Hoy pareciera que la evaluación del impacto o la huella ecológica están muy relacionadas con el medioambiente. Buscar “huella de carbono” o “evaluación de impacto ambiental” en google da muchos resultados.
Hace algunos años, gran parte de las evaluaciones de impacto se hacían por el lado social, por lo menos en el mundo en desarrollo.
Los primeros esfuerzos por tener una mayor perspectiva acerca de los impactos de una empresa en la pobreza y el desarrollo, como los de Oxfam, el estudio de Unilever acerca de Unilever en Indonesia y el de Anglo American llamado Socio-Economic Assessment Toolbox (Herramientas para Evaluación Socio-Económica), hicieron mucho ruido.
Estos pioneros fueron seguidos por lineamientos que ayudan a las empresas a comprender su impacto en la pobreza: la metodología Poverty Footprint (Huella de Pobreza) de Oxfam y el Measuring Impact Framework (Lineamientos para Medir Impactos) del Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible (WBCSD, por sus siglas en inglés). Se esperaba que muchas compañías se interesaran en aprender más acerca de su impacto en la pobreza, para que buscaran tener un impacto social más positivo.
Estudios como éstos pudieron señalar e incrementar la sensibilización del papel crucial que tienen las empresas en el contexto del desarrollo. Como tal, contribuyeron a que hubiera una nueva percepción en el mundo en desarrollo del papel que juegan las empresas para incrementar la concienciación de la necesidad existente de que las empresas, los gobiernos y las ONGs se unan en la lucha global en contra de la pobreza (u otros importantes problemas de desarrollo). Vale la pena recordar que, no hace mucho tiempo, las empresas eran percibidas como transgresoras.
Aunque mucho ha cambiado y podemos señalar muchas iniciativas en las que las empresas se han unido a las ONG y que las ONG han adoptado enfoques empresariales hacia el desarrollo, esto se ha dado poco en el campo de la evaluación de impactos.
Aún no me queda claro cómo trabajan muchas empresas con la Lineamientos para Medir Impactos de la WBCSD, pero basándome en mi propia experiencia personal ayudando a desarrollar una herramienta de auto-evaluación online para que las compañías tengan una mayor perspectiva acerca de su impacto en las Metas de Desarrollo del Milenio, llegué a la conclusión de que las empresas no están interesadas, o todavía no están listas para dichas iniciativas.
Pero desarrollos recientes me han hecho replantear este punto de vista. Aunque no ha generado mucho ruido, estos últimos años se ha visto la publicación de varios estudios que dan seguimiento al aprendizaje de los pioneros, y son mejores y más concretos al hacerlo.
Por ejemplo, Standard Chartered se ha comprometido en estudios extensivos de su impacto socioeconómico en Ghana, y más recientemente en Indonesia. Oxfam acaba de publicar un nuevo reporte de huella de pobreza, que involucra a SAB Miller y Coca Cola. SAB Miller también realizó un estudio de impacto socioeconómico que involucra a Nile Breweries en Uganda y Cervecería Hondureña en Honduras.
En Suecia, Telenor publicó informes acerca del impacto futuro de las innovaciones potenciales en su ámbito. El informe más reciente de Mobile Financial Services (MFS) examina sus impactos en Pakistán, Bangladesh, India, Serbia y Malasia, y muestra que MFS fomentará la inclusión financiera, aumentará el crecimiento económico y ayudará a los más necesitados de la sociedad.
La cuestión es, ¿cómo podemos aprender de dichos informes? ¿Y, podremos aprovecharlos?
Fuente: Csr-asia.com
Por: Lisette van Rhijn. [email protected]
Publicada: 31 de agosto de 2011.