¿Ser socialmente responsable o simplemente decir que se es? Esta pregunta de sabor shakespeariano va más allá de la esencia o la apariencia… tiene que ver con la supervivencia misma de muchos negocios.
Cuando Walmart anuncio que comenzaría a auditar a su cadena de producción, a muchos les pareció una medida dictatorial; después de todo, quién era este gigante del retail como para decirles qué hacer con la energía, el empaque o sus desechos. Lo que estas empresas que se quejaron no sabían es que Walmart sólo mostró la punta del iceberg y que esa medida comenzaría a multiplicarse en los distintos corporativos a nivel mundial.
El Banco Santander acaba de anunciar que comenzará, a partir de este año, a realizar auditorías sociales y medioambientales a sus proveedores, que serán llevadas a cabo por una tercera parte independiente.
¡Rayos! pensarán muchos de los proveedores… ¿Y sobre quiénes se extenderá la larga sombra en un inicio? Pues Santander también respondió la pregunta.
El proceso de auditorías comenzará por aquellas empresas sobre las que existe un mayor riesgo social o medioambiental de los 2.672 proveedores con los que cuenta. Uno de los primeros sectores en ser auditados será el de proveedores de merchandising, «puesto que en una gran parte son productos fabricados en China».
Y aquí es obvio que los empresarios escuchan China y se piensa en mala calidad, en jornadas esclavistas o en materiales no autorizados… aunque hay que decirlo, también sea un cliché que no habría que generalizar a todo producto proveniente del país asiático.
La medida no sólo toca a la cadena de valor, también a los clientes; de este modo, Riesgos tiene el encargo de impulsar el análisis del riesgo social y ambiental en las operaciones de crédito. En este caso, cabe destacar que Santander Brasil tiene en marcha procedimientos específicos para evaluar con criterios socioambientales a los clientes de banca corporativa y banca privada.
El banco también ha aprobado un plan de eficiencia energética a tres años que está siendo liderado por Global Facilities. Esta iniciativa ha fijado como objetivo reducir las emisiones de CO2 en un 3,5 por ciento durante el presente ejercicio y hasta un 9 por ciento hasta 2013.
En esta materia se pondrá el foco en los países de mayor impacto en emisión de este gas, como son Brasil, Chile, España, México (Ojo) y Reino Unido, que representan el 76 por ciento de las emisiones. Además, en el primer año quiere reducir un 3 por ciento el consumo de electricidad en el global de los 19 países.
Además, hay un proyecto que tiene como eje el voluntariado corporativo, para lo que ha firmado un acuerdo con Unicef, y otro que se basa en la firma de los Principios de Inversión Socialmente Responsable de Naciones Unidas por parte de Santander Pensiones España.
La última de las iniciativas aprobadas fue la aprobación de la política corporativa de derechos humanos, que recoge el compromiso de la entidad financiera en esta materia y en relación con sus diferentes grupos de interés.
Como vemos, realmente las acciones de Walmart eran sólo un atisbo de lo que se venía. Una realidad donde esa «voluntariedad» de la RSE se termina… no porque sea ley, sino porque los corporativos así lo comienzan a exigir.