Harley Davidson es una especie de gran vaca sagrada en el mundo del motor. Pero esa liberta que caracteriza al icónico fabricante de motocicletas y que atrae a sus fanáticos tiene un límite. La agencia de protección del medioambiente de Estados Unidos acaba de sancionar a la compañía por vender un dispositivo, conocido como “Screamin Eagle” Pro Super Tuners que permite esquivar los límites a las emisiones contaminantes manipulando los motores.
La multa asciende a 15 millones de dólares, unos 13 millones de euros. Es una cantidad menor si se hace el cálculo de la reprimenda por la cantidad de motos afectadas, que ascienden a unas 340.000 unidades vendidas desde 2008. Pero el caso guarda una estrecha similitud con el fraude que este mismo organismo destapó hace un año en los modelos con motores diésel del grupo Volkswagen.
Harley Davidson diseñaba hasta ahora sus ingenios para dar la posibilidad a los dueños de instalar un sistema que permite mejorar el rendimiento de los motores a combustión saltándose los límites a las emisiones. El dispositivo, fabricado por terceros, se podía comprar en sus concesionarios y tiendas autorizadas. Ahora tendrá que proceder a destruirlos todos para cumplir con el acuerdo de la EPA.
La compañía de Milwaukee se negó a hacer concesiones, porque interpretaba la legislación de otra manera. En su defensa explicó que el sistema estaba destinado a las motos de competición, no para las que circulan por carretera y dijo que es algo que hacen otros fabricantes rivales. Pero la EPA es rotunda y señala que este tipo de manipulaciones son ilegales en cualquier vehículo que esté homologado.
El caso Volkswagen llevó a las autoridades en Washington a realizar una batida en la industria, para comprobar si el resto de fabricantes estaban recurriendo a tácticas similares para engañar los límites a las emisiones. El Departamento de Justicia también se implicó en este caso. “Harley-Davidson es un actor prominente en la industria”, señaló John Cruden, asistente al fiscal general, “no vamos a tolerarlo más”.
Control desde la EPA
Harley Davidson optó al final por pactar, para así zanjar la investigación y evitar un escándalo que acabara dañando la imagen de la marca. El fabricante de motocicletas esta en un momento extraña. Los últimos resultados trimestrales presentados el mes pasado reflejaron una caída del 5% en las ventas en EU. La compañía va a destinar tres millones del total pactado a una iniciativa para reducir emisiones.
Otra de las consecuencias del pacto es que la EPA será muy rigurosa con las motocicletas que a partir de ahora venda Harley Davidson, ya que tendrán que solicitar un certificado de emisiones que emite la agencia para cada una. También tendrá que dar garantía para que las motos que venda en el extranjero no circularan por el asfalto estadounidense sin la debida homologación.
Fuente: Vanguardia.Mx