Por: Leticia Gasca Serrano
Dos o tres días a la semana voy temprano a nadar. Mi principal motivación (además de la salud) es que quiero aprender surf, para lo cual debo primero aprender a sobrevivir a las olas.
Y aunque realmente disfruto mucho la clase de natación, no puedo evitar pensar en el combustible que se emplea para calentar el agua de la alberca, así como en los materiales con los que están elaborados mi traje de baño, los goggles y mi gorra.
Así que he estado investigando cómo practicar natación de una forma más amigable con el ambiente. Malas noticias: no es nada sencillo en México. ¿Por qué lo digo? Empezamos con “lo menos peor”
El agua. Para empezar, el agua se calienta en una caldera que funciona con gas. No obstante, existen opciones que aún no se implementan, como los calentadores solares de agua. Se trata de una serie de tubos que capturan la energía solar sin importar las condiciones climatológicas. Así, es posible tener agua tibia en las albercas son ocupar combustibles fósiles.
El traje de baño. Existen bikinis elaborados con fibras orgánicas, sin embargo no es buena idea practicar natación con un traje de dos pequeñas piezas. En cuanto a los trajes especiales para practicar natación, la opción más amigable es un traje de baño de Speedo, elaborado con una fibra llamada Sorona que proviene del maíz. La mala noticia: no lo venden en México.
Los goggles y las gorras: No he encontrado alguna opción sustentable. Si alguien la encuentra, ¡avísenme!
Lo que si he descubierto son iniciativas en Estados Unidos para reciclar el plástico de las gorras de látex, pero por el momento no se ha planeado nada en ese sentido en el país.
Hoy si que me he quejado, tanto que este texto pudo haberse titulado: ¿por qué no elegí un deporte más amigable con el medio ambiente?
Si ustedes tienen buenas noticias respecto a cómo practicar natación en la ciudad de forma amigable con el ambiente se los agradeceré.
Leticia Gasca Serrano
Es coeditora de Responsabilidad Social en el periódico El Economista y socia fundadora de Reinventemos, A.C. Fue Delegada Juvenil de México en la ONU durante el 62 periodo de sesiones de la Asamblea General de dicho organismo.
Gracias a su labor de difusión en temas de responsabilidad social y sustentabilidad obtuvo el tercer lugar en el concurso latinoamericano de ensayo periodístico BIDAmérica, promovido por el Banco Interamericano de Desarrollo. Por su trayectoria fue reconocida con el Premio Nacional de la Juventud en la categoría de Mérito Cívico.