Nancy Huston, escritora canadiense de lengua francesa e inglesa, autora de libros como Marcas de nacimiento (2006) o La especie fabuladora (2017) ha hablado durante años sobre la identidad contemporánea, la liberación de las mujeres o la crisis medioambiental.
En su nuevo libro llamado Labios de piedra, habla sobre sus años de formación, señalando a los intelectuales europeos como incómodos garantes del genocidio. En el libro, Huston recuerda su juventud marcada por el abandono de su madre, el descubrimiento de su sexualidad y el peligro de la prostitución que vivió de cerca.
El País, tuvo la oportunidad de realizar una entrevista a la escritora Huston, y entre las preguntas se encontró una en la cual se le cuestiona si ella considera que todas las mujeres son «dictadoras en potencia», a lo que ella respondió:
No conozco a mujeres dictadoras, lo que ya elimina a la mitad de la población. Pero, si las circunstancias se prestan a ello, casi cualquier persona que goce de buena salud puede convertirse en dictador. Todo depende de la educación recibida.
¿Y respecto a la crisis ambiental?
La autora considera que su libro más reciente es una dura crítica a su generación, misma que supone se ha sentido atacada:
«Participamos en la tragedia al apoyar el régimen de Pol pot, sostuvimos a los comunistas en Vietnam y en Francia los intelectuales siguieron una línea oficial con un conformismo total. Y ahí me incluyo yo: también la seguí como una borrega…»
Por otra parte, su madre marcó su vida como escritora: «ella vivía tan lejos, en lugares como Londres, Madrid o Mallorca, y solo nos podíamos comunicar por carta desde mi Canadá natal. Yo procuraba que mi vida pareciera interesante y le escribía cartas palpitantes. Cabe resaltar que su acto fue muy valiente: fue una feminista antes de tiempo. Me costó años empezar a considerarlo inadmisible. Todo cambió cuando me convertí en madre. Cuando vi lo apegada a mí que estaba mi hija, entonces entendí que había sucedido algo muy violento».
Nancy Huston opina sobre Greta Thunberg
Actualmente a Huston está preocupada por Europa respecto al cambio climático, y por tal razón durante años ha alertado sobre sus consecuencias.
Con los primeros avisos de los científicos, allá por los setenta, hubo un esfuerzo concertado de los economistas y de ciertos políticos para desviar la atención. Lo importante era que los ricos se enriquecieran. Yo soy la primera culpable de esa distracción, porque formo parte de las masas que debieron implicarse. Mi generación debió haber sido como la de Greta Thunberg.
La escritora considera que a pesar de todo lo que el medio ambiente ha causado en el planeta, «la Tierra ya está curada de espanto».
«Antes, cuando leía a Schopenhauer, pensaba que decir que le daba igual si la especie humana desaparecía me parecía una barbaridad. Ahora me parece una gran posibilidad».
Cabe resaltar que Thunberg, ha movilizado al planeta. Ha logrado hacer eco en todo el mundo. Su movimiento, #FridaysForFuture ha sido duplicado por cientos de estudiantes, y cada viernes protestan para que las autoridades tomen acción por el cambio climático.
Actualmente, se han movilizado 12 mil estudiantes en Bruselas, donde se encuentra la sede de la Unión Europea.
Thunberg no viaja en avión y critica a los que viajan a Suiza en ellos para hablar sobre la crisis del clima:
Creo que es un poco de hipocresía viajar en jet privado a un lugar donde van a hablar sobre la crisis del clima. Los escucho decir ‘esto nos importa mucho’, pero no es así.
Igualdad de género
En otro ámbito, Nancy Huston afirma que «la igualdad no excluye la diferencia y que la diferencia no excluye la igualdad. En Francia, como en todo el mundo occidental, existe una moda de una teoría de género que excluye esa diferencia».
Lo que siempre cae en el olvido es la maternidad, que es un tema que ha molestado tanto a los misóginos como a las feministas. Las feministas, a menudo, son muy misóginas.
«Ejemplo de esto podría ser Simone de Beauvoir, escritora del Segundo Sexo (1949), quien fue misógina. Ya que aunque hiciera mucho por la causa de las mujeres, no le gustaba lo que constituye la especificidad del sexo femenino en todas las especies mamíferas. A mí me parece que esta voluntad de que el ser humano sea pura conciencia racional, forma parte de lo que nos está llevando al final del mundo a nivel ecológico».
Cuando una mujer se integra a un dominio, este cambia. Por ejemplo, cuando un Gobierno es menos masculino siempre se transforma. Al principio, para que las mujeres fueran aceptadas como iguales tuvieron que demostrar que eran idénticas a los hombres. Una vez instaladas en el poder han logrado exhibir valores que tradicionalmente no han demostrado tener los hombres. Lo hemos visto con Angela Merkel respecto a Margaret Thatcher o Golda Meir.