Recientemente se llevó a cabo la COP 28, en Dubai, y el mundo de la moda se encuentra ante el desafío de cumplir una ambiciosa promesa: reducir las emisiones de carbono de la manera más rápida. Sin embargo, el panorama no es alentador, ya que la fabricación, responsable de la mayor parte del daño ambiental, plantea un desafío monumental.
Como indican estadísticas de un artículo del Gobierno de México, la industria de la moda contribuye significativamente al deterioro medioambiental, siendo responsable del 20% del desperdicio total de agua a nivel mundial. Además, la producción de ropa y calzado genera el 8% de las emisiones de gases de efecto invernadero, subrayando su impacto negativo en el cambio climático.
Grandes marcas han prometido recortes significativos en su huella de carbono, pero la escala del desafío supera los fondos disponibles, según Vidhura Ralapanawe, vicepresidente ejecutivo de Epic Group, una empresa de moda con sede en Hong Kong. Por su parte, Epic Group, a la vanguardia de los esfuerzos globales para reducir la huella ambiental de la moda, destaca la importancia de una asociación positiva entre marcas y fabricantes como clave para el progreso. Pero, ¿cuál realmente es la magnitud y alcance de la industria de la moda?
Desafíos ambientales: la carrera de la moda
La industria moda se comprometió en 2018 a reducir a la mitad sus emisiones para 2030 y lograr cero emisiones netas para 2050. No obstante, el progreso ha sido lento. La demanda mundial de moda rápida ha empeorado las estadísticas, con Gran Bretaña generando la misma huella de carbono que 900 vuelos alrededor del mundo mensualmente, por ejemplo.
A medida que las marcas globales se comprometen a reducir las emisiones, surge la pregunta crucial: ¿quién asumirá la factura del cambio radical necesario en la fabricación? La industria manufacturera es responsable del 80% de todas las emisiones del sector textil, y la Unión Europea exigirá a las empresas informar y abordar las emisiones en sus cadenas de suministro a partir del próximo año.
Para acelerar el proceso, los fabricantes de textiles buscan que las marcas compartan la carga financiera de invertir en tecnología y procesos con bajas emisiones de carbono. La Fundación Transformers, un grupo de expertos con sede en Nueva York, insta a una acción colectiva para lograr una transición climática, y destaca la importancia de preguntar quién pagará por esta gran transformación.
Medidas para una industria más sostenible: ¿obstáculos superiores?
Los fabricantes proponen opciones de financiación, como préstamos a bajo interés e inversiones directas, para apoyar la transición hacia tecnologías más renovables. Iniciativas como el Fashion Climate Fund, que movilizó 250 millones de dólares con el objetivo de desbloquear otros 2,000 millones de dólares de financiación y reducir 150 millones de toneladas de carbono en las próximas tres décadas.
Sin embargo, actualmente existen obstáculos como la diversidad de prioridades y problemas entre los proveedores, donde una talla única no sirve para todos. La falta de financiación y la complejidad de adaptarse a las necesidades específicas plantean desafíos significativos. La flexibilidad y el apoyo a largo plazo son cruciales para lograr una transformación efectiva.
En resumen, la moda se encuentra en una carrera contra el tiempo para cumplir sus compromisos climáticos. La colaboración entre marcas y fabricantes, respaldada por una financiación adecuada y flexible, podría allanar el camino hacia una industria de la moda más sostenible y consciente del medio ambiente. La pregunta de quién asumirá la factura se convierte en un elemento clave para desbloquear esta transición hacia la descarbonización.
¿Es posible la mitigación en la industria de la moda?
En la actualidad, el impacto negativo de la moda va más allá de las estadísticas, afectando ecosistemas, comunidades y la salud humana. Al adoptar medidas sostenibles, la industria puede influir en las preferencias de los consumidores hacia elecciones más éticas y respetuosas con el medio ambiente.
No obstante, como señala la nota de Eco Business, si bien la transición hacia energías más limpias en la industria de la moda puede resultar costoso, el costo del cambio climático lo supera por mucho, tanto en costes materiales como en costes para la biodiversidad y la vida humana.
En este sentido, iniciativas que promueven la moda circular y el uso de materiales reciclados son ejemplos tangibles de cómo la industria puede transformarse para alcanzar un mundo más sustentable.
