Uno de los objetivos de desarrollo sostenible ODS marcados por la ONU es hacer accesibles los programas de salud y el acceso a tratamientos para enfermedades, es por eso que la Fundación Carlos Slim se encuentra desarrollando un programa de Inversión Social, al igual que BioMarin, una farmacéutica que decidió desde hace ocho años, introducir a México terapias para padecimientos poco frecuentes.
Las dos instituciones implementan sus programas de Responsabilidad Social, con la firma convicción de aportar en beneficio de los más vulnerables, impactando de manera positiva la salud y la calidad de vida.
Roberto Tapia Conyer, director de Fundación Slim, fue reconocido con el Premio al Mérito Médico 2017, ya que impulsa proyectos que involucran a diversos sectores de la sociedad, buscando la mejora en la calidad de la atención en salud para las poblaciones más necesitadas.
Fundación Slim separa la RS para ir más allá junto con la inversión social. Así aprovecha los recursos tecnológicos para financiar proyectos dirigidos a establecer herramientas y generar alternativas en educación, salud, empleo y conservación del medio ambiente, con la finalidad de reducir los márgenes de inequidad.
De acuerdo con Roberto Tapia, miembro de la Junta de Gobierno de Instituto Nacional de Salud Pública, acelerar la investigación en la genómica en las poblaciones mexicanas y latinas, ha permitido, a través de la generación de innovaciones y soluciones específicas, descubrir genes de mayor preponderancia al desarrollar soluciones que se puedan aplicar en políticas públicas sustentables.
También se ha implementado el modelo Casalud, que es dirigido a la base de la pirámide del sistema y que opera en 12 mil unidades de la Secretaría de Salud en México.
Con ese sistema se reducen los riesgos de las enfermedades crónico degenerativas, a través de la estrategia de Medición Integrada para la Detección Oportuna (MIDO).
“Hemos mejorado con la introducción de plataformas de salud digitales la dinámica del sistema con medidores sobre la atención médica y la modificación del Índice de la Calidad de Atención en Diabetes, lo que nos ha ayudado a mejorar el servicio y la calidad de vida y en las detecciones oportunas.
Para la Fundación Slim es prioridad contar con acciones que sumen fuerza a la lucha contra el cambio climático y para la protección de los ecosistemas a través de su aliado, en el Foro Mundial para la Naturaleza, con cerca de 60 proyectos que son dedicados a la preservación de especies y a la productividad de los mares, respetando los procesos de vida, así como garantizando el cuidado de las reservas para que se conviertan en espacios de ecoturismo.
De acuerdo con Milenio, Tapia Conyer dijo que uno de los principios base en una fundación es siempre ser congruentes con el código de ética del corporativo del que emanan los recursos y evitar el conflicto de intereses.
Las acciones de la fundación son totalmente independientes, pero aprovechando la experiencia corporativa y la disciplina al ser obligatoriamente medibles en sus resultados y aportaciones.