El sismo que se presentó el pasado 19 de septiembre ha dejado en descubierto muchas cosas, entre ellas la corrupción que existe en nuestro país, la falta de transparencia con algunos permisos y constricciones e incluso el reciente destape del monopolio de las alarmas sísmicas.
¿Monopolio de las alarmas sísmicas? Sí. Únicamente hay una empresa que puede vender alarmas sísmicas alrededor del país y esta se llama Sarmex, una marca del consocio SIRES-MDreieck.
Casualmente ellos son los únicos que cuentan con los requisitos impuestos por el gobierno capitalino.
Este monopolio se dio a conocer después de que Animal Político realizara una investigación y se diera cuenta que una escuela la habían cerrado debido a que no contaban con el sistema de alarma sísmica impuesta por el gobierno, la escuela tenía otro.
Los administradores de dicha escuela, antes pasaban largas temporadas en Estados Unidos y les pareció una buena idea traer a México un sistema de alerta sísmica para instalarlo en la institución. El sistema les costó 200 dólares
Cuando ellos realizaron los trámites para abrir la escuela, la Secretaría de Protección Civil les informó que necesitaban alertas sísmicas con el sistema NOAA, (justo con el que ellos ya contaban).
Durante el tiempo en que estuvo el equipo en las instalaciones nunca les falló en ningún sismo.
Fue a finales del año pasado que un grupo de inspectores de Protección Civil llegaron a la escuela para decirles a los administradores que el sistema de alerta sísmica que utilizaban era ilegal, no porque incumpliera con las características señaladas por la ley, sino porque no era de la marca que el gobierno especificaba: Sarmex.
Como no adquirieron dicha marca, Protección Civil les anunció que su escuela sería clausurada.
Es así que los representantes le dijeron a los funcionarios que sus alertas funcionaban correctamente pero ellos insistieron que estas no eran autorizadas y que se debían acercar al distribuidor autorizado. Además les comentaron que si lo adquirían con ellos podrían iniciar clases a tiempo.
Ante esta situación, los administradores fueron directamente al consorcio CIRES-MDreieck, y éste les cobró 85 mil pesos por instalar un sistema similar al que ellos habían comprado en Estados Unidos por 200 dólares menos, es decir menos de 4 mil pesos.
El único órgano autorizado
El gobierno de la Ciudad de México emitió en abril de 2016 una norma llamada “Norma Técnica Complementaria NTCPC-007-SAS- 2016”, con la que se designó al consorcio empresarial CIRES-MDreieck como único órgano autorizado para “certificar” cualquier sistema de alertamiento sísmico instalado en la capital del país.
Se supone que cualquier sistema que cumpla con todos los requisitos técnicos que señala el gobierno de la Ciudad, podría operar libremente, sin embargo sólo el consorcio CIRES-MDreieck son los únicos que tienen dicha certificación, esto debido a que las autoridades utilizaron un radio Sarmex como modelo ideal.
Para marzo de 2017, la norma fue actualizada pero ahora fue para informar que el único sistema autorizado para advertir sobre la aproximación de ondas sísmicas en la capital del país es el Sistema de Alerta Sísmica de la Ciudad de México que fue creado con recursos públicos, pero luego entregado al consorcio CIRES-MDreieck para su operación, mediante un convenio sin fecha de vencimiento.
¿Incurren en prácticas monopólicas?
Animal Político estableció una entrevista con el director del CIRES (Centro de Instrumentación y Registro Sísmico), Juan Manuel Espinosa, él negó que el consorcio que encabeza incurre en prácticas monopólicas y también negó que haya alguna relación entre CIRES y la empresa MDreieck.
En una segunda entrevista realizada seis días antes del terremoto, Espinosa reconoció que el CIRES creó la firma MDreick SA de CV para eludir las barreras legales que impiden las asociaciones civiles realizar actividades empresariales.
¿Pagar 3 veces más por la alerta sísmica?
Cuatro años después de los sismos que se registraron en 1985, las autoridades federales designaron a la asociación civil CIRES como desarrollador y operador del Sistema de Alerta Sísmica.
Desde entonces CIRES recibe un subsidio permanente por parte de las autoridades mexicanas para la operación del Sistema de Alerta Sísmica.
Extrañamente, el gobierno ha establecido con el consorcio CIRES. MDreieck diferentes contratos por la «renta» de la señal de alerta, así como por la adquisición de equipos de alertamiento para inmuebles oficiales.
Con estas rentas, las autoridades gastan dos veces la operación del Sistema.
En 2010, detalló el titular de CIRES durante la entrevista concedida en septiembre pasado, el Gobierno de la Ciudad de México “pidió radio-receptores (de alerta sísmica), y se le logró abastecer a través de la empresa MDreieck”. Los equipos de alertamiento entregados eran de la marca Sarmex.
“Nosotros somos asociación civil –señaló Espinosa– y no podíamos ser comercializadores de los radio-receptores, entonces, se nombró a un grupo de gente, ex investigadores de CIRES, y ellos, a través de esta empresa (MDreieck), lograron la exclusiva” para comercializar la marca Sarmex en México.
Un monopolio de alertas sísmicas
Entre 2010 y 2011 CIRES-MDreieck le vendió los primeros 88 mil equipos al gobierno mexicano a un costo promedio de mil 140 pesos, es decir, dentro del rango de los 80 dólares.
Antes de que terminara el 2011, CIRES- MDreieck dijo que su tecnología no sería de bajo costo e impuso a sus radios Sarmex un sobreprecio de 2700%. Así que en 2010 se vendían en menos de mil 200 pesos, pocos meses después elevaron su costo hasta 34 mil pesos por unidad.