Alexis Bravo
Hoy en día se reconoce un sector de empresarios y emprendedores que están apostando por los negocios sociales, enfocados principalmente en hacer un bien a la sociedad y al medio ambiente, sin embargo, en México la reforma fiscal ha frenado la creación de estos modelos de negocio, comentó Lila Gasca, abogada de la Responsabilidad Social del despacho Hogan Lovells.
En el webinar «Empresa Social: una propuesta para las problemáticas sociales ambientales», Gasca dijo que el mayor reto de México es enfrentarse a la reciente reforma fiscal que endurece las medidas para las donatarias autorizadas, pues ahora los ingresos que se obtienen deben ser para un sólo objetivo autorizado.
De otra manera, si quieres llevar otras actividades no relacionadas con tu objeto social, se debe pagar un 10% sobre el impuesto de la renta y se debe dedicar todo su patrimonio a ese objeto, al final no pueden repartirse utilidades y al liquidarse, eso se debe brindar todo el patrimonio a otra donataria autorizada.
Es por esto que la reforma fiscal ha significado un retroceso, consideró, y desarmó los modelos híbridos que había en México relacionando la empresa mercantil con donatarias autorizadas, por lo tanto, es necesario apuntar a otras maneras de ser sostenibles.
La transformación del sistema legal, social y económico del país es algo a lo que no debemos adaptarnos, sino que debemos generarlo pues se deben dotar de realidad los marcos legales; añadió que el reconocimiento y visibilidad es necesario para propagar lineamientos claros e incentivar mecanismos con el obejtivo de que las empresas sociales tengan mayor relevancia en el mercado.
México tiene retos, entre ellos buscar un modelo de negocios sostenible que funcione, tal es el caso de las empresas o sociedades de Beneficio e Interés Colectivo (BIC), que, al implementarse en zonas latinoamericanas, puede replicarse a lo largo de todo el continente.
Otro desafío es la medición del impacto social que se genera con estas empresas, pues hay falta de voluntad política para impulsar el desarrollo sostenible del país, lo cual se ha visto en este sexenio. Sin embargo, se pueden hacer a través de sistemas privados como el sistema de Bitácora Electrónica y Seguimiento a Obra Pública (BESOP).
¿Y sí es el bienestar social lo que se pretende?
Juan Diego Mujica, coordinador académico del proyecto de investigación “Políticas Públicas para Empresas con Propósito” de la Secretaría General Iberoamericana (Segib) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), añadió que lo principal a tener claro para que haya un negocio social es el propósito.
Además, argumentó que en México es necesario señalar lo que se pretende regular, si un concepto de empresa social o negocios con propósito.
Por ello, urgieron a que en México se reconozca un modelo global para construir estas empresas que contribuyen a la economía basada en el desarrollo sostenible.