Por Emilio Guerra Díaz
No obstante que esta fundación no es una institución empresarial, desde el punto de vista de responsabilidad social corporativa ofrece grandes aportes pues continuamente tiene como socio a Fomento Social Banamex para realizar sus acciones. En otorgamiento de donaciones, sin duda, es una de las fundaciones más generosas en México y como pocas, apoya en gran medida a instituciones asistenciales.
Las cualidades de esta fundación son diversas y dan distintas lecciones tanto a empresas y empresarios como a filántropos en ciernes también, pues conocer su vida y trayectoria filantrópica muestra que una cosa es donar desde el presupuesto de la empresa (contra utilidades de los inversionistas) y otra, hacerlo también desde el propio bolsillo. Además la mística de ayudar a distintos grupos vulnerables destinando miles de pesos a organizaciones que difícilmente contarían con recursos para operar y atender a sus beneficiarios.
Desde hace algunos años la Fundación Alfredo Harp Helú también apuesta al fortalecimiento de organizaciones filantrópicas y ha venido invirtiendo en ofrecer becas para que las instituciones que reciben fondos también cursen talleres y diplomados para profesionalizar el trabajo de sus directivos y colaboradores, en diversos temas: voluntariado, movilización de recursos y procuración de fondos, consejos directivos, finanzas para organizaciones sin fines de lucro, comunicación, elaboración de proyectos, etc.
Don Alfredo fundó esta institución en 1990 con el propósito de impulsar el desarrollo comunitario a través de la idea de apoyar iniciativas que permitan a los beneficiaros con recursos “semilla” que florecen con el apoyo de las organizaciones civiles. En realidad los esfuerzos filantrópicos de Harp Helú hoy están reunidos en 3 fundaciones, la homónima que lleva la batuta, la que segunda se dedica a fomentar y apoyar el deporte y la tercera tiene su presencia en el estado de la República donde el empresario tiene su corazoncito: Oaxaca.
La pasión que tiene Alfredo Harp Helú al beisbol no es secreto, y ha servido para inspirar un programa de movilización de recursos que se conoce como Home Runs Banamex y que este año cumple 17 años de estar operando. Se trata de una acción de donación donde por cada home run (cuadrangular) que algún beisbolista del equipo Diablos Rojos de México conecta, se destina cierto monto a un fondo que habrá de destinarse mediante convocatoria a organizaciones filantrópicas.
Hace algunos días se dieron a conocer los resultados de la presente edición donde la Fundación Alfredo Harp Helú destinará 7 millones 597 mil pesos para 142 organizaciones del Distrito Federal y otros 5 millones para asociaciones oaxaqueñas.
A partir de este año la donación económica que recibirán las organizaciones estará acompañada de apoyo para su fortalecimiento institucional que darán el Centro Mexicano para la Filantropía en materia de impulso a los Indicadores de Institucionalidad y Transparencia y el programa de tecnología Digital y la Fundación Merced con su Diplomado Dirección y Gerencia de Organizaciones sin fines de Lucro, que por cierto ya ha probado con casi una década de trabajo, su validez para formar profesionales que administren organizaciones y estén en condiciones de movilizar mayores recursos y trabajar por medir el impacto de sus acciones.
Si se analizan los 17 años del programa en los que ha apoyado a organizaciones filantrópicas el resultado es contundente: Ha otorgado 132 millones de pesos beneficiando a 750 instituciones. Pero esta cifra sólo responde a una de las vertientes en las que destina recursos (Asistencia Socia) vía el Programa Home Runs. Si se observa todo el panorama, que incluye: Apoyo al Deporte; a Desastres Naturales; Micro regiones y proyectos productivos; Medio Ambiente; Cultura; Becas; y, Educación a distancia, construcción y equipamiento, la Fundación Alfredo Harp Helú desde su creación ha invertido más de 8 mil millones de pesos.
Sin duda, esta es una de las fundaciones mexicanas más generosas y valiosas que hay en el país. Don Alfredo eligió cambiar su vida y del éxito en los negocios, ahora es sin duda, un filántropo que va marcando tendencias. Otros empresarios se encuentran todavía en el debate si la responsabilidad social es hacer filantropía y si esta “resuelve” los problemas de la pobreza.
Harp Helú, sus fundaciones, las iniciativas que apoya, las organizaciones que son socias y su vitalidad, muestran que la filantropía y la inversión social vienen a ser complementos de los recursos que destinan otros sectores, público y empresarial para el bien común. La filantropía bien encausada se traduce en una inversión social y desde luego no es la panacea a los problemas, no busca ni sustituir ni hacer de los beneficiarios personas conformistas o pedigüeñas, se trata de crear habilidades en la gente y responsabilidades públicas colectivas que asumir.
Emilio Guerra Díaz
Emilio Guerra cuenta con amplia experiencia en la Gestión de la RSC, destacando su trabajo en el área de vinculación con la comunidad que potenciar la inversión social empresarial. Ha gerenciado fundaciones empresariales.
Justo hoy estuve en esa capacitación que dio personal del CEMEFI; la que me pareció más aterrizable y práctica fue la de cómo elaborar el Informe Anual! Ricardo Reynoso, en un lenguaje coloquial, nos dio el A, B, C de cómo lograrlo y entonces, lanzamos las campanas al vuelo!
Gracias!