La 23a edición del Diccionario de la Real Academia incluirá 6 mil artículos nuevos, mientras que otros 100 mil serán enmendados.
Para conmemorar sus 300 años de existencia, la Real Academia Española presentará, en octubre próximo, la vigesimotercera edición de su Diccionario, que entre otras novedades, contempla una enmienda a su actual definición de la palabra “azteca”; la inclusión de neologismos como “feminicidio” o “feminicida”, y la eliminación de palabras en desuso tales como “azuquita”.
Descrita como una obra “panhispánica”, que recoge el aporte de las 22 academias nacionales de la lengua española que existen en el mundo, esta 23a edición del Diccionario busca, según la RAE, “modernizarlo y hacerlo más coherente”, por lo cual, incluirá 6 mil artículos nuevos, mientras que otros 100 mil serán enmendados –es decir que la mitad de las definiciones incluidas experimentaron alguna corrección–.
Sin embargo, algunas de las definiciones más polémicas del Diccionario se mantendrán intocadas, tales como “macho”, que seguirá equiparándose con los adjetivos “fuerte”, “vigoroso”, “valiente”, “animoso” y “esforzado”; o la definición de “femenino”, que seguirá manejándose como igual a “débil” y “endeble”.
A la mexicana
En su actual versión, el Diccionario de la Real Academia –que vio la luz en 1726– define la palabra “azteca” como “el individuo de un antiguo pueblo invasor y dominador del territorio conocido después con el nombre de México”, descripción que fue corregida para que, en la edición que será presentada en octubre próximo, se lea lo siguiente: “Azteca (del náhuatl aztécatl, ‘habitante de Aztlán’). Mexicano. Perteneciente o relativo al grupo étnico que habitó el mítico Aztlán”.
Asimismo, en la actualidad, el Diccionario define el uso mexicano de la palabra “naco” como “Indio (indígena)”, y la describe como un adjetivo que proviene “quizá de totonaco”. Sin embargo, en su nueva versión, el diccionario eliminó la acepción mexicana del término, y sólo conservó su uso americano como “andullo de tabaco”, el colombiano como “puré de papas”, y el uruguayo como “susto” y “excremento”.
Además, la acepción mexicana para “rajar”, que se define como la “acción de desdecirse”, también será eliminada del Diccionario.
Otra de las nuevas palabras aceptadas en la vigesimotercera edición del Diccionario de la Real Academia de la Lengua, estrechamente vinculado con la realidad mexicana, es el neologismo “feminicidio”, misma que define como el “asesinato de una mujer por razón de su sexo”.
Esta definición, sin embargo, fue criticada por el grupo civil CIMAC (Comunicación e Información de la Mujer AC), ya que, consideró, “excluye el componente de ‘género’ en los asesinatos cometidos contra la población femenina.”
A lo macho…
Aún cuando la Real Academia Española informó que 50% de las 200 mil palabras que componen su diccionario experimentaron alguna “enmienda”, en su nueva edición seguirán vigentes muchos de los conceptos que en el pasado han sido cuestionados por agrupaciones dedicadas a la defensa de los derechos de las mujeres.
Éste es el caso de la palabra “prostituta”, para la cual el diccionario mantendrá una larga lista de sinónimos, entre los cuales destacan las palabras “loca”, “zorra”, “perra”, “araña” y “lagartona”, además de que la definición de “mujer” incluye seis formas de usarla para referirse a una trabajadora sexual, y que son: mujer del arte, mujer del partido, mujer de punto, mujer mundana, mujer perdida y mujer pública.
Además, entre las acepciones aceptadas para “loba” se encuentra la de “mujer sensualmente atractiva”; y la definición de “cucaracha” seguirá aceptando el uso del término para aplicarlo a aquella “mujer morena”.
Por otra parte, la definición de la palabra “arpía” no sólo acepta su uso para describir un “ave fabulosa, con rostro de mujer y cuerpo de ave de rapiña”, sino también para aplicarlo a una mujer “aviesa”, “fea” y “flaca”. Este artículo, cabe destacar, fue enmendado y, en la próxima edición del Diccionario fue eliminado su uso para mujeres flacas.
Por el contrario, algunas definiciones que invisibilizaban a las mujeres o que se basaban en viejos usos sexistas, sí fueron modificados, tales como el término “bebé”, que era definido como “niño de pecho”, y cuya nueva descripción dirá “niño o niña de días o de pocos meses”.
Otro ejemplo de la eliminación de acepciones anacrónicas es la enmienda a la definición de “belleza”, que en su actual versión se señala como la “propiedad de las cosas que hace amarlas, infundiendo en nosotros deleite espiritual”, así como “mujer notable por su hermosura”, descripciones que fueron eliminadas y sustituidas en su nueva edición por “Cualidad de bello” y “Persona o cosa notable por su hermosura”.
Viejos fantasmas
Entre las enmiendas realizadas para modernizar el Diccionario de la Lengua Española también destaca aquella practicada en el concepto “activista”, y que era definido como “agitador político, miembro que en un grupo o partido interviene activamente en la propaganda o practica la acción directa”, misma que será sustituida por la siguiente: “Activista. Militante de un movimiento social, de una organización sindical o de un partido político, que interviene activamente en la propaganda y el proselitismo de sus ideas”.
Asimismo, la próxima edición del Diccionario aceptará palabras cuyo uso es ya cotidiano entre los hispanohablantes, tales como billonario, ambientalista, anarcoide, animalista, antiamericano, antibelicista, antibritánico, anticapitaismo, antidemocracia, antidiarréico, autoayuda y autobomba.
Y, así como fueron incluidas nuevas palabras, hubo también otras que oficialmente quedarán fuera del del catálogo de la RAE, en su 23a edición, tales como “aónides” (también llamadas musas), o “azuquita” (que es el nombre ambiguo, diminutivo y coloquial del azúcar).
Conoce aquí con mayor detalle algunos adelantos de las modificaciones realizadas al Diccionario de la Real Academia.
Fuente: Animal Político