El Gobierno de Obama ha basado la recuperación económica en el crecimiento de la manufactura; sin embargo, el momento que vive el sector no se refleja en sueldos que fortalezcan la clase media.
Últimamente ha habido algunas buenas noticias sobre la manufactura en Estados Unidos, ese sector de la industria que alguna vez fue considerado vital para el crecimiento de la clase media del país.
Es bien sabido que la fabricación ha ido decayendo desde hace décadas, pero expertos y gente del sector industrial del país están diciendo que muchos factores indican que los trabajos manufactureros que habían pasado a China y a otras partes del mundo ahora están regresando.
Durante el primer semestre de este año el déficit en el comercio de bienes manufacturados se redujo a 225,000 millones de dólares (mdd) desde 227,000 mdd del año pasado, informó el martes la Manufacturers Alliance for Productivity and Innovation.
Aunque el suceso es pequeño, el grupo de investigación con sede en Arlington, Virginia, lo considera un signo positivo, sobre todo después de años de déficits pronunciados.
El reporte sigue a otro publicado el martes, que prevé que la manufactura recobre sus fuerzas, potencialmente creando entre 2.5 y 5 millones de empleos industriales y de servicios asociados con una mayor fabricación estadounidense en los próximos siete años.
Boston Consulting Group dice que el cambio está siendo impulsado por una variedad de factores: bajos costos de gas natural y electricidad han dado a los fabricantes estadounidenses una ventaja sobre otros países; al igual que el alza en los costos de la mano de obra en China, ante quien EU había perdido muchos empleos manufactureros.
Otro factor -y de hecho uno muy grande- que merece especial atención es la disminución de los costos laborales en Estados Unidos.
Aunque la mano de obra barata ha hecho a los fabricantes más propensos a contratar, también significa menos ingresos y poder adquisitivo para los trabajadores.
Es comprensible que muchas personas sientan nostalgia cada vez que las autoridades de Washington y las corporaciones hablan de recuperar todo aquello que era bueno de la fabricación durante su apogeo. Eso nos remonta a una época en la que el estadounidense promedio podía comprar una casa y formar una familia, trabajando en la fábrica local hasta su jubilación. En cierto modo, el Gobierno de Barack Obama ha permitido esta visión haciendo de la recuperación del sector manufacturero una prioridad.
Es difícil emocionarnos, sin embargo, cuando observamos los salarios actuales y dónde podrían estar dentro de varios años.
Un trabajo mediocre es mejor que no tener trabajo en absoluto, sobre todo en un momento en el que muchos batallan por encontrar empleo. La manufactura puede crear más empleos de los que ha generado en los últimos años, pero no renovará a la contraída clase media si los salarios siguen estancándose.
La realidad es que las fábricas dependen más de las máquinas que de los trabajadores reales, dice un profesor de Políticas Públicas y Economía de la Universidad de California en Berkeley, Jesse Rothstein. Las máquinas producen más con menos, y debido a que el poder de negociación de los sindicatos ya no es lo que era antes, es menos probable que los trabajadores ganen más.
Los empleados contratados por fabricantes de bienes duraderos (artículos que duran tres años o más) recibían un salario promedio 0.3% menor en 2010 y 2011 que los trabajadores recién contratados en 2007 y 2008, descubrió Rothstein en un estudio.
Una tendencia similar está desarrollándose en la fabricación en general: el sueldo promedio por hora de los empleados de producción y que no son supervisores era de 8.43 dólares en 2012, por debajo de los 8.70 dólares percibidos en 2009 y 8.75 dólares en 2003, según datos de la Oficina de Estadísticas Laborales de EU. Sólo algunos trabajos manufactureros mayor calificados, como la soldadura, han registrado un aumento en los salarios.
El país se está convirtiendo en uno de los lugares más baratos del mundo desarrollado para la manufactura, señala Boston Consulting Group. En 2015, los costos laborales promedio serán aproximadamente 16% más bajos en EU que en Reino Unido, 18% más bajos que en Japón, 34% más bajos que en Alemania, y 35% más bajos que en Francia e Italia.
Si la firma tiene razón en sus predicciones, es probable que muchos más fabricantes regresen los empleos a Estados Unidos. Sin embargo, eso probablemente no reconstruirá a la clase media.
Fuentes: CNN Expansion