La felicidad es un derecho constitucional en algunos países como Japón, Corea del Sur y más recientemente Brasil.
A pesar de ser un término aparentemente subjetivo, el concepto tiene fundamentos objetivos, de acuerdo con Luis Ernesto Aguirre, especialista en derechos humanos del Tecnológico de Monterrey.
“La felicidad es el respeto a la dignidad del cuerpo, la razón y la espiritualidad”, declaró el académico.
Para Aguirre no sorprende que algunas constituciones declaren el derecho a la felicidad de los individuos, pues es una garantía que deben promover los estados democráticos.
En el marco legal el derecho a la felicidad no es un fin en sí mismo. Por el contrario, es una meta que se conquista a través del cumplimiento de los derechos humanos.
La Constitución Mexicana de 1917, con todas sus reformas no incluye el derecho a la felicidad.
Sin embargo, no significa que la ley actual ignore el derecho a la felicidad de los mexicanos.
De hecho la omisión del concepto de felicidad en la Constitución de 1917 no tiene implicaciones sustantivas, aseguró el especialista en derechos humanos del Tecnológico de Monterrey. Es sólo que hay veces que lo implícito se nos olvida, dijo.
Por eso algunas constituciones conservan dicha garantía. La de Japón señala que “todos los ciudadanos serán respetados como personas individuales. Su derecho a la vida a la libertad y a la felicidad será en tanto que no interfiera con el bienestar público”.
La de Corea del Sur señala que todos los ciudadanos tienen derecho a ser felices, mientras que el Estado garantizará los derechos fundamentales de los individuos.
En Brasil, el Senado aprobó en 2011, una enmienda para incluir en la constitución dicho derecho.
El PIB feliz
Bután, país budista situado en la cordillera de los Himalayas apostó por utilizar otra forma de medir la riqueza: el FIB (Felicidad Interna Bruta) indicador que define la calidad de vida en términos más holísticos y sicológicos que el Producto Interno Bruto (PIB).
El FIB fue propuesto en 1972 por el Rey de Bután Jigme Singye Wangchuck como respuesta a las críticas de la constante pobreza de su país.
Maneja cuatro pilares: la promoción del desarrollo socioeconómico sostenible e igualitario, la preservación y promoción de valores culturales la conservación del medio ambiente y el establecimiento de un buen gobierno.
El FIB es el resultado de las políticas públicas, del buen gobierno, de la equitativa distribución de la riqueza, resultante de los excedentes de la agricultura de subsistencia, de la ganadería, de la extracción vegetal, de la venta de energía a India, de la ausencia de corrupción, de la garantía general de educación y salud de calidad.
Para los budistas la felicidad es un estado mental que va más allá de conseguir un nivel óptimo de consumo material, de riqueza o estabilidad económica. Según sus creencias todos los seres humanos tienen un mismo deseo: encontrar la felicidad y evitar el sufrimiento, pero muy pocos conocen sus verdaderas causas.
Señalan que si las personas desean disfrutar de la felicidad duradera, deben adquirir y mantener una experiencia especial de paz interior.
La única manera de conseguirlo es adiestrar la mente con la práctica espiritual para reducir de manera gradual los estados mentales negativos y sustituirlos por mentes apacibles
Fuente: Excélsior. Primera-Estados, p. 26.
Por: Manuel Lombera.
Publicada: 24 de febrero de 2012.