Facebook responde a acusaciones de Biden que realizó el pasado viernes en contra de la red social, debido a la desinformación relacionada con COVID-19.
De acuerdo con INC, la polémica surgió cuando una periodista preguntó al presidente sobre la desinformación de COVID-19, a lo que él respondió: «Están matando gente».
Más tarde, Biden retrocedió esas declaraciones, aclarando que recientemente había leído que la mayor parte de la información errónea en Facebook relacionada con las vacunas COVID-19 se origina en 12 cuentas.
Facebook no está matando gente, estas 12 personas están dando información errónea. Cualquiera que lo escuche se lastima. Está matando gente. Es mala información.
Joe Biden, presidente de EE.UU.
Facebook responde a acusaciones de Biden
Después del comentario original de Biden, Facebook hizo una excepción e hizo una publicación en el blog pidiendo a la administración que dejara de señalar con el dedo al gigante de las redes sociales. La publicación se titula literalmente «Pasando el dedo apuntando».
Es interesante que Facebook parezca sensible a los comentarios de Biden, a pesar de que se sabía que el anterior ocupante de la Casa Blanca hacía comentarios incendiarios en las redes sociales de forma regular. La compañía pareció adoptar un enfoque mucho más amistoso con la Administración Trump.
Por otra parte, quizá sí es comprensible por qué Facebook es tan sensible al tema:
Ninguna empresa quiere ser etiquetada como responsable de causar la muerte de personas, especialmente no por el hombre que posiblemente tiene el megáfono más grande del mundo: el presidente de los Estados Unidos.
Además, Facebook está bajo una intensa presión por parte de reguladores y legisladores sobre una variedad de temas, incluido si hace demasiado o no sobre la moderación del contenido, dependiendo del lado del espectro político en el que se encuentre.
También enfrenta la posibilidad de que la FTC vuelva a presentar una versión enmendada de su demanda antimonopolio contra la empresa.
Antes de llegar demasiado lejos, deberíamos reconocer que se complica cada vez que una plataforma comienza a censurar contenido basándose en lo que alguien piensa que es desinformación.
Es aún más complicado cuando ese alguien es el gobierno federal. Incluso si todos estamos de acuerdo en que la desinformación es mala, todavía hay mucho espacio para la interpretación sobre lo que califica.
¿Quién decide qué es información fáctica cuando el tema está matizado y es objeto de debate? No es una pregunta hipotética, considerando la cantidad de veces que la sabiduría convencional ha cambiado durante la pandemia. Puede complicarse muy rápidamente.
La respuesta de Facebook
La publicación del blog de Facebook, escrita por Guy Rosen, vicepresidente de integridad de Facebook, habla sobre lo que está haciendo la plataforma de redes sociales para mitigar la influencia de la información errónea, especialmente en lo que se refiere a las vacunas:
Desde el comienzo de la pandemia, hemos eliminado más de 18 millones de casos de información errónea de COVID-19. También hemos etiquetado y reducido la visibilidad de más de 167 millones de piezas de contenido de COVID-19 desacreditadas por nuestra red de socios de verificación de datos para que menos personas lo vean y, cuando lo hagan, tengan el contexto completo.
Guy Rosen, vicepresidente de integridad de Facebook.
El mayor problema de Facebook es que la forma en que se percibe a sí misma es muy diferente a la forma en que lo hacen los demás.
Por ejemplo, Facebook quiere ser juzgado por el hecho de que ha tomado medidas contra el problema del contenido que podría ser engañoso o dañino. Sus críticos juzgan la plataforma por el hecho de que tiene mucho de ese contenido en primer lugar.
Si tiene que «eliminar 18 millones de instancias de información errónea de COVID-19», eso es aproximadamente 40.000 al día durante los últimos 16 meses. Agregue a eso los 167 millones, o 350,000 piezas de contenido todos los días, que la compañía ha «reducido la visibilidad», y es difícil argumentar que Facebook no tiene un problema muy real.
Eso no quiere decir que no se esté trabajando duro para hacer algo al respecto, pero gran parte del contenido que se comparte está difundiendo teorías de conspiración y noticias falsas. Requiere que Facebook tenga miles de moderadores de contenido, y todavía no pueden captarlo todo. Ese es el tipo de problema muy grande que surge de tener una plataforma con casi 3 mil millones de usuarios.
La percepción importa
Facebook no se ve a sí mismo como lo hace el mundo, como un lugar donde se recopila su información personal para que pueda ser dirigido por anuncios, y donde el contenido inflamatorio se amplifica y comparte, lo que puede causar daños en el mundo real, sino como una causa noble que conecta a personas de todo el mundo.
La red social ciertamente no es el único negocio que enfrenta este tipo de desconexión en la percepción, sin embargo, es un ejemplo perfecto de lo que puede salir mal cuando una empresa pierde de vista cuán grande es realmente esa desconexión.
No se trata de señalar con el dedo. Se trata de aceptar la realidad y descubrir cómo resolver mejor el problema.
