Cuando pensamos en RSE y China, generalmente, el panorama no es muy alentador, ya que vienen a nuestra mente malas prácticas por parte del gigante asiático, tales como altos niveles de contaminación, malas condiciones laborales, violacion de derechos humanos, operaciones empresariales poco o nada amigables con el medio ambiente, entre otras ideas, ¿cuál puede ser el futuro de la RSE en una nación así?
Aunque para algunos resulta una noticia difícil de creer, también este país está cambiando en materia de cuidado al medio ambiente y sociedad, ya que ha implementado medidas con alto impacto en la nación, las cuales nos llevan a pensar que el futuro de la RSE en China podría sorprendernos. Te contamos cómo China está mejorando su reputación en RSE.
¿China puede ser el futuro de la RSE?
Aunque China todavía tiene un largo camino por recorrer hacia las acciones con enfoque ESG, el avance ha sido significativo en los últimos años. A continuación te presentamos cinco razones por las que China está cambiando el panorama de la RSE en su territorio e incluso sienta ejemplo en algunos aspectos:
1. Prioridad a demandas de clase media:
Se ha dicho que la brecha entre ricos y pobres en China es cada vez más grande, sin embargo, la aceleración económica de esta nación en los últimos años ha propiciado el crecimiento de la clase media, quienes conscientes del valor de su fuerza de trabajo, exigen mejores condiciones de vida y de trabajo, productos seguros y cuidado al medio ambiente.
La presión que ejerce la clase media en estos temas ha ocasionado que las empresas cambien su manera de proceder, por lo que se les ha orillado a garantizar que sus productos sean de buena calidad, principalmente en los productos para los miembros más vulnerables de las familias, como bebés y adultos mayores.
Cabe mencionar que los escándalos por la contaminación y destrucción ambiental ha hecho surgir el disgusto público, por lo que ha crecido la cifra de ciudadanos y ONG´s que demandan acciones más responsables con el medio ambiente y políticas gubernamentales sólidas que protejan el entorno y obliguen a que las empresas tengan prácticas responsables.
2. Medios de comunicación social, medios de crítica
Los ciudadanos están utilizando internet y redes sociales como Weibo, QQ y Wechat para abalanzarse en críticas contra el gobierno y empresas que, en su consideración, no están haciendo lo correcto.
A pesar de los intentos del Partido Comunista Chino por censurar las críticas, los «netizens» han conseguido usar el internet para ir contra las empresas o funcionarios gubernamentales. Ejemplo de que la censura gubernamental, la cual atenta contra el derecho a la libre expresión de los chinos, no pudo detener las opiniones de la ciudadanía es el caso de la viralización del documental «Primavera Silenciosa China», mismo que expone la contaminación del aire y la niebla en la nación o las críticas a empresarios que no han colaborado con causas sociales a pesar de tener los medios.
Así, la opinión pública comienza a ser un impulsor de acciones más responsables por parte de gobierno y empresas, quienes no pueden ignorar lo que gran parte de sus stakeholders piensan si quieren seguir vigentes.
3. Gobierno vigilante
Debido a que China es un país gobernado por un partido único es de esperarse la notable influencia de su gobierno en la vida pública. Las investigaciones han demostrado que las empresas estatales y aquellas cuyo CEO tiene lazos con el Partido Comunista Chino son más propensas a adoptar prácticas de RSE a causa de sus íntimos lazos burocráticos, los cuales propician mayor vigilancia gubernamental hacia sus prácticas corporativas.
El monitoreo constante de las empresas cercanas al gobierno hace que la probabilidad de que estas organizaciones tomen acciones de RSE aumente, para estar en concordancia con la agenda climática del Partido. Un ejemplo de esto es que cuando China anunció que plantaría árboles, muchas empresas decidieron unirse a dicha política. Esto deja claro que el impulso de la RSE está muy ligado a las políticas gubernamentales que impulse el Estado, el cual tiene toda la responsabilidad de fomentar o dejar en el olvido las acciones de cuidado al medio ambiente, sociales y de buena gobernanza.
4. Inversión sustentable
El gigante asiático ha tenido que invertir en alternativas socialmente responsables que le permitan seguir compitiendo a medida que ocurre la desaceleración del crecimiento económico. China entendió que no puede continuar creciendo sin medidas de RSE, ya que ello socava su reputación y la de sus empresas, tanto en un ámbito nacional como internacional.
Bajo este entendimiento de que las acciones en favor del medio ambiente y la sociedad tienen un peso decisivo en sus futuras relaciones con stakeholders, desde inversionistas hasta clientes, esta nación ha invertido de manera considerable en ampliar sus suministros de energías limpias.
Actualmente, China tiene más capacidad de energía eólica que la UE y está construyendo ciudades completamente abastecidas por celdas fotovoltaicas. Esta nación, incluso, destaca por ser una de las principales exportadoras de tecnologías verdes baratas y tiene un papel importante en el crecimiento en empleos verdes.
5. Adaptación a las reglas de RSE de otras naciones
Las empresas chinas que operan en países desarrollados han tenido que adaptarse a la normatividad de esas naciones, lo que a menudo implica una reestructuración en las prácticas organizacionales, desde las condiciones laborales, hasta las prácticas de cuidado del medio ambiente y los objetivos de RSE a cumplir en esas naciones para seguir operando.
Por otro lado, China ha recibido acusaciones de neocolonialismo por instalar empresas en países africanos, en los que está explotando sus recursos naturales. Para hacer frente a estos señalamientos, la nación ha tenido que modificar sus prácticas e instaurar amplias medidas de RSE de manera que el juicio internacional cambie su perspectiva sobre sus negocios en países en desarrollo y sus compañías puedan conservar su reputación corporativa.
El crecimiento de la RSE en China
Definitivamente la poderosa nación asiática ha logrado avances significativos en materia de RSE en los últimos años. No obstante, cabe destacar el papel de algunos actores que han impulsado este cambio. Por un lado, la injerencia de la opinión pública en las acciones de las compañías chinas refuerza la importancia de mantener una buena reputación corporativa con los stakeholders, lo que incluye no sólo procurar que el producto satifaga sus necesidades, sino cuidar el entorno en el que se llevan a cabo las operaciones empresariales, ya que no hacerlo conlleva un riesgo de imagen pública que puede resultar enorme.
Por otro lado, el caso de China hace ver la importancia del gobierno como impulsor de las acciones de RSE. Al Estado no sólo le toca legislar y regular en favor del medio ambiente y la sociedad, sino que también le toca vigilar el cumplimiento y apego a sus políticas y tiene fuerte injerencia en el impulso de acciones socialmente responsables. Necesitamos gobiernos fuertemente comprometidos con detener la crisis climática y sancionar a quienes pongan en riesgo al Planeta.