Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), forman parte de la Agenda 2030 que se aprobó el 25 de septiembre del 2015, durante la Cumbre de las Naciones Unidas (ONU); contó con la asistencia de más de 150 líderes mundiales.
Poner fin a la pobreza en todas sus formas, así como brindar una educación de calidad universal para 2030, es uno de los objetivos planteados.
Para que todos los países comprometidos puedan alcanzar la meta, será necesario dinero, especialmente en las finanzas públicas.
Financiar los ODS; esto hacen los países en desarrollo
Para implementar los ODS, los países en desarrollo deberán depender de sus propios recursos. Según El País, la Agenda 2030 prevé que el primero de los objetivos será fortalecer la movilización de recursos internos, y así mejorar la capacidad nacional de recaudación de impuestos y otros ingresos.
La deficiente gestión fiscal, significa que los países en desarrollo, en particular los de África (continente que alberga a 27 de los países más pobres del planeta), a menudo padecen inflación y crisis de la deuda, y muchos están a merced de los ciclos de precios de las commodities materias primas o productos básicos.
La recaudación de impuestos es un gran reto para estas economías: en promedio, los países de ingresos bajos ingresan entre el 10% y el 20% de su PIB en este concepto, frente a un 40% en los países ricos.
Lo países en desarrollo normalmente tienen economías informales grandes, invierten poco en la infraestructura necesaria para implementar una tributación personal.
Estudios hechos por el diario español demuestran que la eficacia de la recaudación de impuestos y la solidez de los sistemas presupuestarios, depende de forma crucial del grado en que las instituciones políticas dispongan de mecanismos de limitación del poder ejecutivo.
Los gobiernos con sistemas creíbles e institucionalizados tienden no solo a recaudar más ingresos por impuestos, sino a tener procesos presupuestarios más transparentes y predecibles.
Mencionan que la implementación de mecanismos de limitación del poder ejecutivo, produciría un aumento de 2.4% de la proporción del PIB.
Los avances se podrían traducir en más libros de texto para las escuelas locales, mayor cantidad de vacunas para los servicios de salud, y más recursos para los programas de reducción de pobreza.
Un gran avance hacia el logro de los ODS podría ser un sistema tributario limitado por instituciones que garanticen la transparencia y la rendición de cuentas.
Los resultados no se verán reflejados de inmediato, pero poco a poco habrá cambios: «la integración de pesos y contrapesos a la función de gobierno para limitar la discrecionalidad de la autoridad presupuestaria del ejecutivo, es esencial para lograr el tipo de transformación estructural que los países en desarrollo necesitan, y de esta manera crear futuros más prósperos y estables que se extiendan mucho más allá de 2030».
ODS
Los ODS ayudan a las empresas proporcionando un camino integral y holístico hacia un futuro compartido, más resistente en una línea de tiempo que promueve resultados y responsabilidad.
La clara articulación de estos 17 objetivos universales crea un lenguaje compartido capaz de generar oportunidades de unidad y colaboración.
Los ODS han sido considerados lo más cercano a una estrategia de sostenibilidad para la humanidad. Estos son un intento audaz para erradicar algunos de los problemas globales como la pobreza, proteger el planeta y garantizar que todas las personas disfruten de paz y prosperidad.