La esclavitud moderna es una crisis agravada por el cambio climático y la pandemia. Un problema global que existe en sectores de construcción, manufactura, agricultura, pesca y otros. ¿Qué están haciendo las empresas al respecto? si bien pueden incidir en erradicarla; continúan beneficiándose de la situación.
La ONU estima que 40,3 millones de personas están sometidas a la esclavitud moderna, incluidas 24,9 en trabajos forzados y 15,4 millones en matrimonios forzados. Hay 5,4 víctimas de la esclavitud moderna por cada 1.000 personas en el mundo.
Y por si esto no fuera suficiente 1 de cada 4 víctimas de la esclavitud moderna son niños. De los 24,9 millones de personas atrapadas en trabajo forzoso, 16 millones son explotadas en el sector privado, como el trabajo doméstico, la construcción o la agricultura; 4,8 millones de personas en explotación sexual forzada y 4 millones de personas en trabajos forzados impuestos por las autoridades estatales.
La esclavitud moderna es la explotación severa de otra persona para beneficio económico o personal; personas que simplemente están tratando de alimentar a sus familias u obtener una educación se quedan atrapadas en trabajos forzados a través de la retención de pasaportes, amenazas violentas o servidumbre por deudas ineludibles
Lela Tolajian, activista adolescente de derechos humanos
Lo que vistes y calzas en este momento podría ser parte de la cadena de exclavitud moderna. ¿Tomar conciencia del fenómeno podría volvernos consumidores responsables?. ¿Haría esto reflexionar a las marcas sobre lo que los consumidores esperan de ellas?. Es posible que tu última compra provenga del trabajo forzoso realizado por la minoría étnica uigur en la región china de Xinjiang.
Los mariscos que comí ayer pueden haber sido producidos por las prácticas modernas de esclavitud en la industria pesquera tailandesa , donde, con demasiada frecuencia, los migrantes, atraídos por la falsa promesa de un buen trabajo, terminan traficados, muertos de hambre, vendidos de barco en barco y torturado.
Lela Tolajian. Activista de derechos humanos
El problema existe en todas las regiones y afecta a personas de todos los ámbitos de la vida. Pero los más vulnerables son las mujeres, los migrantes y las personas que viven en la pobreza extrema.
¿Qué motiva la exclavitud moderna?
Se cree que los 24,9 millones de víctimas del trabajo forzoso aportan beneficios por valor de 150.000 millones de dólares. Mientras el dinero siga siendo el poderoso incentivo que es, el problema seguirá sin resolverse.
Las empresas deben desempeñar un papel más importante en la lucha contra la esclavitud. Desafortunadamente, en los últimos meses hemos sido testigos de que muchas empresas no quieren desempeñar su papel para abordar la esclavitud moderna.
La esclavitud moderna no es algo que se discuta con regularidad, lo que significa que hay menos presión sobre los legisladores y las corporaciones para que hagan algo al respecto. Con demasiada frecuencia, los políticos y los líderes mundiales actúan como si no existiera, y la cobertura del tema es escasa y casi nunca llega a la portada.
Dado que la trata de personas es uno de los delitos de más rápido crecimiento en todo el mundo, y con la pandemia de COVID-19 y la crisis climática que aumentan drásticamente el número de personas en riesgo, la necesidad de actuar sobre este problema es mayor que nunca. ¿Qué están haciendo las empresas al respecto?.
Menos derechos…
Algunas empresas no están ayudando, pareciera ser que buscan beneficiarse de los grupos vulnerables, esos que solo les sirven para mostrar en campañas sociales, pero que en realidad no apoyan ni buscan apoyar. Pero sí, beneficiarse de una regulación clara que ponga límites a la voracidad por el dinero.
Las grandes empresas deben rendir cuentas y asumir una mayor responsabilidad por sus cadenas de suministro. La legislación como la Ley de Transparencia en las Cadenas de Suministro de California, que requiere que las empresas compartan información sobre qué medidas, si las hay, están tomando para minimizar el trabajo forzoso, no es ni mucho menos adecuada. El simple hecho de informar a los consumidores de las prácticas de una empresa no necesariamente conduce a un cambio; más bien, las corporaciones deben hacerse responsables de sacar provecho de los abusos contra los derechos humanos.
Este también es un problema ambiental, porque el impacto desestabilizador de la crisis climática aumenta drásticamente el riesgo de explotación para las personas. En Camboya, las malas cosechas provocadas por el cambio climático han llevado a familias enteras a la servidumbre por deudas en hornos de ladrillos, donde las condiciones inhumanas provocan la amputación de miembros, enfermedades e incluso la muerte.
Abordar la esclavitud moderna implica esfuerzos drásticos y en conjunto para comprender que tanto la catástrofe climática como el precio que tendrán los eventos climáticos extremos,nos afectan a todos.
Recientemente El New York Times publicó: «Nike y Coca-Cola se encuentran entre las principales empresas y grupos empresariales que presionan al Congreso para debilitar un proyecto de ley que prohibiría los productos importados fabricados con trabajo forzoso en la región china de Xinjiang, según miembros del personal del Congreso y otros. La Ley de prevención del trabajo forzoso uigur, aprobada por la Cámara en septiembre de 2020. Debe ser avalada por el Senado antes de que sea aprobada por el Presidente.
Si la iniciativa de ley es aprobada; se impondría varias restricciones relacionadas con la región autónoma uigur de Xinjiang de China, incluida la garantía de que «los bienes fabricados o producidos en Xinjiang no tendrán derecho a ingresar a los Estados Unidos a menos que la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza determine:
- Que los bienes no fueron fabricados por trabajo de convictos, trabajo forzado o trabajo contratado bajo sanciones penales; y
2. Informar tal determinación al Congreso y al público.
El proyecto de ley se ha convertido en el objetivo de empresas multinacionales, incluida Apple, cuyas cadenas de suministro tocan la región occidental de Xinjiang, así como de grupos empresariales, incluida la Cámara de Comercio de Estados Unidos.
New York Times
Si este es el caso, la noticia es muy preocupante, ya que significa que no solo las empresas no están dispuestas a cambiar nada sobre su propia práctica, sino que también quieren evitar que otros cambien la situación. ¿Dónde quedó el compromiso social y de impacto de estas empresas hacia sus consumidores y sociedad en general?.
Caso Phillip Morris
No todas las noticias son desalentadoras, Phillip Morris es un ejemplo de ello. Dentro de sus compromisos sociales y políticos se encuentra el respeto y la promoción de los derechos humanos dentro de sus actividades comerciales y cadenas de valor.
Para Phillip Morris es claro que la esclavitud moderna, el trabajo forzoso u obligatorio y la trata de personas no son la vía hacia la sostenibilidad económica y social. Así lo detalla dentro de su Código de Conducta:
Las empresas tienen que asumir el compromiso de pasar de ver solo un auge económico y medir el los daños que causan a través de estas prácticas que benefician a unos pocos y afectan aún más a los grupos vulnerables. Trabajar en construir economías que respeten y garanticen los derechos humanos fundamentales.
La pregunta es entonces: ahora que sabemos qué existen empresas que utilizan trabajo forzoso en su cadena de suministro, ¿qué podemos hacer cómo consumidores; seguiremos comprando sus productos e impulsando el mercado?. Necesitamos más empresas con la visión de Bayer y consumidores conscientes e informados de lo que están ofreciendo las marcas. No seamos cómplices de la esclavitud moderna.