Nacido como una solución para integrar factores sociales, ambientales y de gobernanza en el mercado de capitales y mundo financiero, hoy el concepto ESG se encuentra entre la espada y la pared. Y tal parece que alinearse a él es cometer un pecado capital en el mundo corporativo frente al movimiento anti-ESG.
¿Qué está sucediendo con el cambio de paradigma que trajo consigo ESG desde hace más de dos décadas y el compromiso de incorporar la sostenibilidad en las finanzas? ¿En qué momento el movimiento en su contra tomó tanta fuerza? ¿De qué va exactamente? Y lo más importante… ¿significa que llegó el momento de abandonar la responsabilidad que han adquirido las empresas al contrario, reforzarlo?
¿Qué es el movimiento anti-ESG?
Es un movimiento que involucra tanto a personas como organizaciones, stakeholders, y más, quienes no consideran importantes los factores ESG en la toma de decisiones. Es liderado por republicanos y grupos de reflexión conservadores, lo cual no es de menor importancia, ya que tan solo en EE.UU. el 70% de los altos ejecutivos son republicanos y tienen un sentimiento de derecha.
Si bien hasta el momento el movimiento no tiene una estructura unificada o una organización clara, sí cuenta con un gran peso y sus principales reinvindicaciones incluyen:
- Prohibir o restringir que las empresas de gestión de activos inviertan o voten teniendo en cuenta factores ESG.
- Prohibir la inversión o la contratación con instituciones financieras que «boicoteen» las industrias de combustibles fósiles y armas de fuego por motivos ESG.
- Alegar que las alianzas de instituciones financieras comprometidas con la descarbonización de sus carteras podrían constituir violaciones de la legislación antimonopolio.
Otras actividades de la amplia campaña contra los ESG son:
- Los legisladores republicanos bloquearon recientemente una norma del Departamento de Trabajo que permite a los asesores de planes de inversión considerar los factores ESG como parte de la responsabilidad fiduciaria. Se espera que el Presidente Joe Biden vete su decisión.
- La creación de un ETF temático llamado Strive que amasó cientos de millones de dólares de inversores que deciden ignorar los factores ASG.
- Un total de 43 resoluciones de accionistas conservadoras «anti-ESG» presentadas por el comentarista de Fox News Steven Milloy y el Centro Nacional de Investigación de Políticas Públicas, que se aprobaron en un porcentaje del 7%, frente a una media del 30% para el resto de resoluciones de accionistas.
- Una reacción contra Larry Fink, Consejero Delegado de BlackRock, por su apoyo a la lucha contra el cambio climático.
- La amenaza de una demanda antimonopolio hizo que Glasgow Financial Alliance for Net Zero (GFANZ) abandonara la Race to Net Zero y suavizara su enfoque de la desinversión en combustibles fósiles.
Como se percibe, el movimiento anti-ESG defiende enfoques alternativos a las prácticas empresariales y de inversión, y aboga por métricas y prioridades diferentes que dan importancia a los rendimientos financieros por encima de las consideraciones ESG.
Anti-ESG continúa ganando atención e influencia, desafiando al concepto y generando debates sobre la sustentabilidad y RSE de las estrategias corporativas y decisiones de inversión. En síntesis podríamos decir que se trata de una reacción conservadora contra la realidad del cambio.
Reacción de las empresas frente al movimiento anti-ESG
A nivel global, gran cantidad de empresas se encuentra comprometida con ESG, ejemplo de ello es nuestro país. Tan solo en México, el 64% de compañías tiene estrategias ESG, ya que esto se traduce en disfrutar de beneficios en los negocios:
- Ventaja competitiva y reforzamiento de marca.
- Resultar atractivas para inversores y prestamistas.
- Mejora del rendimiento financiero.
- Fidelizar a los clientes.
- Operaciones empresariales sostenibles.
No obstante, tras la aparición del movimiento mencionado, muchas empresas han tenido reacciones variadas, están aquellas que siguen trabajando en su RSE y cumpliendo los compromisos que generaron, pero evitando usar el concepto ESG para destacar sus esfuerzos; mientras que hay otras que mientras trabajan buscan nuevas formas de describirlo, comunicarlo y abordarlo. Por otro lado, existen compañías que han optado por cerrar los fondos ESG y perder interés en ello.
¿Llegó el momento de abandonar los esfuerzos de RSE?
