Por: Emilio Guerra Díaz
No todas las empresas tienen trabajando en forma conjunta a sus áreas de Responsabilidad Social Corporativa y a su fundación. En algunas corporaciones cada área va literalmente por su lado. Sus directivos excesivamente prudentes prefieren “no mezclar asuntos” y delegan a la fundación “la parte bonita del trabajo”, la que consiste en dar donaciones.
Un área acaba haciendo su trabajo sin hacer lucir a la otra y la primera impresión que tienen algunos miembros del consejo de administración es que se tiene un doble gasto. ¿Conviene o no hacerlo? Es decir, ¿Cada quien por su lado? Quienes nos siguen con frecuencia como lectores de este espacio conocen la respuesta: Sí, porque ambas son unidades de negocio que contribuyen a trabajar los indicadores de vinculación con la comunidad.
En el caso de GlaxoSmithKline sucede una unión de esfuerzos que facilita realizar acciones a favor de la empresa, la fundación y la comunidad. Su experiencia permite ver las ventajas competitivas respecto a otros laboratorios farmacéuticos. Su fundación fue constituida en 1989 y en su declaración misional se encuentra el propósito que tiene GSK como empresa, contribuir a mejorar la calidad de vida humana. Ambas instancias están perfectamente alineadas porque la fundación trabaja para tal fin.
Para lograr su objetivo, la Fundación GSK desarrolla dos grandes iniciativas que asemejan la experiencia de muchas fundaciones empresariales norteamericanas: apoya la investigación en este caso médica y patrocina, junto con la Fundación Mexicana para la Salud, el Premio Nacional de Investigación (biomédica).
En los EEUU un sin número de fundaciones empresariales juegan un papel destacado en apoyar actividades en forma discreta de diversos sectores que tradicionalmente en otros países no reciben tanto financiamiento público y privado por pertenecer a ámbitos de interés “aparentemente” modestos o de poca trascendencia como es la investigación científica directa.
Decimos que en “apariencia” porque muchos recursos empresariales se destinan, vía sus fundaciones, a estimular la creatividad e innovación industrial, desarrollo de la informática y de la robótica. También dedican recursos a resolver desde universidades, institutos y tecnológicos necesidades que enfrenta la planta productiva industrial para beneficiar a sus grandes empresas.
El financiamiento se traduce en inversión social de recursos que apoya directamente el trabajo de científicos e investigadores. De esta manera se financian proyectos de institutos, tecnológicos y universidades que benefician con ingresos adicionales al sueldo que reciben sus científicos e investigadores por lo que se les facilita ir a la vanguardia científica y tecnológica.
De esa manera la principal beneficiaria es la misma empresa por los conocimientos generados que se vuelven aplicaciones prácticas para eficientar procesos productivos, revolucionar otros, elevar la productividad e innovar. La comunidad científica recibe sueldos honrosos y reconocimiento a su labor, mientras que el fruto de su trabajo se traduce en bienes para mejorar el bienestar social.
Si se revisa la lista de premios nobel, muchos de estos laureados norteamericanos en su trayectoria profesional fueron beneficiados, directa o indirectamente, por programas de apoyo empresa-fundación-comunidad que pudieron ser proyectos de investigación o becas de estudios de posgrado. De esta manera la vinculación empresa-universidad y centros de investigación resulta ser un círculo virtuoso que une en una cadena de valor a la empresa con sus centros de conocimiento, estudio e investigación.
La Fundación GSK en México contribuye de manera importante con el patrocinio al Premio Nacional de Investigación que reconoce las siguientes categorías: Investigación biomédica básica, biomédica clínica, biomédica epidemiológica y la investigación odontológica. Pero es necesario destacar que gran parte de la valía de intervención de esta institución es que asume un compromiso a largo plazo, lo que no es frecuente en este tipo de fundaciones, ni en el país.
La Fundación GSK aporta soluciones a problemas del proceso salud-enfermedad y la empresa genera los medicamentos necesarios para cumplir con su misión de negocio.
Por su parte, la empresa GSK recientemente implementó el programa Cadena de Valor: Ética y Transparencia, con el que cada proveedor de su relación comercial y de negocios mejorará sus prácticas y desempeño. Por otra parte, el corporativo a nivel mundial se ha planteado el reto de disminuir sus emisiones de carbono para el año 2050. A principios de este año consiguió una certificación de reconocimiento mundial otorgada por Carbon Trust, por los avances que ha logrado en la materia.
A nivel mundial GSK apoya a la Organización Mundial de la Salud con donación de medicamentos como recientemente la firma de un convenio para dotar a varios países africanos de albendasol, medicamente útil en la desparasitación de miles de niños en edad escolar que padecen de enfermedades infecto-contagiosas. Esta es una contribución que apoya al Programa Global para la Eliminación de la Filariasis Linfática.
Esta es una de las razones por la cual GlaxoSmithKline recibió otro distintivo entregado por “Access to Medicine Index” como la empresa farmacéutica más responsable y comprometida en labores humanitarias. También es necesario recordar al lector que es una corporación que en México ostenta el Distintivo Empresa Socialmente Responsable y que en el país ha ayudado a la Red Contra el Cáncer, que aglutina a distintas asociaciones civiles de varios estados de la república. Para ello dispuso de productos con causa para apoyar la recaudación de fondos para las instituciones que trabajan en la prevención y atención del cáncer cérvico uterino.
Emilio Guerra Díaz
Emilio Guerra cuenta con amplia experiencia en la Gestión de la RSC, destacando su trabajo en el área de vinculación con la comunidad que potenciar la inversión social empresarial. Ha gerenciado fundaciones empresariales.