ambiciones filantrópicas. Los sectores preferidos por los emprendedores sociales son las FinTechs, EdTechs, las energías renovables y la alimentación y agricultura.
2. Enfoque global
Los millennials son más globales en sus causas y en su alcance geográfico que los Baby Boomers. La generación más joven quiere replicar su éxito en distintos lugares, mientras que los Baby Boombers se centran en una sola región.
3. Deseo por el ahora (es decir urgencia por lo inmediato)
Los millennials no quieren esperar antes de devolver a la sociedad, quieren empezar a lograr cambios desde ya.
4. Uso diferente de las redes sociales
Los millennials utilizan los canales digitales de manera diferente a los Baby Boomers, no solo para promover sus causas, sino también para encontrar beneficiarios, donantes, talentos y para formarse.
5. Cultura colaborativa
Los millennials creen que pueden ser mucho más efectivos si están conectados con otros interesados por la filantropía a través de redes internacionales o locales de forma que puedan identificar oportunidades de cofinanciación y coinversión e intercambiar buenas prácticas.
¿Qué reflexiones resultan de estos datos?, ¿Son los millennials quiénes habrán de modificar la filantropía mundial?, ¿Crearán modelos que trasciendas en el tiempo y sean contraparte de la filantropía “tradicional” ?, ¿Serán capaces de innovar y establecer nuevas instituciones filantrópicas en dinámicas económicas distintas bajo presiones acumulativas de mayor envergadura?
Quizá una respuesta es que los instrumentos de inversión de fondos filantrópicos se estén diversificando peligrosamente (como lo mencionamos en otra colaboración: “Proveedores de ‘Fondos recomendados por donantes’, son cuestionados por The Economist”, publicado en Expoknews el 3 de abril pasado), algunos de los cuales pueden poner en riesgo fondos patrimoniales creados a través de décadas de una manera lenta y cautelosa.
Otro aspecto en el cual hay que ser sumamente cuidadosos es que los millennials observan un comportamiento profundamente individual que pretende verse recompensado con los créditos a su persona. El trabajo en equipo se orienta a conseguir los resultados, pero el sentido de trascendencia parece tener exclusividad más acentuada que en otras décadas.
Pero lo cierto es que también, visto del lado de las dinámicas y prácticas socio-culturales, de los avances de la ciencia y la tecnología de que caracterizan hoy la vida cotidiana millennial, la filantropía mundial ha venido evolucionando buscando crear desde la inversión social, alternativas de empleabilidad, emprendimiento y empresas sociales.
Se ha dado por achacar a los millennials que ellos demandan incluir en todo proyecto social indicadores y métricas para medir el retorno social, el medioambiental y el financiero de una inversión, sin embargo, esos requisitos ya habían sido marcados por miembros de la Generación X y de la Y, cuya influencia viene desde la década de los setenta del año pasado. Quizá lo novedoso es mover las acciones filantrópicas de la buena voluntad a la compasión al campo de un ciclo virtuoso de innovación para continuar generando mayores fondos de inversión.
En la visión generacional de los millennials hay un rasgo provechosamente útil: su deseo de preservar y aprovechar a la naturaleza de manera sustentable.
Desde el Consejo Directivo
Interesante labor que está realizando Un Kilo de Ayuda respecto a impulsar en nuevos gobiernos la observancia de los derechos de la infancia, dijo el Presidente del Directorio. Cuando fueron las elecciones en Oaxaca ya habían concertado con distintas organizaciones de la sociedad civil que trabajan en temas de infancia y ahora lo vuelven a hacer con las del Estado de México. El resultado es que los 5 candidatos de todos los 4 partidos políticos más y la independiente decidieron firmar el acuerdo.
La Secretaria de la asociación expresó una felicitación a Martha Herrera, Directora de Responsabilidad Social Corporativa pues fue votada por los miembros para encabezar los trabajos de RedEAmérica, organización continental que impulsa el desarrollo de base y reúne a importantes fundaciones empresariales que establecen alianzas con organizaciones de la sociedad civil para invertir en proyectos de desarrollo comunitario y local.
El Tesorero de la organización recordó a sus colegas de la asociación que la Universidad ORT será sede del IV Foro MéXXIco Libre de Corrupción donde el escritor Francisco Martín Moreno ofrecerá la conferencia: “La corrupción en la historia de México y ¿en el futuro?” el próximo 16 de mayo a las 19:00 horas.
El Director de la organización pidió a los integrantes del Consejo Directivo ponerse de pie y guardar un minuto de silencio en memoria de Mario García Martínez, hermano de Columba quien colabora en la Alianza Mexicana de Voluntariado y quien falleciera el viernes 5 de mayo.
Emilio Guerra Díaz
Emilio Guerra cuenta con amplia experiencia en la Gestión de la RSC, destacando su trabajo en el área de vinculación con la comunidad que potenciar la inversión social empresarial. Ha gerenciado fundaciones empresariales.