“Que la comida sea tu alimento y el alimento tu medicina”.
Hipócrates
Por: Emilio Guerra Díaz
Ha concluido el maratón “Guadalupe Reyes” aunque algunas personas estiman que éste llega hasta alcanzar el apellido “Candelaria”, por aquello de que quienes encontraron al “niño Dios” en su trozo de rosca, tendrán que pagar los tamales y por tanto sigue la ingesta de alimentos que engordan sigue hasta esa fecha (2 de febrero).
Pero los desórdenes en las comidas de la época nos hacen recordar que amplia es la gama de los trastornos alimenticios que sufre nuestra población. Los cambios en la alimentación que ha sufrido la población en México por lo menos desde hace 20 años es harto compleja. La sociología médica habla del proceso salud-enfermedad como una de sus líneas de estudio. Pues dicho proceso se ha modificado intensamente para llegar a niveles alarmantes que detonan una serie de enfermedades asociadas que generan una problemática especial de salud pública.
Hoy nuestra población se encuentra entre el exceso de ingesta de alimentos no necesariamente nutritivos o que constituyan dietas balanceadas y la escasa actividad deportiva o de movilidad física. Pero otro problema, muy grave y discreto lo constituyen la anorexia y la bulimia.
La anorexia se entiende como “falta anormal de ganas de comer, dentro de un cuadro depresivo…” según la Real Academia de la Lengua Española, mientras que a la bulimia la define como: “gana desmesura de comer, que difícilmente se satisface…”
Desde hace varios años, preocupada por la falta de comprensión de la etiología de esas enfermedades y la carencia de clínicas para su tratamiento, la Psicóloga Araceli Aizpuru de la Portilla se dio a la tarea de crear la Fundación Ellen West (FEW) que se dedica a la prevención y tratamiento de la anorexia y la bulimia, enfermedades complicadas y actuales.
La FEW ha sido pionera en el tratamiento y su enfoque permite tener garantía de que tanto las personas que tienen anorexia o bulimia pueden superar estos trastornos. Ha marcado la pauta para una atención integral y sobre todo han resultado muy útil las herramientas para detectar si una persona sufre alguno de estos trastornos. A lo largo de más dos décadas de trabajo ha constituido un modelo de atención efectivo.
A pesar de que son diversas las causas de estos trastornos no se pueden separar factores sociales que también son determinantes para estimular que jóvenes incurran en prácticas de provocarse el vómito o no consumir los alimentos en raciones necesarias, como por ejemplo, estereotipos de belleza que han impuesto la idea de que la mujer bella es la más delgada; tendencias de moda que propone la industria textil y de cosméticos, de confección y alta costura y consumo de cierto tipo de alimentos exclusivamente. En el extremo se encuentra también el abuso del ejercicio para mantenerse en forma y dietas extremas. Otra amenaza son la aparición, comercialización y consumo de productos “milagro” para bajar de peso.
Pese a la creencia popular de que la anorexia y bulimia sólo afectan a la mujer, la verdad es que también un amplio número de varones enfrenta a estos trastornos. También ronda la idea de que sólo son los adolescentes en un rango de edad, quienes la padecen, pero la verdad es que los trastornos se pueden presentar en todas las edades.
Precisamente por los cambios del proceso salud-enfermedad concerniente a los trastornos alimenticios, la FEW está emprendiendo diversas acciones tanto de fortalecimiento institucional como también para ampliar y para atender a más personas que padecen trastornos no sólo los de anorexia y bulimia, sino también las que están asociadas a enfermedades por ingesta de alimentos como el sobrepeso y la obesidad.
Estos últimos trastornos pueden tener otra lógica en su etiología, pero dos factores sociales muy frecuentes son: por un lado, el ritmo familiar de incorporación a la vida productiva o de generación de ingreso que ocasiona que los miembros de la familia trabajen y disminuya el tiempo destinado a la preparación de alimentos. Para saciar el hambre o cubrir un alimento se recurre a comer alimentos preparados fuera del hogar.
La situación económica y el ingreso de la población también alentó por mucho tiempo el consumo de alimentos de alto contenido calórico. Por otro lado, la comida rica en grasas se ha inscrito más que nunca en el sistema de auto recompensas de la población que toca los ritos asociativos que giran en torno a compartir alimentos. En toda fiesta, celebración o motivo de esparcimiento hay alimentos de los que se abusa por el consumo excesivo.
Vale la pena señalar también que tanto la anorexia como la bulimia aún no se incluyen en el seguro popular ni han sido reconocidas como asunto de salud pública, por lo que la FEW también está desarrollando un programa de política pública para que organizaciones de sociedad civil que trabajan alrededor de estas pandemias unan esfuerzos para desarrollar una estrategia nacional.
Es deseo de la FEW que ninguna persona que padece alguno de estos trastornos se quede sin la posibilidad de ser atendida, por lo que cuenta con un área de trabajo social para apoyar a personas con escasos recursos. Un grupo de jóvenes, pacientes o personas recuperadas, ejemplo de solidaridad, se están dando a la tarea de crear el programa de voluntariado “ReprogrÁmate” para ayudar tareas de procuración de fondos y brindar más tratamientos a mujeres que lo necesitan y no cuentan con los recursos económicos suficientes.
Otro factor de éxito de la FEW es que brinda servicios a empresas para prevenir la anorexia y la bulimia o detectar si alguno de sus colaboradores o sus familiares enfrentan un trastorno alimenticio y atenderles, por lo que sí su empresa desea este apoyo contacte a la fundación en los teléfonos: 5812 0870 y 5812 0877 o escriba al correo electrónico: [email protected]
Desde el Consejo Directivo
El Presidente del Directorio señaló que muy merecido el reconocimiento que recibió María Elena Ortegón Ojeda en diciembre pasado que le otorgó el Gobernador Roberto Borge, a la Presidenta de la asociación civil, Huellas de Pan, al conferirle el Premio Estatal de Derechos Humanos 2014, por su trabajo a favor del derecho a la alimentación.
María Elena es una mujer carismática que ha sabido encausar los deseos de apoyar a otros a través de prestar servicio voluntario en materia de alimentación a infantes y ha movilizado diversos recursos para constituir un modelo de comedor comunitario en Cancún a favor del derecho a la alimentación; dijo el Presidente. Entregarle el Premio de Derechos Humanos es estimulante para las organizaciones de la sociedad civil que colaboran para el bienestar de población vulnerable o excluida ya que es reconocer el valor del trabajo cotidiano constante y de calidad.
La Secretaria del Consejo pidió guardar un minuto de silencio por el fallecimiento de una gran voluntaria que el país tuvo en la persona de Cecilia Ingeborg María de la Concepción Saviñón Tonti, quién recibiera el máximo reconocimiento en voluntariado que se entrega en México, el Premio a la Acción Voluntaria y Solidaria.
El tesorero del Consejo Directivo expresó que la Fundación Coca Cola entregó más de 8 mil 350 juguetes a niñas y niños en 18 comunidades de 8 estados con motivo del “Día de Reyes”. Compartió con los demás consejeros que Vivian Alegría es una mujer que ejerce un importante liderazgo dentro de la filantropía mexicana y prueba de ello es que los juguetes se dieron a infantes de las comunidades donde la Fundación lleva a cabo su Programa Nacional de Reforestación y Cosecha de Agua.
Emilio Guerra Díaz
Emilio Guerra cuenta con amplia experiencia en la Gestión de la RSC, destacando su trabajo en el área de vinculación con la comunidad que potenciar la inversión social empresarial. Ha gerenciado fundaciones empresariales.
