por Adriana Pulido S. Fundadora de ILUNKA, Estrategia Sustentable
- El compliance no es de hoy, el compliance es de siempre
En los últimos años, las empresas en México han volteado a ver dos temas que siempre han estado ahí, pero que no han sido lo suficientemente “atractivos” para aquellas que funcionan de manera tradicional. O sea, las “old school”. Por alguna razón estas empresas, que siguen siendo la mayoría, han preferido resolver a prevenir, reaccionar pareciera más funcional que planear. Y ojalá fuera así de “barato”. De hecho, este estilo es más como estar en una montaña rusa. Estrés constante, picos de alta reactividad, la reputación siempre colgada de un hilo y los costos por pagos de multas, manejo de crisis y compensaciones por errores, ya es de plano hablar de un carrito descarriado en plena bajada a más de 300km x hora. Pero a toda empresa la llega su momento. Ese momento en el que se da cuenta que el negocio no está avanzando, ese momento en que las y los tomadores de decisiones son convocados a una reunión en donde se mencionan conceptos, palabras con las que poco están relacionados pero que tienen pinta de que llegaron para quedarse. Y ahí están todas y todos investigando con qué se come el compliance, qué es ESG* o eso del “Desarrollo Sostenible”.
Y es que sin demeritar los impactos negativos de la pandemia, algo bueno, muy bueno tendríamos que sacar de todo esto, la humanidad tiene la obligación de demostrar que se merece estar en este planeta, tenemos la obligación de romper nuestras propias barreras, de salir de nuestra zona de confort y dejar de hacer “honor” al sistema que no ha aprendido a autorregularse, generando más desigualdad que nunca, más violencia y un cambio climático que nos trae no solo estragos económicos, sino fuertes impactos a la salud emocional de las personas. “Ansiedad climática”, se le ha llamado. En los últimos 20 meses pareciera que hemos estado en un impass, de hecho, muchas personas siguen pensando que estamos ahí. Pero afortunadamente hay quienes no lo vemos así porque hemos aprendido a adaptarnos. Palabras como resiliencia, nueva normalidad, adaptación, cambio, reinventar, renovar son palabras que se incluyeron en nuestro vocabulario diario. Y es que la mentalidad cambió. Esta pandemia ha sido un parteaguas en el entendimiento del mundo, estamos atravesando una transición que nos hace recordar que debemos migrar de un pensamiento reactivo a un pensamiento sistémico anticipatorio y centrado en el bien común. Back to the basis. Por supuesto que no hay que subestimar los avances en la salud, tecnología, ciencia, educación, agricultura, pero tampoco caigamos en la inocencia, por no de decir egoísmo de pensar que estos avances en sí mismos resolverán las complejidades que enfrentamos como humanidad.
Y entonces, ¿Por qué el compliance no es de hoy?
Porque si no es de hoy, entonces ha sido de siempre. Así como el Desarrollo Sostenible, la responsabilidad social, las inversiones de impacto, los Derechos Humanos, los asuntos ESG, entre otros temas. Lo que sí es diferente es nuestro nivel de consciencia, enfoque y atención a ellos. Si bien los temas son por muchas personas conocidos, lo que no es tan fácil de entender es cómo llevarlos a los objetivos de las empresas, los indicadores, a los sistemas de gestión o a la cultura organizacional. Por eso en este artículo te voy a contar diferentes formas de entender y abordar estos conceptos para llevarlos de forma práctica y articulada a tu organización. No importa si eres abogado/a, financiero/a, de operaciones, de compras, recursos humanos o si ejerces cualquier otra profesión o rol dentro de la organización. La sostenibilidad, el compliance y el apego a una gestión ESG es tarea de todas y cada persona dentro de la empresa.
ESG, sostenibilidad o responsabilidad social
Empecemos por hablar de ESG, sostenibilidad o responsabilidad social. En realidad, no, hablemos mejor de Fronteras Planetarias. Porque si aprendes a leer tu contexto desde este enfoque, entonces tu toma de decisiones será intrínsicamente sostenible y responsable.
Fronteras Planetarias: No es la economía en el centro de las decisiones. Es entender la economía como una herramienta de desarrollo (no crecimiento) de las personas/sociedades, mismas que están contenidas por los límites de la tierra. Que la economía y toma de decisiones sea distributiva, regenerativa y justa.
Entonces, una forma que el sistema financiero ha encontrado para minimizar los impactos negativos de las operaciones que tienen las corporaciones en las que invierten, es a través de las evaluaciones en ESG. Cada vez se ha hecho más común que las empresas tengan que responder a cuestionarios con este tipo de requerimientos. Pero, ¿qué son?
