Un nuevo estudio advierte sobre los riesgos de captar y almacenar CO2 debajo del mar o de la tierra, técnica experimental para frenar el cambio climático que, señala el informe, plantea numerosos riesgos.
“Los peligros de almacenar carbono son reales y el desarrollo para captar y almacenar carbono no debería usarse para justificar, en paralelo, la continuidad de la emisión de gases provenientes de energías fósiles”, escribió el autor del estudio, Gary Shaffer, profesor del Centro Danés para la Ciencias de la Tierra, en Humlebaek.
Esta investigación, publicada por Nature Geoscience, analiza la captación de CO2 lo suficientemente importante como para limitar a 2% el alza de la temperatura promedio del planeta.
En el fondo del océano, el CO2 contribuye a la acidificación de las aguas y puede crear “graves problemas” a la vida marina y, por ende, a la cadena alimenticia, advierte Gary Shaffer. Además hay un riesgo de que ese gas vuelva a la atmósfera por las corrientes o las tormentas. Una mejor opción es almacenar el gas bajo tierra, pero sólo si la cavidad en la que se encierra no tiene fugas. En el caso de un escape sería posible volver a captar el gas. “Pero sería difícil medir la cantidad”, estima Shaffer.
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