Por: Emilio Guerra Díaz
Qué debate se ha dado en las últimas semanas en España respeto a una donación por 320 millones de euros que hiciera el empresario Amancio Ortega Gaona (de las tiendas Zara) para que el ministerio de salud adquiriese aparatos médicos de punta tecnológica para diagnosticar y atender el cáncer de mama. Con eso recurso se podrán adquirir 290 aparatos que serán destinados solo a hospitales públicos de distintas comunidades autónomas entre ellas Madrid.
Del donativo de Ortega Gaona se han dado distintas reacciones, unas con aire de intelectualidad que más bien son debates ideológicos, y otras disertaciones que constituyen más bien un frente abierto de la izquierda contra los empresarios y en particular de hombres ricos y sus fundaciones.
Dicha brega ha sacado a la luz pública distintos elementos que prácticamente se pueden trasladar a México pues nos recuerdan ciertos pasajes de personajes políticos respecto a la filantropía donde podemos encontrar grandes paralelismos por su rechazo a la riqueza, la generosidad y que ocurran fuera de la esfera del poder gubernamental.
Una de las principales opositoras de que el gobierno reciba la donación de la Fundación Amancio Ortega Gaona es la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública, quien incluso movilizó a centenares de ciudadanos en “la Marea Blanca” que se expresaron en las calles de distintas ciudades contra la donación y le siguieron otras organizaciones como la Federación de Burócratas al servicio de la sanidad. Pero dentro de la vida política Podemos un partido político, se ha mostrado implacable y pese a las críticas a la filantropía de Amancio Ortega paradójicamente en su sitio electrónico se ve cómo piden financiamiento para el partido y piden dinero para diversas actividades a través del crowdfunding.
La Fundación Amancio Ortega Gaona fue creada en 2001 y cuenta con un amplio portafolio de inversión que apoya la educación, la niñez y la salud.
En respuesta a las críticas, Miguel Alba ha escrito un gran artículo en Vox Populi, “La donación de Amancio Ortega y la caza al rico” (junio 12 DE 2017) donde señala que los opositores de recibir la donación son funcionarios públicos de izquierda que “…son su tribu a la que sólo ellos pueden guiar (a los necesitados) a la tierra prometida. Sin otro maná que el suyo. Ese que llega siempre desde la esfera de lo público. Dinero, dinero y dinero público para pagar alguna de sus ‘grandes transformaciones’ sociales allí donde gobierna la nueva izquierda: los semáforos paritarios, carriles bici desiertos, sin ningún tipo de seguridad para el ciclista, o aceras más anchas para seguir recortando las libertades de los conductores. A los pobres y enfermos no se les puede tocar porque son los que les votan”.
¡Cómo nuestro Miguel Ángel Mancera y su “conspicua” Tania Müller (pariente política de López Obrador) se ven reflejados en ese párrafo!, pues al amparo de realizar obra pública para recibir su moche (eso se dice), han cortado carriles en avenidas donde fluía bien el tráfico (Patriotismo, Reforma, por ejemplo), y alentado la vialidad prolongando numerosas esquinas con los postecillos negros y más y más concreto. Como consecuencia se tiene mayor incremento de la polución, aunque la titular de Medio Ambiente postee en redes sociales fotos de que toda anda bien.
Javier Arnal en el periódico digital El Confidencial (15 de junio de 2017) escribió ante las críticas de los políticos de izquierda que criticaron el donativo de Amancio Ortega: “Podemos buscar anular la vida social, cultural y empresarial, y convertir al Estado en único proveedor de servicios ciudadanos. En definitiva, adueñarse del tejido social, para domesticarlo, que sirva a sus intereses ideológicos y plataforma para un crecimiento en votos para su partido. Para esa estrategia, Amancio Ortega, el máximo accionista de Inditex, es un obstáculo, personifica lo que la formación podemita (es decir, del partido político Podemos) desea desterrar, alegando los derechos humanos y la dignidad humana”.