Las evaluaciones ESG / ASG (Ambiental, Social y de Gobierno Corporativo), son aquellos criterios de mapeo, monitoreo y evaluación de riesgos “no financieros”. (En realidad son financieros, solo les llaman así porque aún no se plasman en los Informes financieros de las empresas. Aunque deberían). Su principal objetivo es contar con un análisis y entendimiento de los niveles “aceptables” de riesgo o impacto negativo. Cada una de sus siglas se desglosa en temas y subtemas que tendrán mayor o menor relevancia según la industria que estemos analizando. Es lógico que la industria de la minería, la agricultura, la de energía o de transformación, son industrias de mayor impacto ambiental negativo que las empresas de servicios, por ejemplo.
E (Environmental / Ambiental) | S (Social / Social) | G (Governance / Gobierno Corp) |
Agua Emisiones Energía Desechos Biodiversidad | Bienestar del personal Relacionamiento comunitario Igualdad, género y diversidad Salud y seguridad Cadena de proveeduría | Consejo de administración Transparencia y reporteo Accountability Ética en los negocios Prácticas de mercado |
ESG, compliance y los sistemas de gestión
Hablemos entonces de cómo se vinculan estas prácticas al interior de una empresa. Por muchos años las áreas de auditoría, planeación, calidad, legal, operaciones han estado hasta cierto punto desarticuladas; perdiéndose del gran valor que generarían si por lo menos se hablaran. El punto es que la toma vertical de decisiones y la falta de un análisis sistémico y holístico de las acciones y resultados, deriva en un trabajo por silos. Esta falta de visión es la misma que provoca una mentalidad gobernada por la reactividad. O sea, la montaña rusa de la que hablamos anteriormente. Considerar inicialmente un trabajo colaborativo entre las áreas de planeación estratégica, compliance y sistemas de gestión es un buen punto de arranque para aquellas empresas que por voluntad propia o no, desean asumir un compromiso en el cumplimiento a los aspectos ESG. Y es que no solo se trata de poner indicadores, revisar contratos o lograr certificaciones; la gestión empresarial se debe adaptar a las nuevas tendencias de consumo, a las nuevas tendencias en estilo de vida, intereses y cambios de hábitos en las personas, las generaciones entrantes y salientes, así como los constantes cambios en la regulación y las problemáticas socio-ambientales. Esta triada de ESG, compliance y sistemas de gestión funciona básicamente como una red de contención y anticipación ante los inevitables escenarios VUCA. Cambios cada vez más constantes y volátiles.
Cinco puntos base para arrancar:
- Conforma un equipo con las áreas más estratégicas de la organización
- Hagan un diagnóstico para identificar los principales “riesgos no financieros” de la industria en la que se encuentran.
- Hagan un análisis respecto a cada uno de estos riesgos y evalúenlo por separado. Nivel de exposición al riesgo, regulación que cumplen y que no cumplen, tendencias, mejores prácticas de otras empresas en ese tema, capacidad de la propia organización para enfrentar este riesgo.
- Diseña el plan estratégico, las acciones, metas, inversión requerida e indicadores. Establece (cuando aplique), la política que guiará el trabajo, así como los procedimientos y sus responsables. Capacita a las personas involucradas y sobre todo compromete a la Dirección General a que lo comunique internamente.
- Cambien el enfoque, sean pacientes, sean iterativos, corrijan rápido, asuman una cultura organizacional que acepta el fracaso, la auto-crítica, acostumbrada a la transparencia, reporteo y el accountability. Abran mecanismos confiables ante las denuncias, abran el diálogo con sus grupos de interés, generen confianza y apunten a la mediación, más que a la sanción. Asúmanse como un sistema en constante evolución.
**Nota de la autora: Este artículo fue escrito con lenguaje incluyente, si lo notaste qué bueno, y si no lo notaste, también qué bueno. El lenguaje incluyente no es una discusión de base gramatical, es el origen de nuestros constructos mentales, y desde ahí debe de ser entendido, por eso debe ser naturalmente adoptado.
Reseña Mtra. Adriana Pulido Sandoval
Adriana Pulido Sandoval, bajo su misión de «Inspirar para un mundo mejor» ha liderado el diseño de más de 100 estrategias de sostenibilidad / ESG, en más de 15 diferentes industrias, impactando a +150,000 personas. Con un enfoque sistémico y de análisis de riesgos, acompaña a tomadores de decisiones en su camino hacia la transformación estratégica, operativa y cultural de las empresas. Psicóloga y Maestra en Responsabilidad Social por la Universidad Anáhuac. Fundadora de 6 empresas. Consejera para My World México, Multiplicadora para Sistema B, consejera Fundadora de la Cámara Verde en México, Asesora para la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción y Embajadora The Climate Reality Project de Al Gore. Participó en el Comité Nacional para la creación de ISO 26000, en el Comité de trabajo para la Norma mexicana para la Igualdad laboral (NMX-025) y en el Comité Nacional para la ISO 37001 en anti-soborno. Ha sido docente en la Universidad Anáhuac, Universidad Panamericana y en el Instituto Universitario de Agentes Aduanales. Conferencista y colaboradora para medios escritos, tv y radio, y voluntaria para diferentes causas socio-ambientales en México y Sudamérica.
Excelente artículo. Nos ayuda a tener un panorama claro para ir a la acción