Por: María José Evia Herrero
Ikea, la marca sueca de muebles de bajo costo, se acaba de convertir en el segundo consumidor y productor privado de energía solar en Estados Unidos, solamente después de Walmart. Cambiar a energías renovables había sidosu meta por un tiempo, pero lo que sorprende del anuncio es que la cadena piensa generar más energía de la que consume para 2020, convirtiéndose así no sólo en usuaria de energía verde sino también en productora.
Para lograr este objetivo, Ikea tiene un impresionante presupuesto de 1.8 billones de dólares, que se invertirá sobre todo en proyectos solares, pero también en eólicos. Además, como parte de sus esfuerzos para ayudar a víctimas del huracán Sandy, la marca creó un proyecto de centros comunitarios alimentados con energía solar.
Estas acciones son parte de la asociación de Ikea con la «Declaración del clima«, un documento firmado por grandes empresas como adidas, Ben & Jerry’s, Unilever y Starbucks que pretende presionar al gobierno de Estados Unidos para generar soluciones al cambio climático a través del uso de energías renovables, además de liderar con el ejemplo para demostrar que estas opciones pueden ser eficientes y lucrativas.
Teniendo en cuenta que los desiertos del mundo reciben, en tan solo 6 horas, más energía de la que se usa en todo el mundo en un año, puede sorprender que este cambio a la energía solar no sea más acelerado, pero la realidad es que se trata de un proceso más difícil de lo que parece, por razones tanto técnicas como políticas.
Por el lado de las técnicas, en primer lugar las celdas solares necesitan ser limpiadas todos los días, ya que el polvo afecta su funcionamiento y hasta el momento la única forma de hacerlo es por medio de agua. Por lo tanto, un parque solar de gran extensión también necesita una gran cantidad de agua. El segundo obstáculo técnico es que llevar la energía generada de los desiertos a las ciudades donde se usaría es todavía muy difícil, además de costoso.
Es muy probable que estas dificultades puedan salvarse con investigación científica, ensayo y error y la colaboración internacional. Sin embargo, hasta el momento no ha habido un proyecto que cuente con la inversión y el apoyo necesarios.
Las iniciativas como la Declaración del Clima pueden ser una solución, ya que las empresas toman el problema en sus manos para generar un impacto tanto en la opinión pública como en los gobiernos. Por eso, ya es tiempo de dejar de hablar de las posibilidades de la energía solar o de cómo estamos desperdiciando su potencial para más bien enfocarnos en cómo se generarán políticas y recursos para aprovecharlo.
Fuentes:
Scientific American
Triple Pundit
Climate Declaration