Cada vez es más común que las empresas publiquen informes anuales, en los cuales detallan sus políticas y programas en materia de responsabilidad social.
Sin embargo, entre los escépticos permanece la desconfianza acerca de la veracidad de estas acciones. Son los reportes empresariales la principal fuente de información confiable en la materia.
Edgar López Pimentel, director de la consultora especializada Expok, compartió con El Economista su visión en el tema. “La tendencia en la RSE es que permanecerá como una iniciativa voluntaria, por lo cual los informes en la materia serán también voluntarios”.
No obstante, el experto aclara que existe un gran riesgo si alguna empresa decide comunicar elementos no verídicos: los stakeholders (o grupos de interés) pueden notarlo, lo que perjudicará la relación con accionistas, proveedores y empleados. Así, “el principal riesgo es con el stakeholder más importante, el cliente, que si es defraudado puede castigar a la empresa mediante su consumo”, dice López.
Fue en la década de los 90 cuando las grandes corporaciones empezaron a elaborar informes de RSE; sin embargo, cada una reportaba elementos diferentes con parámetros diversos. Por ello, con el objetivo de unificar la elaboración de memorias económicas, ambientales y sociales nació en 1997 Global Reporting Initiative (GRI).
Click sobre la imagen para ampliar