Si bien los datos financieros se han utilizado tradicionalmente para evaluar y comparar el desempeño de las empresas, recientemente se ha sumado un nuevo criterio que va ganando relevancia: la información sobre iniciativas ambientales, sociales y de gobierno (ESG, por sus siglas en inglés), que se está utilizando para evaluar la sostenibilidad de su negocio y su compromiso con el entorno.
De hecho, su importancia es tal que los inversores institucionales la consideran como un factor para realizar inversiones responsables, así como para conocer los riesgos relacionados con temas que complementan el ámbito financiero. Los criterios ESG están estrechamente relacionados con las acciones y los resultados a mediano y largo plazo de una organización, a la vez que contribuyen a la gestión de riesgos de otra índole.
Ahora bien, entre las dinámicas que impulsan la agenda ESG local destacan: la demanda del mercado e inversionistas por productos acordes; las regulaciones gubernamentales locales deben apuntar al cumplimento de estándares internacionales y; la preocupación global por proteger el medioambiente y la sociedad en su conjunto.
Para concretar esta agenda, las organizaciones están definiendo estrategias ESG conforme a su industria y contexto de negocio, y apoyándose de tecnología innovadora que les ayude a cumplir con los objetivos de sostenibilidad que se han planteado en el mediano y largo plazo.
En este sentido, resulta interesante observar qué están haciendo las empresas en sectores específicos y cómo están apostando por la sostenibilidad como un impulsor clave y necesario de su negocio. En particular, el sector bancario y de finanzas está adoptando un enfoque bastante dinámico en lo que se refiere a la manera en que ofrece sus productos financieros y el cumplimiento de sus metas ambientales.
Finanzas sostenibles y reducción de la huella de carbono
Las instituciones financieras que operan en México están poniendo particular énfasis en la manera en que integran sus iniciativas ambientales, sociales y de gobierno, y promoviéndolas ampliamente entre sus clientes cautivos y potenciales, conscientes de que puede ser hoy un gran diferenciador para sus negocios.
Si bien hay puntos de coincidencia y metas similares, vale la pena hacer un breve repaso de sus propuestas y cómo están implementando sus estrategias ESG y de sostenibilidad, y permeándolo a sus clientes y socios.
Citibanamex
Citibanamex, por ejemplo, se alinea con las de Citi a nivel global para contribuir al desarrollo sostenible mediante cuatro pilares, acompañado de acciones locales que promueven el uso de productos y servicios para financiar una economía más sostenible.
Dichos pilares son la promoción de negocios sostenibles, a través de la cual se les da prioridad a los productos financieros que promueven beneficios económicos, ambientales y sociales; la gestión de riesgos ambientales y sociales en los procesos de otorgamiento de crédito; la reducción de la huella ambiental de la operación de todas las áreas, edificios y sucursales (Certificación LEED), e integrar a sus proveedores a dicha estrategia; y compartir las mejores prácticas con clientes, colaboradores, autoridades, gobiernos y comunidades.
Grupo Financiero Banorte
Por su parte, la estrategia de sostenibilidad de Banorte se basa en movilizar capital mediante inversiones que promuevan el desarrollo sostenible, así como la transición hacia una economía justa, una reducción en carbono y el uso eficiente de los recursos. Su estrategia converge asimismo en las denominadas finanzas sostenibles, entendiendo estas como la incorporación de los factores ESG en la evaluación de riesgos de sus carteras, así como en la oferta de productos y servicios orientada a contribuir con un desarrollo sostenible.
Recientemente, Grupo Financiero Banorte se alió con Franklin Templeton para lanzar su primer fondo de inversión sustentable en el que se integran compañías con mejores prácticas ESG a nivel mundial.
Santander
Una de las metas que banco Santander se ha fijado para 2050 es lograr llegar a las cero emisiones netas de carbono, con lo que busca ayudar a sus clientes a hacer la transición a una economía con bajas emisiones de carbono e impulsar, al mismo tiempo, un crecimiento sostenible e inclusivo.
A través de su iniciativa ESG, Santander busca colocar a la sostenibilidad en el centro de sus actividades para lograr su propósito de ayudar a la gente y las empresas a prosperar, así como tener un papel fundamental en la transición hacia una economía baja en carbono, apoyar el crecimiento inclusivo y considerar los riesgos sociales y ambientales y las oportunidades.
HSBC
En 2020, HSBC anunció un plan para dar prioridad al financiamiento y la inversión que respalden la transición hacia una economía global de cero emisiones netas de carbono, al tiempo de ayudar a construir un futuro resiliente para la sociedad y las empresas.
El plan consta de tres pilares. El primero es brindar financiamiento sostenible para ayudar a los clientes a reducir sus emisiones de carbono y que sigan prosperando; el segundo, ofrecer soluciones climáticas e innovación mediante su financiamiento y la implementación de tecnologías limpias; y el tercero, ser un banco con emisiones cero netas de carbono.
BBVA
Finalmente, BBVA México lanzó recientemente un producto ESG denominado EFT MEXTRAC, el cual integra criterios ambientales, sociales y de buen gobierno corporativo. Esta institución bancaria asegura que sus prioridades estratégicas se dividen en dos objetivos de sostenibilidad para alinearse con las tendencias globales. Por un lado, guiar a sus clientes hacia una transición sostenible y, por otro, incorporar los riesgos y oportunidades del cambio climático en su estrategia y procesos comerciales.
Sostenibilidad como compromiso
Las empresas de tecnología como SAS están implementando sus propias prácticas sostenibles y proveyendo la tecnología que permitirá a las organizaciones a alcanzar dichos objetivos. Desde la perspectiva de SAS, la sostenibilidad es parte de su compromiso de impacto positivo en sus clientes, empleados y el mismo planeta.
Llama la atención las distintas maneras en que la tecnología de SAS puede utilizarse para abordar los desafíos más apremiantes en este ámbito. Evaluar el riesgo climático, por ejemplo, es un paso fundamental para que las empresas en sectores como banca, manufactura y agricultura, entre otras, cuenten con los recursos analíticos necesarios para afrontar la amenaza de dicha alteración climática.
Hasta ahora, SAS ha realizado distintos compromisos y acciones para apuntalar su estrategia de sostenibilidad, incluyendo su objetivo de alcanzar cero emisiones de carbono para el 2025, así como metas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en 25% para 2025 y en 50% para 2030.
SAS apoya también los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas y alinea sus esfuerzos de innovación con sus objetivos ambientales, educativos, sanitarios, energía, diversidad, equidad e inclusión. Se alinea también con la coalición UN Global Compact y We Mean Business para adoptar estrategias de crecimiento verdes.
Al aprovechar su red global, invertir en educación y el conocimiento de datos, y establecer nuevas conexiones, trabaja en reducir la emisión de gases de efecto invernadero, adaptarse a los impactos del cambio climático y promover la resiliencia, y monitorear y reportar lo objetivos ambientales. SAS está preparado para abordar áreas críticas definidas en el Acuerdo de París, y ve este cambio como una oportunidad para que las organizaciones desarrollen soluciones innovadoras basadas en la ciencia y los datos para mitigar y adaptarse a los cambios del medioambiente.