Seabright trabajó en Unilever durante cinco años, a partir de 2014, bajo el entonces jefe ejecutivo Paul Polman. En 2019 junto con Valeria Keller cofundó IMAGINE, una organización que ayuda a las empresas a integrar la sostenibilidad y hacer contribuciones tangibles para abordar los mayores problemas ambientales y sociales del mundo.
Antes de unirse a Unilever, Seabright fue vicepresidente de medio ambiente y recursos hídricos de la Compañía Coca-Cola durante más de una década. Se incorporó al sector privado en 2000 después de dirigir el Grupo de Trabajo de la Casa Blanca sobre el Cambio Climático durante la administración Clinton.
Ahora, ha anunciado que presidirá Xampla. La organización es un spin-out de la Universidad de Cambridge y ha desarrollado una serie de alternativas biodegradables a los plásticos de un solo uso utilizando proteínas vegetales, incluyendo guisantes. Afirma que los materiales se descomponen completamente, sin causar daño al medio ambiente, y que su producción es de bajo impacto.
Xampla espera llevar sus materiales al mercado masivo del Reino Unido en 2021 y confía en que las empresas los utilicen para reemplazar artículos como bolsas, sobres, películas y microesferas de plástico. El negocio ha sido certificado como B-Corp a pesar de no haber vendido ningún producto todavía.
En un comunicado, la empresa dijo que sus diez empleados están satisfechos de que Seabright traiga a la mesa «una gran cantidad de experiencia ambiental y comercial», lo que permitirá a la compañía diseñar envases que satisfagan las necesidades de las grandes empresas de bienes de consumo.
Seabright, por su parte comentó:
Xampla es la innovación más emocionante en la que ha trabajado. Sabemos que hemos tenido una crisis del plástico desde hace mucho tiempo, pero el mayor problema con el plástico es también su mayor fortaleza. Su durabilidad es grande cuando se protege el producto y una pesadilla después. El gran enigma ha sido encontrar un producto que sea barato y duradero sin que dure para siempre en nuestro planeta.
Jeff Seabright
Acción de los plásticos
Mientras que el llamado movimiento de «guerra contra los plásticos» resultante de Planeta Azul 2 provocó una serie de compromisos por parte de las empresas, la investigación del WWF el año pasado demostró que la economía mundial de los plásticos sigue creciendo, y está lejos de ser circular o de ser baja en carbono. Su análisis reveló que otros 104 millones de toneladas de plástico se «filtrarán» en los ecosistemas para 2030 sin un cambio de enfoque y que la intensidad general de carbono del plástico aumentará en un 50% en el mismo plazo, comenta Sara George en edie.
Muchas empresas consideran que las alternativas de base vegetal o biológica son parte de la solución, junto con una mejor infraestructura de reciclado, un diseño que permita el reciclado y la reutilización, y simplemente la eliminación del embalaje cuando sea posible.
Estas alternativas han sido probadas por empresas como Just Eat, Lucozade Ribena Suntory y Hellmann’s.
Pero estos materiales no son, en sí mismos, la panacea. Los productores de materiales vegetales y biológicos deben tener en cuenta su capacidad de reciclaje, las condiciones que requieren para descomponerse, si son seguros para albergar alimentos y cuánta agua y tierra se requiere para producirlos.
Solo una estrategia multilateral que establezca exigencias solidas y medibles a los gigantes del plástico hará posible los cambios necesarios, pues para ellas solo es economía, para la humanidad es la vida, ya bastante carga le hemos dejado a las futuras generaciones por inacción.