La sustentabilidad definirá el futuro de las empresas. Para abordarla correctamente, el papel de los grupos de interés (stakeholders) es primordial.
Hace un par de mese, el Pacto Mundial de las Naciones Unidas y Accenture publicaron el estudio A New Era of Sustainability: UN Global Compact-Accenture CEO Study 2010, para el cual se entrevistó a los 766 ejecutivos más importantes del mundo. Según la encuesta, convencer a los inversionistas de que la sustentabilidad es buena para la recuperación de la confianza de todos los stakeholders o grupos de interés tras la crisis financiera mundial es un asunto crítico para los directores generales.
Mejor aún: la recesión económica global hizo poco para detener el compromiso corporativo con la sustentabilidad y 80% de los CEO dijo que la recesión ha elevado su importancia. Fernando Legrand, consultor en Responsabilidad Social de CapacitaRSE, un centro de educación virtual en responsabilidad social corporativa, explica que la evolución de las empresas consideradas tradicionalmente como “socialmente responsables” con la sustentable inicia estratégicas que incluyen a la más amplia gama de stakeholders (considerando en primero lugar al público interno), pero añade que esas medidas requieren de continuidad.
“Entonces puede ser en este punto que la empresa ya puede pasar de pensarse como un actor ‘socialmente responsable’ a un ciudadano corporativo que trabaja por la sustentabilidad de su entorno, incluyéndose a sí misma”, dice Legrand.
Por su parte, Milena Ochoa, coordinadora de Sustentabilidad de New Ventures México, una aceleradora de empresas sustentables, dice que desde hace un par de décadas algunas empresas, tal vez las más grandes, venían incluyendo a la comunidad dentro de los objetivos estratégicos de la empresa. ¿Cómo? Al evaluar sus demandas y su contexto, y así incluían otras actividades alineadas con su misión que beneficiaban a grupos de interés externos. “Desde hace poco tiempo, la nueva visión empresarial incorpora la sustentabilidad como parte de su competitividad empresarial. Es decir, la RSE es una forma de gestión de los objetivos estratégicos de la organización. ¿Cuáles? Los que tienen en cuenta directrices ambientales y sociales”, detalla.
Y es que, contrario a lo que comúnmente se piensa, la sustentabilidad o es sólo la preservación del medio ambiente; también abarca los impactos sociales y económicos. Por esta razón se considera que es el siguiente paso en la evolución de la Responsabilidad Social.
El papel significativo de los stakeholders
Los stakeholders o grupos de interés incluyen a los individuos o entidades que tienen una relación económica con la organización (empleados, accionistas, proveedores), así como a aquellos agentes externos que también son impactados por la operación de la misma, como la comunidad o la sociedad en general.
Gustavo Pérez Berlanga, director de Responsabilidad social y proyectos productivos de los restaurantes Toks, afirma que para que la sustentabilidad corporativa permanezca debe estar vinculada al core business y generar beneficios claros para los stakeholders, y no debe verse afectada por los vaivenes económicos.
“En Toks, nuestros stakeholders más relevantes son los clientes, los proveedores, los colaboradores y la sociedad. En el caso del cliente, nuestra principal iniciativa es el programa Proyectos Productivos, que llegó para quedarse, pues beneficia de forma directa a tres stakeholders: empleados, proveedores y clientes”, comenta.
A través de dicha iniciativa, Toks ofrece en sus restaurantes productos elaborados en comunidades rurales. Por ejemplo, las familias de la etnia amuzga, en el estado de Guerrero, producen miel, y las familias mazahuas, en el Estado de México, elabora granola y mole.
“En lo referente a proyectos con impacto ambiental, ya cambiamos todos los mingitorios del Distrito Federal por opciones ecológicas. Tenemos un restaurante con paneles solares; otro con sistemas de recolección de agua, etc. Todos estos cambios generan ahorros. En este caso, los principales stakeholders son colaboradores, la sociedad y los proveedores”, agrega.
Los procesos de participación de los grupos de interés pueden servir como herramientas para comprender las expectativas e intereses razonables de los mismos. Normalmente, las organizaciones ponen en marcha programas de inclusión y participación de los grupos de interés como parte de sus actividades habituales. Dichos programas pueden incluir, por ejemplo, la participación de los stakeholders en el marco del cumplimiento de las normas internacionales.
Materialidad: prioridades claras
De acuerdo con Fernando Legrand, consultor de CapacitaRSE, la materialidad es un concepto directamente ligado al de Reporting. Se trata de uno de los cuatro pilares fundamentales en los que se apoya la Global Reporting Initiative (GRI), la guía más utilizada para la confección de reportes de sustentabilidad.
Tener claro este concepto y abordarlo correctamente impactará en el grado de calidad de la gestión de la RSE un marco para dar seguimiento a los temas que se consideren relevantes. De este modo, a través de la materialidad lo que hacemos es decidir qué temas serán las guías de nuestra gestión sustentable, cómo pensamos trabajarlos, medirlos y sostenerlos en el tiempo.
Así, la materialidad es el umbral a partir del cual un indicador pasa a ser lo suficientemente importante y, por lo tanto, varía de una empresa a otra. Los aspectos relevantes son aquellos que pueden considerarse importantes a la hora de reflejar los impactos sociales, ambientales y económicos de la organización, o influencien las decisiones de los grupos de interés.
La materialidad, en el contexto de la Sustentabilidad, no se limita sólo a aquellos aspectos que tienen un impacto financiero importante en la organización. Determinar la materialidad también implica tener en cuenta los impactos sociales, ambientales y económicos que supera ese umbral, al afectar la capacidad de satisfacer las necesidades del presente sin comprometer aquellas que tendrán las generaciones futuras.
Fuente: Alto Nivel, p. 36-38
Autor: Leticia Gasca Serrano
Publicada: Septiembre 2010