Ese pasaje identifica en México a muchos personajes de izquierda que consideran al Estado, léase gobierno, cómo el único proveedor del bienestar social y que estima que la filantropía privada no debiese existir.
Otro articulista, José Antonio Zarzales en El Confidencial (junio 17 de 2017) planea que Antonio Amancio “…no era rico por herencia ni porque le hubiese tocado la lotería. Ha sido un hombre hecho a sí mismo, discretísimo, que vive a pie de su fábrica, en Arteixo (A Coruña) y al que no se le conoce ni una sola excentricidad. Elude pronunciamientos políticos, se ha retirado de la línea ejecutiva dada su edad para que la empresa le sobreviva, Inditex tiene desde 2012 un Código de Conducta y Prácticas Responsables y ha suscrito compromisos nacionales e internacionales sobre el trabajo digno, los derechos de los trabajadores, sobre la corrección en las prácticas de sus proveedores, sobre sostenibilidad, sobre el cumplimiento tributario y sobre los derechos de los consumidores”.
¿Qué es lo que sucede respecto a críticas a filántropos por ser hombres y mujeres de fortuna?
En España como en México el ejercicio de la filantropía que fluye de manera organizada a través de fundaciones, además de observar el cumplimiento de disposiciones fiscales y legales, fortalece el poder ciudadano de la sociedad civil, lo que molesta a un buen número de políticos, funcionarios públicos y analistas porque pueden ver acotados, tanto su influencia para maniobrar políticamente con los recursos públicos, como el poder que tienen hasta hoy en el monopolio de edificar las leyes a modo y proteger sus intereses.
Con frecuencia lo primero que aquellos hacen es denostar que haya gente que con su trabajo hayan creado riqueza lo que les genera profundo rencor y les atribuyen poderes supraestatales. Lea las palabras de Xavier Mas De Xaxàs, en Vanguardia (17 de junio de 2017): “los filántropos, por tanto, acaban teniendo más influencia en la sociedad que los políticos. No son cargos electos, están al margen del escrutinio de las instituciones públicas y, sin embargo, tienen la capacidad de condicionar la acción del Estado”. Para muchos hacer el bien público es monopolio que corresponde sólo a los políticos.
Ricardo Monreal, un hombre del cual se dice que presuntamente se ha enriquecido con recursos públicos (y que al amparo de oportunidades de negocios derivados de su manejo ha crea sus empresas para su beneficio privado) anunció la futura publicación de un pasquín “La filantropía y la caridad, negocios millonarios”, donde seguramente habrá de verter sus rencores sociales, muy propios de la izquierda, contra quienes han creado lícitamente una fortuna. Criticará seguramente manifestaciones filantrópicas, pero el zacatecano debe tener cuidado en la redacción pues se puede pisar la cola, ya que para tratar de limpiar su imagen por las concesiones de obra pública a su hija y los “donativos” que Pedro De Antuniano iba a dar quien sabe a quién, movilizó a su esposa para formar y encabezar un voluntariado en la delegación Cuauhtémoc para mejorar su imagen. Uso de la filantropía para asuntos políticos, puro populismo.
Entre las tesis que el delegado de Cuauhtémoc sostuvo respecto a las cantidades en efectivo manejados por su equipo de trabajo habló de había constituido un fondo revolvente (con dinero cuyos orígenes no fueron aclarados) para ayuda de pobres que, sin cumplir los requisitos de ley, que si observa la filantropía organizada, asigna los recursos a discreción como lo hiciera López Obrador haciendo de los pobres un patrimonio político “sus viejecitos”. Monreal un rato es funcionario público, otro un “filántropo” pero que “dona” recursos públicos y siempre lacayo del eterno candidato tabasqueño quien ha usufructuado políticamente como nadie la caridad con tantos miles de personas, ojalá que también lo cite en su libelo.
