La Fundación Avina, organización civil generadora de vínculos entre empresas sociales exitosas en América Latina, inicia actividades en México, donde buscará reunir a los trabajadores del servicio de limpia para mostrarles cómo es factible crear cooperativas para no sólo recolectar, sino iniciar empresas recicladoras, explicó el director de la organización, Sean McKaughan.
«En el noreste de Brasil hay cooperativas de recicladores, encontramos que 98 por ciento de las latas de aluminio son recicladas y no viene de un programa de gobierno, sino de la gente en la playa que las recoge», comentó el directivo.
En la mayor parte de las ciudades de América Latina existe el trabajo de recolección de los desechos, pero carecen de protección social, por lo que Avina se dio a la tarea, con otras organizaciones, de generar encuentros entre ellos para conocer modelos exitosos.
«Esto ha llevado un movimiento de recicladores con resultados, por ejemplo, de una ley en Perú, el año pasado, que reconoce el trabajo de los recicladores y permite que las cooperativas accedan a licitación pública para servicios de reciclaje en las grandes ciudades.
«Lo mismo ha pasado en Buenos Aires, en donde por ley tienen que dar las licitaciones de reciclaje a cooperativas de recicladores», manifestó McKaughan.
La Fundación Avina, aclaró, es una organización con recursos económicos limitados para proyectos de 14 países, su función no es abrir empresas, sino generar vínculos para que los actores conozcan experiencias y las retomen, con la asesoría de los protagonistas.
«Lo que sí hacemos es aprovechar la organización de cooperativas en alguna ciudad, tratamos de promover que haya más, masificar las experiencias exitosas», subrayó el experto.
El viernes, en el Centro Cultural Universitario de Tlatelolco, a partir de las 9:00 horas, se realizará un foro en el que Avina mostrará a las organizaciones civiles mexicanas las amplias posibilidades de conocer cómo en ciudades latinoamericanas se han superado conflictos diversos, a partir del aprendizaje y la capacidad de emprender.
«El viernes vamos a tener una persona con liderazgo de la comunidad de pepenadores de Bogotá, que ha negociado con el gobierno un plan de reciclaje para toda la ciudad», apuntó McKaughan.
En Santa Cruz, Bolivia, una cooperativa comunitaria tiene a cargo el manejo y la distribución del agua potable, en un esquema que en Ciudad de México puede ser replicado para crear empresas sociales que capten la lluvia y reduzcan la falta de suministro en colonias populares, aseveró el especialista.
Así lo dijo
«Creamos relaciones entre actores que hacen transformaciones, en el DF hay muchos actores que mejoran las condiciones de vida, queremos traer nuevas ideas y conectarlos con otras experiencias de América Latina». Sean McKaughan, director de Fundación Avina.
Fuente: Reforma, Ciudad, p. 3.
Por: Mirtha Hernández.
Publicada: 23 de junio de 2011.
