Cada día son más las empresas que adoptan un código de conducta.
Algunas porque se los exige la Ley Sarbanes-Oxley, otras por ser un requisito para las empresas que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), y otras más, que sin cotizar en el mercado bursátil, han visto una mejor práctica en implantar un sistema de gobierno corporativo, lo cual implica definir su propio código de conducta.
Algunas organizaciones han adoptado este código por ser una de las principales herramientas para implementar las buenas prácticas de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) y, en menor número de casos, porque el cliente se lo está requiriendo a sus proveedores.
Por la importancia del compromiso que se asume con estos grupos de interés, es responsabilidad del Gobierno Corporativo o del Consejo de Administración de la empresa, la aprobación del código de conducta.
El Economista, Valores y Dinero, p12