Esta mañana en el Senado de la República, 60 empresas, de la mano con asociaciones y cámaras, firmaron el Acuerdo Nacional para la Nueva Economía del Plástico en México. Este acuerdo ha sido impulsado por la fundación Ellen McArthur y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), con el objetivo de impulsar una correcta gestión de los residuos, a través de un modelo de economía circular.
Cada uno de los firmantes se ha comprometido a establecer objetivos claros y ambiciosos para 2030, trabajando en conjunto para eliminar los plásticos de un solo uso innecesarios, mediante la innovación y rediseño, convirtiéndose en plásticos reusables, reciclables, compostables o aprovechables. Dichos acuerdos serán registrados ante la SEMARNAT, para su seguimiento y cumplimiento.
En línea con sus esfuerzos por alcanzar la meta de un ‘Mundo sin Residuos’, la Industria Mexicana de Coca-Cola (IMCC) se unió al acuerdo, contando con la presencia de Coca-Cola México, Arca Continental, Bepensa, Coca-Cola FEMSA,Jugos Del Valle–Santa Clara y la Asociación de Embotelladoras Mexicanas de Coca-Cola (ASCOCA). De igual forma sus plantas de reciclaje, PetStar, la más grande del mundo e IMER, la primera construida en Latinoamérica, la asociación civil ECOCE y ANPRAC.
Otras empresas como PepsiCo, Danone y Nestlé también participaron, siendo este un claro ejemplo sobre la importancia de la suma de esfuerzos.
“Podemos asegurarles que este Acuerdo no es el camino final legislativo sobre el plástico. Hay mucho que trabajar todavía y, por ello, reconocemos nuestra responsabilidad y no renunciamos a esta tarea. Lo que estamos haciendo hoy no es el límite, al contrario, es el material de base. A partir de nuestra Comisión y la alianza entre gobierno, industria e instituciones clave, vamos a poder evitar, juntos, la contaminación de nuestros ríos, mares, lagos, carreteras, a partir del mal uso del plástico”, reiteró el Senador Jorge Carlos Ramírez Marín.
El acuerdo nacional impulsa una visión más amplia de la “regla de las 3R’s” (reducir, reusar y reciclar), adoptando dos nuevas acciones; el rediseño de productos y el repensar, aplicado tanto a la fabricación, como al consumo de los productos. Asimismo, busca que se reconozca una responsabilidad compartida entre el gobierno, empresas y la sociedad.
Como parte de su implementación se promoverán políticas y programas a través de autoridades educativas, servicios efectivos del gobierno para el manejo de los residuos y el desarrollo de infraestructura para su tratamiento y valorización, que las empresas se comprometan a disminuir el impacto ambiental de sus procesos y productos a través de la reincorporación de los residuos plásticos en su cadena productiva, además de que la sociedad se involucre por medio de una correcta disposición y separación de los residuos.
Dentro del acuerdo, se establecieron tres ambiciosas metas para para el 2030: que los empaques y envases sean reutilizables, reciclables, compostables o aprovechables al 100%; que la tasa de acopio esté conformada de 80% en PET y 45% en promedio de todos los plásticos y que el contenido de material reciclado de éstos sea de 30%.
Asimismo, impulsa la creación de planes de manejo por material los cuales serán obligatorios y deberán de ser registrados ante la autoridad competente, de igual forma el avance en el cumplimiento de los compromisos se reportará anualmente.
De acuerdo con Joan Prats, vicepresidente de asuntos corporativos de Coca-Cola México, “el país ya es un caso de éxito en materia de reciclaje. Hemos conseguido la recuperación del 56% del PET y aunque falta mucho por hacer, vemos grandes iniciativas como este acuerdo a través del cual podemos seguir fomentando un correcto manejo y disposición de los residuos, además de una cultura de reciclaje. El objetivo no solo está en el PET, estos avances se deben de replicar hacia el resto de los materiales para su correcta valorización y procesamiento post consumo en favor de un desarrollo sostenible”.
La nueva economía de los plásticos es una visión de economía circular, donde este material nunca se convierte en residuo, sino que adquiere la posibilidad de ser valorizado para su posterior transformación e implementación como materia prima.
Prats añadió que es indispensable trabajar juntos“todos debemos hacer lo que nos toca; desde autoridades y empresas, hasta las personas que compran un producto y se convierten en un elemento clave en la cadena, para la correcta disposición del envase”.
Como parte de sus objetivos, la Industria Mexicana de Coca-Cola busca recuperar y reciclar el 100% de sus envases vendidos para 2030, además de que para ese mismo año todos sus envases incluyan cuando mínimo 50% de materiales reciclados. También, han trazado metas para 2025, como el que todos sus envases sean 100% reciclables y que el 50% de su portafolio se componga por envases retornables.
Actualmente la IMCC es el principal reciclador de PET grado alimenticio en el país, gracias a su continua evolución de envases, desarrollo de infraestructura, ecodiseño, prevención en la generación de residuos y el impulso de una cultura de reciclaje.
Entre sus esfuerzos destaca la botella azul de Ciel, hecha 100% de otras botellas; el movimiento medio ambiental ‘Verano Sprite’ en el que reunió a más de 3 mil jóvenes para la limpieza de 10 diferentes cuerpos de agua y entornos urbanos de México logrando la recuperación de 24 toneladas de residuos; el contar con un portafolio compuesto en un 43% por empaques retornables; que el 98% de sus envases sean reciclables; además de la presentación del sitio unmundosinresiduos.com para impulsar la suma de esfuerzos en favor de un desarrollo sostenible.
Comunicado de prensa.