El director de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), José Graziano da Silva, presentó tres recomendaciones al gobierno de México para blindar la cruzada contra el hambre a un mes de su implementación, para no caer en un programa asistencial y conformar una política de Estado con resultados reales.
Al presentar la primera investigación “Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional en México 2012”, el Director de la FAO expuso: “Los pasos que se están dando van por buen camino, es necesario tener un gobierno comprometido políticamente y mantener el acuerdo con las fuerzas políticas y sociales para blindar los programas de todo tipo de intervención electoral; segundo, para influir en la implementación efectiva de los programas se deben tener recursos asignados, y tercero, tener leyes que lo respalden”.
En ese sentido, Graziano da Silva detalló que sostuvo una reunión con las comisiones parlamentarias vinculadas con el tema alimentario y afirmó que debe haber un frente parlamentario “para respaldar la cruzada en leyes que conviertan el derecho a la alimentación en un derecho del ciudadano mexicano y no una caridad del Estado”.
Al establecer el primer grupo técnico de trabajo, que fundará los parámetros de medición que se aplicarán a la cruzada contra el hambre, se informó que a raíz de la crisis alimentaria internacional, la alimentación pasó a un primer nivel en las agendas políticas, en México, en el 2008, se afectó la pobreza alimentaria, empezó a dispararse y llegó a 18% en el país.
“México tiene suficiencia en la oferta alimentaria, pero es un gran importador, complementa su oferta con importaciones, de ahí que la oferta disponible es muy superior a la de otros países del mundo, en calorías es superior a las 32,000 calorías por persona, pero el problema de México no es un problema de la oferta, sino de carencia de acceso”, detalló Nuria Urquia, representante de la FAO en México.
Fuente: El Economista
