El concepto ESG (Environmental, Social & Governance, por sus siglas en inglés) suena con mayor frecuencia en el ecosistema empresarial. No obstante, este término no es una moda, sino una tendencia de largo plazo que abarca tres esferas.
Bajo los preceptos ambientales, sociales y de gobernanza (ESG), las compañías crean iniciativas basadas en los requerimientos del entorno. Es ahí donde llevan a cabo sus actividades para contribuir en el equilibrio de la naturaleza, del desarrollo humano y de mejorar su imagen corporativa.
Las empresas sustentables y socialmente responsables incorporan esta ideología, que permea para todos sus stakeholders; es decir, desde sus consejos de administración y cadenas de suministro, hasta sus vínculos estratégicos con proveedores. De esta forma, se hacen atractivas para el mercado comercial, al impulsar y fortalecer su reputación.
Inversión sustentable
Trabajar en favor del rescate y restablecimiento del planeta, al comulgar con valores y compromisos íntimamente relacionados al cuidado ambiental, el bienestar social y el cumplimiento normativo, también beneficia a la economía empresarial.
La inversión sustentable asciende a 30,700 millones de dólares, es decir, un tercio de los activos globales bajo gestión, de acuerdo a un informe de la Alliance Investment Sustainable Global.
Los principios sustentables contribuyen, en gran medida, al rendimiento financiero de las empresas, que se refleja a largo plazo. En éste intervienen tanto el análisis de inversión, como en la conformación y revisión de portafolios.
Por lo tanto, logran mayor rentabilidad, debido a que disminuyen los riesgos al destinar capital y, simultáneamente, crean valor en inversiones ESG.
De esta forma, los preceptos ESG generan importancia financiera en las compañías. Por ello, el informe Business, Functions, Strategy and Corporate Finance 2020, de la firma McKinsey, dio a conocer que las inversiones enfocadas en sustentabilidad experimentaron un fuerte incremento y una tendencia significativa al alza.
Los criterios sustentables colaboran en el desempeño de las empresas a través de sus métricas financieras, las cuales, además de brindar óptimos resultados a clientes, trabajadores, accionistas y stakeholders, hacen que sobresalgan de entre sus competidores.
Una proyección de International Data Corporation (IDC) indicó que el gasto en servicios empresariales ESG alcanzará hacia 2025 los 158,000 millones de dólares, con una tasa de crecimiento anual compuesto de 32.3% .
La inversión de las compañías en ESG también les abre la puerta a coyunturas ambientales, como manejo de tecnologías limpias, edificación sustentable e incentivos fiscales.
Sin duda, los criterios ESG crean nuevas oportunidades de negocio para las empresas, al tiempo que fomentan su crecimiento, apuntalan su reputación y colaboran al rescate y restablecimiento del equilibrio en la naturaleza.
Los principios ESG no son una moda pasajera, sino una tendencia que llegó para quedarse.