Una comunidad escolar preparada puede hacer la diferencia frente a una emergencia, no sólo en la prevención de pérdidas de vidas humanas, también para favorecer los procesos de atención y resolución de crisis ante cualquier imprevisto. Datos del Consejo Nacional de Población (CONAPO), reflejan que en México, el rango de infantes más propenso a sufrir accidentes oscila entre los 6 y 10 años, siendo el ambiente escolar donde ocurren más defunciones.
En este contexto, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), señala la necesidad de fortalecer las actividades de preparación y mitigación en los centros educativos, así como entre la comunidad como autoridades, docentes, estudiantes y padres de familia, para estar alertas y responder de manera oportuna ante un evento adverso.
Las situaciones de crisis o emergencias a las cuales puede verse expuesta una escuela son innumerables, por ejemplo, producto de factores internos (accidentes, conatos de incendio, intoxicaciones, violencia entre alumnos, daños en la infraestructura escolar, etc.) y externos (fenómenos naturales, irregularidades en zonas aledañas, uso de la escuela como albergue, etc.).
Las consecuencias pueden ser discapacidades, traumatismos y en algunos casos hasta la muerte, donde la economía familiar sufre un gran riesgo a los ahorros y hasta el patrimonio si pensamos que el costo mínimo para atender una emergencia médica es de 2 mil a 5 mil pesos.
En México la Secretaría de Educación Pública en conjunto con el Gobierno Federal y la Secretaría de Protección Pública, desarrolló el Proyecto de Seguridad Escolar, esta herramienta consiste en establecer las bases, lineamientos, procedimientos, acciones y estrategias para actuar en situaciones de emergencia o vulnerabilidad, por lo que se basa en un diagnóstico de problemas, riesgos y fortalezas de cada escuela de educación básica a partir de su Agenda de Seguridad Escolar.
Si bien, este programa apoya significativamente, no es una obligación para todos los colegios contar con un seguro de accidentes escolares, resaltando que las instituciones del sector educativo sí están obligadas a brindar protección a sus alumnos, de manera que el seguro se convierte en el instrumento perfecto para amparar a los menores ante cualquier accidente.
En este sentido, la empresa mexicana HIR Seguros con más de 15 años de experiencia, cuenta con un seguro de accidentes escolares, este instrumento para la comunidad escolar a través de tres coberturas ampara: gastos médicos, pérdidas orgánicas e indemnización por muerte accidental por tan sólo $40.14 pesos anuales, innovando los trámites ágiles con plataformas digitales.
Es necesario que la cultura de prevención también se desarrolle en las escuelas e inculcar a los menores la importancia de evitar correr dentro del aula o pasillos, no empujar a sus compañeros, abstenerse de juegos violentos, no leer mientras se camina o cuando suben o bajan escaleras, no pararse sobre los pupitres, sillas o escritorios, caminar despacio al salir escuela, no aventarse el borrador u otros objetos, entre otras importantes medidas de seguridad.
Comunicado de Prensa.