El objetivo de la Fundación Altius es hacer que los 20 mil alumnos que estudian en 34 colegios de la asociación, puedan volar más alto. Basada en proyectos educativos, de promoción de salud y de desarrollo, la fundación busca impactar de manera positiva en las familias y comunidades necesitadas para que puedan avanzar a través de los Colegios «Mano Amiga».
«La educación es la base para combatir muchos problemas, este modelo se inspira en el cambio del niño de forma integral, es decir, humana, científica, artística y espiritual.»
Ofrecemos educación desde el preescolar hasta la preparatoria, incluso en este nivel se tienen uno de los mayores logros ya que 91 por ciento de los alumnos que egresan de ella continúan sus estudios universitarios», dijo Carlos Otero, director de Operaciones.
Los distintos planteles empezaron a ubicarse en México y Sudamérica desde hace 45 años pero fue hasta hace 5 años cuando el proyecto de crear una fundación que los envolviera se concretó.
«Apostamos a la continuidad, a evitar la deserción que es una enfermedad silenciosa, uno no se da cuenta y de pronto ya no están tres niños en la escuela; sucede que primero están en su casa, después en la calle y acaban delinquiendo, eso no lo queremos», añadió.
De acuerdo con la Fundación el monto que invierten por la educación de cada uno sus alumnos tiene es de 840 pesos mensuales.»Tenemos un programa de padrinos, hay empresas que se hacen cargo de un grupo, realizamos rifas y otras opciones», señaló.
El esfuerzo de mil 153 personas, entre maestros, empleados y voluntarios, se ve reflejado en cada uno de los menores y en los Colegio Mano Amiga, cuyo objetivo último es brindar herramientas para que los pequeños emprendan su vuelo.
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Me resulta extramadamente desagradable encontrarme con un Carlos Slim filantrópico, después de que nos cobró lo que quiso por años cuando tenía el control absoluto de la telefonía en México. No hay otra forma de explicar su enriquecimiento brutal en 2 ó 3 décadasm hasta colgarse la medalla de uno de los más ricos del mundo cuando en México hay millones de gente en condiciones infrahumanas.
A muchos les falta memoria o datos: cuando controló el mercado, subió los precios a lo que quizo a pesar de que el gobierno había dado instrucciones de congelar precios. Mundialmente todos lo sabían: los precios de las llamadas telefónicas eran estronómicas y con una voracidad terrible.
Para muestra basta un botón: Yo tenía dos teléfonos en mi oficina. Uno de ellos lo dejé sin uso por dos meses y… ¡El recibo me seguía llegando por la misma cantidad! Me quejé ante la PROFECO, le gané la demanda y ¿cuál fue el resultado? Le pagó una multa ridícula a la PROFECO y a mi me dijeron «si quiere recuparar su dinero tiene que pelarlo en la Cd. de México con los abogados de TELMEX» Todos tuvimos experiencias de esa índole. ¡Claro! Ahora puede hablar de filantropía, pero con los recursos que sacó de la bolsa de todos los Mexicanos, con conocimiento por parte del gobierno.