La coordinadora del Área de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) del Instituto Complutense de Estudios Internacionales (ICEI-UCM), Helena Ancos, ha advertido de que «se está especulando con la RSC» siguiendo «el mismo modelo empresarial» que ha conducido a la actual situación de crisis en España.
Durante la presentación de la mesa redonda ‘Promoviendo el activismo en la RSC’, que ha tenido lugar este jueves en la Representación de la Comisión Europea en España (Madrid), Ancos ha insistido en que «lo que falta en este sector es la aplicación del sentido común» y ha hecho una llamada a los «activistas de la RSC» para que dejen oír su voz por todos los medios. En este punto, ha hecho especial hincapié en los movimientos que, a través de Internet, están consiguiendo dar un vuelco a la situación.
En el acto también ha participado la directora de Campañas de Greenpeace en España, Maria José Caballero, quien ha defendido que desde las ONG «no se hacen iniciativas únicamente para confrontar, sino también para presentar soluciones». Así, ha puesto como ejemplo varias de las campañas que han llevado a cabo desde Greenpeace contra grandes empresas para «hacerles cambiar de idea sobre ciertas prácticas nocivas con el fin de ayudar a este maltrecho planeta».
«Centramos las acciones sobre las empresas más grandes y conocidas porque son ellas quienes pueden arrastrar al resto hacia las buenas prácticas», ha apostillado. Por último, Caballero ha explicado que lo que les motiva es convertirse, de alguna forma, en «motores de cambio directo en empresas».
La aportación de las organizaciones sociales más radicales
Por otra parte, el presidente de Economistas Sin Fronteras, José Ángel Moreno, ha señalado que «las organizaciones sociales más radicales también son funcionales para el desarrollo de la RSC» y asegura que «la relación entre estas asociaciones y las empresas se está intensificando durante los últimos años».
En este sentido, Moreno ha afirmado que si un Gobierno quiere fomentar la responsabilidad empresarial «tiene que apoyar a los movimientos sociales fuera de su campo de influencia». Además, ha advertido de que «la RSC no puede ser sólo voluntaria», sino que ciertos aspectos básicos «deben ser legalmente exigibles».
En concreto, ha hecho referencia al respecto ambiental, al cuidado de las relaciones laborales, a la lucha contra los sobornos o al respecto de los Derechos Humanos, entre otros. «Los poderes públicos no pueden permitir que haya grandes empresas indecentes», ha sentenciado, antes de concluir que «un país con empresas responsables es un país mejor».
También ha tomado la palabra el periodista y bloguero Pablo Herreros, quien ha explicado que Internet, a través de plataformas como ‘Change.org’ se ha convertido en «el pegamento que convierte las pataletas personales a propuestas serias y con respaldo para poder alcanzar soluciones.
Por último, Herreros ha insistido en que «el terreno nunca fue tan fértil para la RSC como hoy», al entender que «en un país donde la corrupción campa a sus anchas, son las empresas quienes pueden ayudar a cambiar la situación».
Fuente: Europa Press
