Por: Margarita Nanacatzin Romero Vázquez
Hace poco más de dos años, cuando se extendió el virus Sars-Cov-2 que derivó en una pandemia, un término comenzó a tomar fuerza: zoonosis. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), se refiere a cualquier enfermedad que de manera natural es transmisible desde los animales vertebrados hacia los humanos. Aproximadamente el 45% de las zoonosis en el mundo son de origen viral, y la COVID-19 se asoció a estas.
Las reacciones por parte de la sociedad ante la emergencia sanitaria fueron, entre otras, el sentir miedo hacia los animales —especialmente a los murciélagos, ya que especialistas indicaron la posibilidad de que el virus surgiera de esta especie—. Situación que reveló la urgente necesidad de replantear diferentes aspectos sobre el tema, entre ellos: el papel de las empresas en el sistema alimentario; el trato que se le da a los animales y su relación con las enfermedades; el cambio climático y los problemas de carácter ético.
Por lo que el papel de las empresas por el bienestar animal resulta hoy más relevante que nunca. Sobre todo si se toma en cuenta que la Organización de las Naciones Unidas (ONU), estableció dentro de sus Objetivos de Desarrollo Sostenible, el ODS 12: Producción y consumo responsable, el cual consiste en hacer más y mejor con menos.
Esto involucra tanto a los consumidores como a los productores, así como la forma en la que gestionan su cadena de suministro. También se trata de desvincular el crecimiento económico de la degradación medioambiental, aumentar la eficiencia de recursos y promover estilos de vida sostenibles para todas las especies.
Es momento de decir adiós a la crueldad animal
El bienestar animal se define como el «estado físico y mental de un animal en relación con las condiciones en las vive y muere», este debe promover el respeto a las libertades de los animales. Bajo este entendido, evitar la crueldad animal forma parte de la responsabilidad que tiene la sociedad, y para lograr el cometido, es indispensable que se sume la iniciativa privada.
En este contexto, Mercy For Animals —organización internacional sin fines de lucro de protección animal— realiza acciones para construir un sistema alimentario compasivo. De hecho, Alejandra Manzanares, directora de Relaciones Corporativas de Bienestar Animal de Mercy For Animals Latinoamérica, señala que en esta organización están «conscientes de que un solo cambio en las políticas de una compañía alimentaria puede reducir el sufrimiento de miles de animales».
Además, implementar políticas de bienestar animal, como asumir un compromiso público para eliminar las jaulas de su cadena de suministro de huevos o añadir opciones a base de plantas a su oferta», es un excelente inicio para eliminar la crueldad animal.
Las empresas fungen como un elemento para reducir el sufrimiento de los animales, además, apelan a las preocupaciones ambientales de sus consumidores. Prueba de ello son las más de 2,300 compañías comprometidas con eliminar las jaulas en sus cadenas de suministro de huevos, entre ellas se encuentran: Danone, Nestlé, Alsea, Pepsico, Grupo Bimbo, Hoteles Barceló, entre otras.
En México, por ejemplo, algunos estudios realizados por Mercy For Animals en conjunto con agencia internacional Ipsos, han revelado que el 91% de las personas encuestadas preferiría comprar huevos de gallinas que no estén enjauladas, lo cual demuestra la importancia que las y los consumidores le otorgan al bienestar animal en sus motivaciones de compra.
Este es un claro ejemplo del poder que pueden ejercer los consumidores sobre los productos o servicios que consumen. De hecho, cada vez es más frecuente que se oferten productos veganos, es decir, que no tienen ningún alimento o componente de origen animal. Este año, por ejemplo, Burger King lanzó una sede 100% vegana en Londres, mientras que en México, Nestlé, a través de la marca Sweet Earth Foods, dio a conocer la Awsome Burger, una carne vegetal para hamburguesa 100% libre de crueldad animal, hecha con ingredientes provenientes exclusivamente de fuentes vegetales.
A partir de estas experiencias, es importante resaltar que las compañías pueden fortalecer las estrategias de negocio, su reputación y mejorar el bienestar animal. De igual forma, el alcance de procurar otras especies también beneficia a la humanidad, ya que estas acciones se alinean a los ODS que contribuyen a crear un mundo sostenible y saludable para el presente y futuro.
Es momento de que la sociedad en general diga YA BASTA de tanta crueldad animal. Nos estamos acabando el planeta. Los animales no tienen la culpa de la actitud del ser humano.
Es hora de pensar en la madre naturaleza.