Ewan McGregor, Embajador de Buena Voluntad de UNICEF, viajó la semana pasada al norte de Irak para ser testigo de cómo los conflictos que azotan a Irak y a Siria han sido devastadores para las vidas de niños y niñas en la región. Decenas de miles de niños han sido asesinados, heridos, separados de sus padres y madres, obligados a trabajar, torturados y reclutados para luchar.
Durante su visita, McGregor viajó a Debaga, campo en el que se reunió con las familias que han escapado de la violencia brutal que está teniendo lugar en zonas aledañas a Mosul, en el norte del país. Además, pasó tiempo con los refugiados sirios y las familias iraquíes desplazadas que se encuentran en campamentos y comunidades alrededor de Erbil.
La situación de los niños y niñas en Irak es cada vez más desesperada. Alrededor de 3,6 millones de niños -uno de cada cinco- están en grave peligro de muerte, lesiones, violencia sexual, secuestro y reclutamiento por parte de grupos armados. Muchos están siendo separados de sus familias y obligados a huir solos, a menudo haciendo viajes peligrosos y cayendo en manos de traficantes.
«Las niñas y niños desplazados por el conflicto pueden encontrarse solos, sin familia y en grave peligro. Ningún niño no debería estar solo. Muchos de los niños que he conocido en Irak se han visto forzados a abandonar sus hogares, arriesgando su vida en una travesía peligrosa, y han sido expuestos a horrores inimaginables», dijo el embajador de UNICEF Ewan McGregor.
«El mundo se enfrenta a una crisis de refugiados sin precedentes y debemos hacer más para proteger al descomunal número de niños y niñas que han sido alejados de sus hogares a causa del conflicto y la violencia.»
«Una chica que conocí llamada Mirna me contó que su familia duerme desde hace más de un año en un centro comercial a medio construir y en desuso. La comunidad ha donado alimentos, ropa y suministros para su familia y realmente se unieron para acoger a las personas desplazadas. Este acto de humanidad debe ser replicado en todas partes, especialmente en nuestras propias puertas. Depende de nosotros decir a nuestros amigos, nuestros vecinos y nuestros gobiernos que los refugiados son bienvenidos».
En septiembre de este año, los líderes mundiales se reunirán para discutir la crisis mundial de refugiados en dos cumbres cruciales en Nueva York. UNICEF hace un llamado a los líderes para que muestren fortaleza y sean compasivos y valientes en los compromisos que asuman en la protección de los niños y niñas en movimiento.
McGregor fue testigo del trabajo de UNICEF para brindar a las familias que huyen de la zona de Mosul comida y agua, así como los servicios de protección para la infancia y la atención sanitaria necesaria para salvar vidas. Muchas de las personas que conoció y que previamente habían sido atrapadas, no habían tenido acceso a servicios sanitarios, educativos o servicios básicos desde hace más de dos años.
UNICEF trabaja para proteger a los niños y niñas en todo Irak y Siria, entregando alimentos vitales, agua potable y vacunas, y proporcionando educación y apoyo psicológico. Sin embargo la ayuda humanitaria no puede seguir el ritmo para cubrir las tremendas necesidades de los niños y las niñas en la región.
Comunicado de Prensa.