Actualmente, líderes, ejecutivos e involucrados se están haciendo esta pregunta, y si bien la respuesta aún no es definitiva, sí podría ser muy certera si nos enfocamos en los datos duros. Recordemos que el Environmental, Social and Governance es un área de la comunidad inversora que se centra en resaltar el riesgo en las carteras de inversores frente a una matriz de factores ambientales, sociales y de gobernanza.
Y son los inversores quienes tienden a abordar la evaluación del riesgo de forma numérica, examinando a las empresas en una amplia gama de datos e información en comparación con otras organizaciones del mismo sector. Esto forma parte de la RSE de la compañía, y por supuesto del interés que las empresas puedan despertar en los inversores.
Ahora, se podría pensar que ante el movimiento anti-ESG los inversores podrían estar disgustados con ESG, pero… tal parece que no es así. De acuerdo con un artículo especializado en el tema, se realizó una encuesta en la que se les hizo la misma pregunta a los inversores en 2021 y 2023 respecto a ESG, y los resultados fueron los siguientes:
«Al pensar en las empresas en las que invierte o a las que cubre, indique en qué medida está de acuerdo o en desacuerdo con las siguientes afirmaciones»:
- Año 2021: Deben integrar la ESG directamente en su estrategia empresarial: 70% de acuerdo.
- Año 2023: Deben integrar la ESG directamente en su estrategia empresarial: 82% de acuerdo.
«Deben realizar gastos que aborden cuestiones ESG relevantes para su negocio, incluso si ello reduce la rentabilidad a corto plazo.»
- Año 2021: Deben integrar la ESG directamente en su estrategia empresarial: 66% de acuerdo.
- Año 2023: Deben integrar la ESG directamente en su estrategia empresarial: 76% de acuerdo.
La forma en que una empresa gestiona los riesgos y oportunidades relacionados con la sostenibilidad es un factor importante a la hora de tomar decisiones de inversión.
- Año 2021: Deben integrar la ESG directamente en su estrategia empresarial: 75% de acuerdo.
- Año 2023: Deben integrar la ESG directamente en su estrategia empresarial: 79% de acuerdo.
No obstante, esta opinión no es aislada, un claro ejemplo es lo que sucede con las empresas mexicanas, uno de sus mayores problemas es hallar financiamiento cuando no satisfacen expectativas ESG. Según el estudio CEO Outlook 2023 generado por KPMG, hasta el 25% de las empresas a nivel global y 22% de las empresas en nuestro país se enfrentan a dichos impactos.
Entonces… ¿llegó el momento de abandonar los esfuerzos de RSE? La respuesta es un rotundo NO.
Cómo enfrentar el movimiento anti-ESG
Una de las respuestas más latentes es no promocionar los avances y trabajo en ESG como se solía hacer y para continuar haciéndolo, podríamos bautizar el concepto con uno nuevo. Esto significa que ESG continuará existiendo pero quizá no lo conozcamos como tal. Ejecutivos se están enfrentando a este cambio viviendo una confusión o midiendo sus palabras cuando se refieren al término; algunas opciones están siendo «negocios responsables» o simplemente ser directos, y cuando quieren hablar sobre «esfuerzos para reducir el uso de agua», por ejemplo, hablan como «nuestros recursos naturales».
Esta acción podría ayudar mantener a ESG en un bajo perfil mientras el movimiento anti-ESG continúa en boga, sin perder los esfuerzos ni bajar la guardia en ellos por pensar que los factores ambientales, sociales y de gobernanza han quedado totalmente atrás.
Aunado a ello, es importante destacar que también está surgiendo una contraparte al movimiento anti-ESG. A principios de diciembre de 2023, un grupo de defensores de ESG anunció una campaña de más de $10 millones de USD en respuesta a la creciente oposición.
Con más de 150 proyectos de ley y resoluciones en contra presentadas en 37 entidades de Estados Unidos este año, según un informe de la firma legal Simpson Thatcher, «Unlocking America’s Future», busca una solución.
Los defensores de ESG sostienen que, a pesar de la resistencia y la proliferación de leyes anti-ESG, el enfoque en la inversión responsable es esencial para el futuro financiero y sostenible. Asimismo, argumentan que abandonar estos criterios no solo socavaría los avances hacia una economía más ética y sostenible, sino que también aumentaría los riesgos para los inversores a largo plazo.
Por ello, están intensificando sus esfuerzos para educar y comunicar, mientras que difunden la idea de que los criterios ESG no son simplemente una tendencia pasajera, sino una respuesta estratégica a los desafíos contemporáneos.
¿Qué nos depara el futuro en ESG? Quizá aún es pronto para saberlo específicamente, lo que es un hecho es que tantos avances no podrían desaparecer de un día al otro.