En este espacio ya se ha comentado sobre la importancia del monitoreo de indicadores para medir la eficacia y eficiencia de los programas de apoyo, particularmente de aquellos orientados a resolver la compleja problemática que enfrenta el sector rural. En esta ocasión me referiré a la información que brindan las evaluaciones de impacto y cómo éstas brindan información relevante para la toma de decisiones de política pública.
En general, las evaluaciones de impacto miden la eficacia del instrumento de intervención que fue diseñado para resolver un problema de desarrollo dado. Sin embargo, para resolver un mismo problema es posible identificar más de una alternativa.
Por ejemplo, para resolver aspectos de productividad en la agricultura se puede pensar en programas que se orienten a capacitación, trasferencia de tecnología o a tecnificación de la unidad de producción.
En este sentido, los tomadores de decisiones se enfrentan a dos preguntas, ¿cuál de estas alternativas genera mayor beneficio?, y la segunda, no menos importante, relacionada con el uso de recursos escasos, es decir, ¿cuál alternativa presenta menor costo para la sociedad?
Para resolver ambos cuestionamientos y tener información que permita valorar las alternativas antes expuestas, los diseñadores de política pueden tomar dos caminos: recurrir a la evidencia de otros estudios de evaluación impacto y valorar a priori la efectividad del instrumento de política o poner en marcha pruebas piloto que permitan evaluar la eficiencia del programa. Esto ultimo es particularmente recomendable cuando se trata de programas innovadores en donde no existe evidencia. Asimismo, las pruebas piloto permiten hacer un uso más eficiente de los recursos públicos, ya que se puede conocer, antes de masificar, los resultados y posibles problemas de la instrumentación del programa.
Si bien México es un país destacado en materia de evaluación, aún existen oportunidades de mejora, tal es el caso de incorporar cada vez más en el proceso de diseño e instrumentación de programas la evidencia empírica nacional e internacional de programas similares y fortalecer esa evidencia con ejercicios piloto. Lo anterior permitirá analizar con información objetiva la viabilidad de las alternativas de política pública y plantear estrategias que permitan resolver con mayor eficiencia la compleja problemática del sector rural.
Fuente: eleconomista.com.mx
Escrito por: Lizbeth Uribe
Publicado el: 2 de marzo de 2012