Recientemente, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) tomó una medida trascendental al prohibir el uso del colorante sintético «Rojo 3» (E127) en alimentos y medicamentos. Esta sustancia, que ha sido utilizada durante años en productos alimenticios y de consumo masivo, ha sido vinculada a riesgos potenciales de cáncer en estudios realizados en animales, lo que ha desatado una ola de preocupación entre consumidores, expertos en salud y organismos reguladores. A pesar de las advertencias, varios productos que se comercializan en México continúan utilizando este colorante, lo que pone en duda la eficacia de las normativas locales y la transparencia en la industria alimentaria.
La presencia del Rojo 3 en productos alimenticios se ha convertido en un tema de debate clave sobre la responsabilidad social de las empresas y la seguridad de los productos que llegan a los consumidores. La utilización de colorantes sintéticos como el Rojo 3 puede generar graves consecuencias para la salud a largo plazo, especialmente si no se toman las medidas necesarias para evitar su uso o informar adecuadamente a los consumidores sobre los riesgos que conlleva su ingesta.
Desde Expok, realizamos un comparativo de responsabilidad social tomando en cuenta las respuestas de las marcas ante la prohibición del colorante en cuestión, el cual puedes consultar aquí, y a continuación te compartimos 4 productos que contienen Rojo 3 en México.
4. productos que contienen Rojo 3 en México
1. Gelatina grosella (D’Gari)
La gelatina de grosella D’Gari, una marca ampliamente reconocida en México por su tradición en la producción de gelatinas instantáneas, es un ejemplo de producto que todavía utiliza el Rojo 3. Esta gelatina, que se ha popularizado como una opción rápida y económica para preparar postres, contiene este colorante sintético para darle su vibrante tono rojo.
Si bien D’Gari ha sido una marca confiable para muchos consumidores, la inclusión de un aditivo potencialmente peligroso como el Rojo 3 plantea serias preocupaciones sobre la seguridad alimentaria y la responsabilidad social de la marca. La gelatina D’Gari de grosella sigue siendo una opción común en muchos hogares mexicanos, a pesar de los riesgos asociados con el colorante.
2. Maizena de fresa (Unilever)
Otro producto que utiliza el Rojo 3 es la maizena de fresa, de la reconocida marca Unilever. Esta variante del famoso almidón de maíz saborizada, generalmente usada en postres o bebidas, recurre al colorante sintético para lograr el característico tono rosado.
Aunque Unilever es una marca globalmente conocida por sus esfuerzos en garantizar la calidad de sus productos, la presencia de este colorante en su Maizena de fresa es inquietante, especialmente en un contexto donde los consumidores están cada vez más conscientes de los riesgos asociados con ciertos aditivos alimentarios. La compañía tiene una responsabilidad directa de revisar y modificar sus productos a fin de alinearse con las expectativas de salud y seguridad pública.
3. Refresco Mundet prisco de durazno (Mundet)
La bebida Mundet prisco de durazno es otro ejemplo de un producto mexicano que contiene Rojo 3. Esta bebida gaseosa, conocida por su sabor a durazno, utiliza este colorante artificial para acentuar su color característico y hacerla más atractiva para los consumidores.
Mundet es una marca emblemática en México, con décadas de presencia en el mercado. Sin embargo, a medida que los estudios sobre los riesgos de los colorantes sintéticos como el Rojo 3 ganan relevancia, la marca enfrenta un desafío: ¿cómo mantener la confianza del consumidor al mismo tiempo que aborda estos problemas de salud pública? Reformular su producto para eliminar este colorante podría ser una forma de fortalecer su imagen y, al mismo tiempo, mejorar la salud de los consumidores.
4. Galletas Arcoíris (Gamesa)
Las galletas Arcoíris, producidas por la conocida marca Gamesa, son un popular bocadillo en muchos hogares mexicanos. Estas galletas de colores brillantes contienen Rojo 3 en su fórmula, lo que representa un riesgo potencial para la salud, especialmente si se consumen en grandes cantidades.
Aunque el uso de colorantes artificiales es común en la industria alimentaria, la presencia de aditivos como el Rojo 3 en productos destinados a niños, quienes son los principales consumidores de estas galletas, subraya la necesidad de una mayor responsabilidad social por parte de las marcas. Las galletas Arcoíris se han mantenido en el mercado gracias a su sabor y apariencia, pero la pregunta sobre su seguridad sigue siendo relevante.
¿Cuál es la responsabilidad social de las empresas?
En el contexto actual, donde el acceso a la información sobre la seguridad alimentaria es más fácil que nunca, las empresas tienen la obligación de ser transparentes respecto a los ingredientes y aditivos que utilizan en sus productos. La responsabilidad social no solo implica ofrecer productos que satisfagan las necesidades del consumidor, sino también velar por su bienestar a largo plazo. En el caso de los productos que contienen Rojo 3, la pregunta es clara: ¿hasta qué punto las empresas están dispuestas a priorizar la salud pública por encima de sus intereses comerciales?
Las marcas tienen el poder de modificar sus fórmulas y eliminar ingredientes potencialmente peligrosos como el Rojo 3, que ya ha sido prohibido en varios países debido a su posible relación con el cáncer. A medida que los consumidores se vuelven más exigentes en cuanto a la seguridad y la sostenibilidad de los productos que compran, las empresas deben ser conscientes de que su responsabilidad social va más allá de una simple estrategia de marketing. Reformular productos, buscar alternativas naturales y comunicar los cambios de manera clara y efectiva podría no solo salvar vidas, sino también fortalecer la lealtad del consumidor.
La presencia del colorante Rojo 3 en productos como la gelatina D’Gari, maizena de fresa, Mundet prisco de durazno y galletas Arcoíris pone en evidencia una problemática seria respecto a la responsabilidad social de las empresas en México. A pesar de las advertencias sobre los riesgos que este colorante puede conllevar, algunos productos continúan comercializándose con él, lo que plantea interrogantes sobre el compromiso de las marcas con la salud de los consumidores.
Las empresas tienen la oportunidad de actuar de manera responsable reformulando sus productos para eliminar ingredientes potencialmente dañinos y alinearse con las expectativas sociales de seguridad alimentaria. En un mundo cada vez más consciente de los riesgos asociados con los aditivos, la responsabilidad social debe ser una prioridad, no solo por ética, sino también como una estrategia a largo plazo para ganar la confianza del consumidor.
