Desde el movimiento verde siempre se ha hecho hincapié en evitar el consumismo desmedido, que provoca gastos de energía y materiales, y generación de basura innecesesarios. En su lugar, se propone la elección de experiencias sobre cosas: en lugar de regalar un nuevo televisor, por qué no invitar a una cena o a un fin de semana de relax.
Un nuevo estudio de profesionales de la Universidad de Cornell viene ahora a respaldar estas premisas, comprobando que las experiencias pueden dar más felicidad que las cosas.
El estudio fue llevado a cabo por Thomas Gilovich y Travis J. Carter, y analiza las reacciones de las personas frente a sus compras de objetos y de experiencias en relación con los conceptos del libro de Barry Schwartz, La tiranía de la abundancia. Este libro habla de que la abundancia de opciones tiende a dar insatisfacción porque las personas se quedan angustiadas por aquellas opciones que no eligieron.
Así, el nuevo estudio analiza cuán insatisfechos quedaron los participantes del mismo en relación a objetos y a experiencias, y concluye que las segundas tienden a dar más satisfacción que los primeros.
Dicen las conclusiones: «Encontramos que los participantes estaban menos satisfechos con sus compras materiales porque en ellas era más posible que comenzaran a pensar en las opciones que no habían elegido.
También que los participantes tendían a buscar la perfección cuando estaban eligiendo objetos, y a quedarse satisfechos cuando se trataba de experiencias. Aquellas opciones no elegidas en las adquisiciones materiales eran más analizadas, y la satisfacción con las posesiones materiales era disminuida con la comparación con otras opciones disponibles o de otras personas».
Es decir: cuando compramos algo material, nos angustia pensar en qué otra cosa podríamos haber comprado, mientras que con una cena o un masaje es menos probable que nos pongamos a pensar en eso.
«Nuestros resultados sugieren que las decisiones en torno a compras de ‘experiencias’ son más fáciles de realizar y más conductivas a dar bienestar», concluye el estudio.
Así es que si todavía son de aquellos que compran sin cesar, sepan que elegir experiencias o simplemente no comprar no sólo es mejor para el medio ambiente sino también para su felicidad.