Visitar un parque, un jardín comunitario o cualquier otro espacio verde urbano con frecuencia podría reducir las posibilidades de que las personas usen drogas para la salud mental, según reveló el estudio Asociaciones transversales de diferentes tipos de exposición a la naturaleza con medicamentos psicotrópicos, antihipertensivos y para el asma (2023) realizado por investigadores en Finlandia.
De acuerdo con The Guardian, los hallazgos pueden ser una asociación clave del tratamiento de enfermedades mentales, pero aún faltan mayores estudios que comprueben con certeza que el uso de espacios verdes puede incidir positivamente en la salud de las personas.
Visitar espacios verdes mejora la salud mental
Para encontrar el vínculo entre cómo afecta a la salud mental la falta de espacios verdes, Investigadores del Instituto Finlandés para la Salud y el Bienestar, la Universidad de Tampere en Finlandia y la Universidad del Este de Finlandia se basaron en las respuestas de alrededor de 16 mil residentes —seleccionados al azar— de Helsinki, Espoo y Vantaa, tres ciudades que conforman el área urbana más grande de Finlandia, en la encuesta de salud ambiental de la región de la capital de Helsinki entre 2015 y 2016.
La encuesta recopiló información sobre cómo los habitantes mayores de 25 años de la ciudad experimentan los espacios verdes y azules residenciales dentro de un radio de 1 km de sus hogares. Las áreas verdes incluían bosques, jardines, parques, parques de castillos, cementerios, zoológicos, praderas naturales, páramos y humedales; y las áreas azules incluían mar, lagos y ríos.
En el análisis final que incluyó a 6 mil participantes, se pidió a los encuestados que informaran sobre el uso de medicamentos recetados para la ansiedad, el insomnio y la depresión, así como para la presión arterial alta y el asma. Luego se les preguntó con qué frecuencia pasaban tiempo o hacían ejercicio al aire libre en espacios verdes, durante mayo y septiembre, con opciones que iban desde nunca hasta cinco o más veces por semana.
Drogas para la salud mental
Los investigadores eligieron ciertos medicamentos recetados como indicadores de la mala salud, la ansiedad, el insomnio, la depresión, la presión arterial alta y el asma, en particular porque se usan para tratar afecciones de salud comunes y potencialmente graves.
El estudio también consideró factores potencialmente influyentes, incluyendo el comportamiento, la contaminación del aire exterior y el ruido, así como los ingresos del hogar y el nivel educativo. Por lo que se encontró una fuerte correlación entre las visitas a los espacios verdes y las menores probabilidades de consumir drogas para la salud mental.
En comparación con menos de una visita semanal, las visitas de tres a cuatro veces por semana se asociaron con un 33% menos de probabilidades de usar medicamentos para la salud mental, un 36% menos de probabilidades de usar medicamentos para la presión arterial y un 26% menos de probabilidades de usar medicamentos para el asma.
Curiosamente, sin embargo, aquellos que visitaban los espacios verdes al menos cinco veces a la semana tenían solo un 22% menos de probabilidades de usar medicamentos para la salud mental y un 24% menos de probabilidades de usar medicamentos para el asma.
Los espacios verdes son buenos para el planeta y la salud
Si bien faltan mayores estudios que avalen la hipótesis, esta investigación que asocia que los espacios verdes pueden disminuir el uso de drogas para la salud mental podría ser una forma que incentive a los líderes y gobiernos a cuidar y proteger el medio ambiente.
«Es probable que la acumulación de evidencia científica que respalde los beneficios para la salud de la exposición a la naturaleza aumente la oferta de espacios verdes de alta calidad en entornos urbanos y promueva su uso activo».
Autores de Asociaciones transversales de diferentes tipos de exposición a la naturaleza con medicamentos psicotrópicos, antihipertensivos y para el asma (2023).
Los datos de la investigación también se correlacionan con un creciente cuerpo de evidencia que sugiere que la falta de acceso a espacios verdes está relacionada con una variedad de problemas de salud. Esto porque, además, el acceso tiende a ser desigual, y las comunidades urbanas más pobres tienen menos oportunidades de estar en la naturaleza.
Entonces, los espacios verdes son buenos para la salud, pero también son excelentes para el planeta y ayudan a las ciudades a adaptarse al aumento de las temperaturas. Puesto que las áreas urbanas, donde el concreto y el asfalto absorben los rayos del sol, actúan como «islas de calor» durante el clima de verano.