Zarzales da un paso adelante y señala que más bien el debate de aceptar o no las donaciones de Amancio Ortega, debe centrarse en “cómo optimizar la filantropía… y cómo recuperar un buen diálogo social con el empresariado comprometido con su país”.
Así, la filantropía ciertamente goza de fuertes críticos (a menudo quienes nunca han donado a una organización) pero los beneficios son harto atractivos porque es un poder en medio del político y el empresarial que requiere toda nación. Además, los bienes públicos no se constituyen sólo por la afluencia de recursos de gobierno, sino también de la sociedad civil.
Coincidimos plenamente con Miguel Alba: “el rechazar las donaciones de particulares, sean de Amancio Ortega o de la señora María, es rechazar de plano las iniciativas de la Sociedad Civil. Silenciarlas porque sólo Podemos y adláteres pueden ser la voz de la calle. Detrás de todo ello subyace la mentalidad de someter la voluntad del ciudadano a la de los políticos-funcionarios recortando sus libertades y su capacidad de acción. Cuando se produce la captura de la sociedad civil por el poder político esto desemboca en la creación de privilegios, el estancamiento y el subdesarrollo económico. Por tanto aquí hay en juego algo de muchísimo más calado que la donación concreta de un individuo en particular. La Sociedad Civil es un actor incomodo tanto para aquellos que buscan mantenerse en el poder sacrificando el bien común en aras de intereses particulares como para aquellos que tratan de capturarlo o asaltarlo”.
Desde el Consejo Directivo
El presidente del Directorio compartió con sus colegas que las alianzas entre gobierno y empresarios a través de la filantropía es provechosa. Recordó que Citibanamex y Fundación Alfredo Harp Helú iniciaron el programa de empate de donativos 1 x 1 por Oaxaca, donde por cada donativo recibido por el público la empresa y la fundación destinarán una cantidad igual. Los donativos recibidos en esta campaña se destinarán a damnificados de comunidades pobres que fueron afectados por la tormenta Beatriz. Las donaciones se podrán hacer a la cuenta de Fomento Social Banamex a su cuenta 23, sucursal 100, o transferencias electrónicas, clave: 002 180 010 000 000 235, dicha asociación entregará los recibos deducibles de impuestos. Para obtener mayor información hay que llamar a los teléfonos: 1226 4362 y 1226 6025.
Intensa fue la actividad de varias fundaciones universitarias o que apoyan la educación media superior y superior que la semana pasada entregaron becas a sus estudiantes, dijo la secretaria del Consejo Directivo. Citó que las Fundaciones de la Universidad Autónoma del Estado de México (benefició a 50 estudiantes), la Fundación de la Autónoma de Baja California (aplicó 7 millones de pesos) y la Fundación Antonio Gutiérrez de Coahuila están apoyando a un importante número de alumnos. Tan solo la última recaudó 800 mil pesos gracias al programa de redondeo del Súper Gutiérrez que les permitirá apoyar a 729 alumnos del próximo semestre. Recursos privados que apoyan a los públicos.
El Tesorero compartió que la Fundación IMSS estuvo muy activa en su trabajo a favor de los derechohabientes del instituto pues firmó un convenio con Sanofi para impulsar la investigación científica, recibió un apoyo en especie de 5 mil pruebas para detectar cáncer y papiloma humano y señaló que la recaudación de fondos ha crecido considerablemente respecto al año pasado.
El director expresó a sus colegas que la Fundación Carlos Slim y Samsung están uniendo esfuerzos para apoyar la salud pública en lo que concierne a la cartilla de vacunación a la que tienen derecho todos los infantes para dar seguimiento a que tengan completo su cuadro de vacunación. La alianza permitirá digitalizar la cartilla para facilitar el manejo de expedientes tanto por médicos como por familiares.
Emilio Guerra Díaz
Emilio Guerra cuenta con amplia experiencia en la Gestión de la RSC, destacando su trabajo en el área de vinculación con la comunidad que potenciar la inversión social empresarial. Ha gerenciado fundaciones empresariales.