Esa fue la situación que enfrentó Madison Dreiger cuando comenzó a trabajar en una empresa de ingeniería civil en Estados Unidos.
La participación en la «diversión obligatoria», como se llama a esas actividades en su oficina, es altamente promovida entre los empleados de la compañía, aun cuando no tenga mucho que ver con el trabajo o algunos no lo encuentren divertido.
Más que risas
Un año y medio más tarde, Madison todavía no está del todo cómoda con esa situación.
Sin embargo, admite que esas actividades le han ayudado es formar lazos con sus compañeros de trabajo y con la alta gerencia de la empresa.
«Se siente como si todos somos iguales cuando estamos en estos eventos fuera del trabajo cotidiano», comenta.
Estas actividades se desarrollan todos los jueves en horas de trabajo, en la sede de otra empresa, Osborn Consulting.
Se siente como si todos somos iguales cuando estamos en estos eventos fuera del trabajo cotidiano», Madison Dreiger.
Este concepto de diversión obligatoria encaja dentro de las estrategias para fortalecer el trabajo en equipo, una tendencia que viene creciendo en el mundo corporativo como forma de lograr que los empleados pasen de ser
colegas anónimos a amigos dentro y fuera de la oficina.
De acuerdo con quienes promueven este esquema de trabajo, alejarse del estrés diario puede ser una buena manera de hacer que los compañeros se conozcan y se relacionen mejor.
Días más largos
Para otros, este tipo de salidas no siempre son entretenidas. Incluso algunos pueden sentir que la jornada de trabajo se hace más larga.
Y como su nombre dice diversión «obligatoria» puede sentirse forzada.
Sin embargo, la clave, al parecer, es que también permiten al individuo cultivar conexiones para tener una carrera exitosa.
Pero también es verdad que en algún lugar hay que poner el límite…
«Las relaciones personales son la base de los equipos, y eso requiere que cada uno aprecie a los otros como personas», explica Marc Kaplan, director de Deloitte Consulting, firma dedicada a la transformación de procesos en las empresas y al desarrollo del talento.
Optimizando el método
Para ser honestos, las actividades recreativas dentro de las organizaciones no son nada nuevo. No obstante, en palabras de Kaplan, ahora se está invirtiendo en un enfoque más estratégico.
«Hay más procesos e infraestructura» en las empresas, lo cual demanda más tiempo recreativo que debe planificarse con antelación.
«En compañías grandes, el gerente general puede estar en la oficina de París, mientras que algunos equipos de trabajo operan en otros países», indica Kaplan.
Por ello, contar con fuertes vínculos personales se convierte en algo fundamental.
Pero cuando ese proceso se torna forzado, los empleados pueden rechazarlo porque no encuentran sentido a dedicarle horas a tareas que consideran menos importantes, frente a las prioritarias fechas de entrega que tienen en sus trabajos. Se ven todos los días. Otros opinan que no les hace falta ver por más tiempo a unos compañeros, con los que ya pasan 40 horas a la semana.
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De hecho, hay quienes piensan que simplemente si es obligado ya no es divertido, no importa cuál sea la actividad.
Para hacer estas actividades más atractivas, Veronique James, de la empresa de publicidad Agencia James, en Estados Unidos, cambió la frecuencia de los eventos. En vez de uno cada dos semanas, ahora organiza uno cada dos meses.
Los 30 empleados de la agencia son informados de la fecha del encuentro con meses de antelación y se les exige la asistencia.
James destina $20.000 al año para estas actividades, que han incluido saltos en paracaídas, lecciones de baile de salón y entrenamiento como trapecistas.
Beneficios adicionales
«Todos tenemos problemas cotidianos con nuestros compañeros, pero esas barreras las derribamos cuando nos divertimos juntos», dice James.
Ella también ha visto otro beneficio importante: la diversión forzada ha ayudado a la empresa con la retención de personal.
Durante las horas de trabajo hay una mejor dinámica en el equipo y eso es así por los vínculos que se desarrollan entre las personas con estas experiencias.
No a todos les va a gustar la idea de participar en este tipo de actividades.
Los empleados dudan más en el momento de pensar en dejar la empresa, pues han hecho más amigos.
El límite de lo obligatorio
Algunos estudios advierten que no es recomendable establecer una relación muy cercana con un compañero de trabajo.
Hace tres años se realizó una investigación sobre los correos de más de 180 equipos de una empresa en Canadá, a fin de medir la efectividad entre las oficinas.
El estudio, dirigido por el profesor de desarrollo de empresas Sean Wise, de la Universidad Ryerson, determinó que el equipo más eficiente fue el que tenía el mayor nivel de cohesión y fuertes lazos entre sus integrantes, algo que las actividades fuera de la rutina de trabajo ayudan a lograr.
Sin embargo, los grupos con demasiada cohesión fueron menos exitosos.
«Estar juntos en actividades fuera de la oficina no es el mecanismo idóneo para llegar a la raíz de los problemas dentro de las empresas», comenta Kaplan.
En vez de utilizar «happy hours» o cenas, Kaplan se enfoca en demostrar a los empleados cómo son valorados mientras están en la compañía.
Por ejemplo, Kaplan indica que establecer la cultura de trabajo durante horas normales sin revisar correos durante la noche puede ayudar a disminuir el nivel de rechazo a las actividades recreativas.
Todos tenemos problemas cotidianos con nuestros compañeros, pero esas barreras las derribamos cuando nos divertimos juntos», Veronique James, consultora
Además, en vez de establecer una asistencia obligatoria, Kaplan sugiere dar a los trabajadores opciones sobre aqué eventos quieren asistir, a fin de disminuir la presión sobre ellos. De esa forma, la persona puede escoger el que más le guste.
Otro elemento que puede ayudar a marcar una diferencia es la oportunidad de participación. Por lo general, los eventos se diseñan para que todos puedan participar, sin importar su condición física u otras variables.
Y cuando hay limitaciones, también hay opciones. Por ejemplo, en la Agencia James hay tres empleados que tienen miedo a las alturas, y en una ocasión la actividad prevista era un vuelo en globo.
La opción que les dieron fue seguir el trayecto de sus compañeros desde una camioneta y unirse a la celebración cuando aterrizaran.
A pesar de todo el cuidado en el diseño y planificación de las actividades, es muy importante aprender del número de ausencias por cuanto es un buen indicador del nivel de felicidad o estrés existente en la compañía, lo
cual puede ayudar a diagnosticar problemas más profundos.
Desde que Dreiger comenzó en la empresa, se comprometió a asistir a tantos eventos como le fuese posible, una estrategia que le permitió aclimatarse dentro de su pequeño equipo de trabajo.
Pero eso también le ha permitido descubrir otro ángulo de interés por esos eventos: son muy buenos para enterarse de los chismes de la empresa.
Si no vas, «tienes la impresión de que te estás perdiendo de algo», dice.
Fuente: BBCMundo