Parece que la iniciativa de Trump para construir muros es una réplica de continente africano, la diferencia es que en África se está construyendo la «Gran Muralla Verde», con el fin de mitigar los efectos del cambio climático y ayudar a los agricultores locales.
Esta Gran Muralla Verde cruza el Sahara del norte a sur y también por 11 países de la región. Esta barrera de árboles mide 7,700 kilómetros de largo y está desde las fronteras de Senegal y Yibuti. Tiene más de 15 kilómetros de ancho.
Se trata de no solo plantar una defensa forestal y obtener una recuperación de árboles, sino de todo un programa de desarrollo rural en las zonas fronterizas con el Sahara, cuyos métodos ya se exportan a lugares como Haití o Fiji.
El presupuesto es de 3 mil 700 millones de euros, los cuales se comprometieron en la Cumbre del Clima de París de 2015. Los fondos serán aportados mayoritariamente por el Banco Mundial, el Banco Africano de Desarrollo, la Unión Europea, la Organización de las Naciones Unidas para la alimentación y la Agricultura y entidades privadas como la International Conservation Caucus Foundation.
Hasta el momento solo se ha complementado un 15% de la Gran Muralla Verde en los últimos 9 años desde que inició su proyecto, sin embargo aunque suene que sea un porcentaje muy bajo, ésta ya ha dado muchos beneficios.
Se espera que en los siguientes años para culminar el proyecto, ya no se haga únicamente la plantación de árboles, sino también se cree un sistema de riesgo para potenciar la agricultura en los países que están más afectados por el hambre.
La construcción de esta muralla natural ayudará en un futuro al hambre que hay en África, ya que según la ONU, cerca de 500 millones de africanos, en los próximos años verán cómo disminuye su calidad de vida por culpa del calentamiento global, mientras que cerca de 60 millones van a tener que abandonar sus hogares por culpa de la desertificación del Sahara y el Sahel.
En Senegal ya se han plantado 11 millones de árboles, el país que más ha avanzado en este proyecto, recuperando 27.000 hectáreas de tierra perdida. Las tierras recuperadas han permitido a las comunidades aumentar sus ingresos y producir alimentos para sus familias al mismo tiempo. Senegal ya ha ejecutado una extensión de unos 150 km. Cada año se plantan casi dos millones de plantones y sobreviven entre el 70 y el 75%.