La lucha contra el cambio climático es una acción que nos corresponde a todos, sin embargo, los niños también están aportando. Por ello, recientemente los niños decidieron hacer un paro escolar y salir a exigir acciones a favor del medio ambiente.
Decenas de estudiantes se propusieron parar las clases y tomar las calles para exigir que los funcionarios electos actúen. Se trata de un movimiento llamado #FridaysForFuture, el cual comenzó con Greta Thunberg, la activista ambiental de 16 años, quien en agosto de 2018 comenzó a faltar a clases los viernes para protestar frente al parlamento sueco.
La adolescente es un ejemplo para cientos de estudiantes, tanto que ahora decidieron salir y protestar por más medidas para evitar el calentamiento global.
En el caso de Greta, ella ha dicho que no detendrá sus plantones hasta que Suecia esté en línea con el Acuerdo de París, un acuerdo que pretende limitar el aumento de la temperatura global de este siglo a 1,5 grados centígrados.
Ahora Greta ha inspirado a estudiantes en países como Australia, Tailandia, Uganda, Reino Unido y otros países más, así como mil 200 ciudades.
Además también está Sofía Bianchi, quien vive en Buenos Aires, Argentina. Ella participa en una radio comunitaria, hace danza clásica y dirige un taller de Naciones Unidas con jóvenes dos años menores que ella.
¿Cuál es el sentido de ir a la escuela si el cambio climático puede destruir toda la esperanza del futuro? Esto es lo que se preguntan los estudiantes manifestantes.
De acuerdo con un informe de 2018 del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) de la ONU, esta pregunta sobresale porque los líderes mundiales tiene solo once años (2030) para evitar niveles desastrosos de calentamiento global.
Sin embargo, si el ritmo de las emisiones de carbono sigue igual, el planeta rebasará la temperatura permitida (1.5ºC) por encima de los niveles preindustriales en 2030.
Si la temperatura aumenta, habrá más sequías, incendios forestales, inundaciones y hasta escasez de alimentos para millones de personas.
Por ello, si se quiere frenar el cambio climático, el informe dice que se requieren cambios rápidos y de gran alcance en el uso de la tierra, las fuentes de energía, la infraestructura y los sistemas industriales.
¿Será que los niños que protestan realmente ayudarán a lograr esta meta?
En una carta abierta publicada en el periódico The Guardian, un grupo de activistas del clima liderados por jóvenes llamó al cambio climático “la mayor amenaza en la historia humana” y dijo que los jóvenes ya no aceptarán la inacción de los líderes mundiales. Están tomando el asunto en sus propias manos, “te guste o no”.
“Tenemos el derecho de vivir nuestros sueños y esperanzas”, dice la carta. “El cambio climático ya está ocurriendo. La gente murió, está muriendo y morirá por eso, pero podemos y detendremos esta locura”.
¿Cuáles son los objetivos?
En Australia, los protestantes están en contra de un proyecto de una mina de carbón. Exigen una transición completa a la energía renovable para 2030.
En Estados Unidos, quieren que se haga una transformación radicar de la economía, lo que incluye una agenda:
Una aceptación nacional del Green New Deal, la propuesta del pacto verde.
- El fin de los proyectos de infraestructura de combustibles fósiles.
- Una declaración de emergencia nacional sobre el cambio climático.
- Educación obligatoria sobre el cambio climático y sus efectos del K-8.
- Suministro de agua limpia.
- Preservación de tierras públicas y vida salvaje.
- La toma de decisiones gubernamentales debe estar atada a investigaciones científicas.
Los científicos están a favor de esta protesta y por ello un grupo de ellos emitió una carta en apoyo al paro en su país, y dijo que las demandas de los estudiantes de una acción inmediata sobre el cambio climático son coherentes con la ciencia más reciente.
“Necesitan nuestro apoyo, pero más que eso, necesitan que todos actuemos. Su futuro depende de ello, y también el nuestro».
Sin embargo, no todos están de acuerdo. Un portavoz de la primera ministra del Reino Unido, Theresa May, criticó las protestas estudiantiles en febrero y dijo que el hecho de hacer un paro “incrementa la carga de trabajo de los docentes y desperdicia el tiempo de las clases”, y agregó que los niños deben estar en la escuela para ser científicos e ingenieros para que puedan abordar el problema.