La crisis ambiental causada por las emisiones de CO2, producto de la quema de combustibles fósiles, ya no es discusión sino realidad. Vivimos el cenit de la era del petróleo: Hemos consumido ya la mitad del recurso disponible y el resto es el más difícil de alcanzar haciendo que la inversión para su extracción sea más cara. Esto genera un ciclo decadente en donde cada vez será más cara la energía, ocasionando así una crisis energética.
En pos de hallar soluciones al actual escenario de disrupciones ambientales, la Fundación Holcim trajo a México a mediados de abril su tercer Foro para la Construcción Sustentable, que reunió a más de 270 participantes de 39 países en los cinco continentes del planeta.
Fue un espacio de difusión, generación de ideas para plantear cambios de paradigmas que logren la reinvención de la actividad constructiva (una de las más contaminantes en el orbe) y erradicar las técnicas de construcción tradicionales heredadas del siglo XIX.
En el Foro se planteo la necesidad de un cambio a una matriz energética independiente de los combustibles fósiles, el aprovechamiento del medio ya construido, así como la aplicación de mejores prácticas de diseño y operación para lograr una estabilidad sin comprometer la supervivencia de futuras generaciones.
Aquí se presentan las soluciones propuestas por los principales ideólogos del cambio.
Reinventemos el fuego
La posición de Amory Bloch Lovins* sobre el uso del petróleo es muy clara. El hidrocarburo ya no es competitivo por sus altos costos ambientales y económicos. Por tanto -sostiene el científico- se requiere de una alternativa, que bien podría ser la reinvención del fuego.
Lovins propone una reestructuración de procesos de manufactura de nuestros bienes para que sean mucho más eficientes, abandonando la idea del sobre consumo y sobre producción, ahorrando costos y consumiendo menos energía.
Además, identifica seis sectores que deben de abandonar el uso de petróleo: la aviación, el transporte, la generación de combustibles, las finanzas, los vehículos particulares y la milicia. Todo esto requiere de un cambio de conciencia, en especial al momento de invertir: mientras más se ahorra al principio, más se gastará en la operación y el producto será mucho más caro. Lo mismo aplica para los edificios.
Lovins dice: Imaginen al desarrollo sustentable como una receta. La gente piensa que aventar un montón de ingredientes como celdas fotovoltaicas, LEED, películas solares, greenroofs a un proyecto, es suficiente para obtener un desempeño fantástico.
La solución va más allá de los «gadgets». Comienza por conjuntar las partes que componen el sistema (dueño, inversionista, ingenierías, diseñadores, etc) para lograr lo que él llama un ‘Diseño Integrado’.
Conciencia de empatía
El economista Jeremy Rifkin* introduce a los elementos de la sustentabilidad un concepto interesante: la empatía, definida como la capacidad de compartir sentimientos y emociones con nuestros semejantes.
Rifkin alude con ello a la conexión que tenemos entre sí todos los seres vivos y que nuestro estilo de vida nos ha hecho olvidar. Gracias a la empatía podemos sentir la felicidad y dolor de otros, por lo que al reconocernos como parte de este sistema llamado Tierra, podemos generar una conciencia global.
El escritor plantea que es imposible fijar una meta de restauración de la biósfera si cada elemento actúa con conciencia autónoma, egoísta y materialista. Por el contrario, plantea a la fotosíntesis como el modelo económico más exitoso, pues se basa en el consumo de energía con recursos locales, su demanda de energía se adecuada a su oferta, tiene cero emisiones y cero desechos.
Así, la fotosíntesis es el modelo que debemos tomar para replantear nuestra matriz energética. Para él es muy importante que este cambio se realice en una sola generación.
Las herramientas qu ayudarían a lograrlo son facebook y twitter como excelentes medios de difusión masiva, y que además, se basan en su concepto primordial, la empatía.
En busca del triple cero
El ingeniero Werner Sobeck* plantea que hay que entender los diferentes tipos de consumo de energía que hay en la construcción. Él los separa en dos: Energía incorporada (o gris), que se usa la extracción, procesamiento y manufactura final de cualquier material o sistema. Y la energía de demanda, requerida para operar cualquier sistema, edificio, etc.
Para él es imperativo disminuir drásticamente el consumo de energía basada en combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón) y optar por un sistema que capte, almacene y luego libere su propia energía.
Así, las edificaciones podrían alcanzar un «Triple Zero»: Cero uso de fuentes de energía fósiles, cero emisiones y cero desperdicio. Y claro, esto debe aplicarse durante todo el ciclo de vida de cada proyecto, es decir, en las etapas de diseño, construcción, operación y descomposición.
Sobeck apuesta por lograr diseños ligeros para disminuir el uso de energía; por lo que un buen material debe de ser resistente y ligero, con una energía incorporada muy baja.
La otra piel
Thom Mayne* es todo un teórico de la piel (fachada) de los edificios. Para el arquitecto, la fachada es uno de los componentes más importantes del sistema, y el ejemplo perfecto de que la sustentabilidad se da de manera local.
Él explica que de la misma manera que la piel de los seres vivos debe de adaptarse a su entorno, las fachadas deben responder a los cambios externos (sol, agua, viento, contaminación) e internos (dinámicas en las actividades humanas dentro de los edificios).
Es necesario tener una fachada diferente para cada orientación ya que la situación física de cada una de ellas es diferente. Y para ello la tecnología de hoy día es una importante herramienta.
Mayne mostró un análisis del uso óptimo de cada elemento de la fachada llevándonos a miles de resultados ahora posibles gracias a la tecnología de simulación que debe ser vista como una herramienta de diseño no de predicción de consumos.
Sin LEED ni uranio
Arab Hoballah* está convencido de que no es posible generar un cambio si uno no tiene la convicción de hacerlo y si desconoce las opciones para lograrlo.
Para él es necesario dejar de ver a la sustentabilidad como una moda, sino como una realidad necesaria para la sobrevivencia de la especie humana. Un ejemplo es la aplicación en México del sistema estadounidense LEED (siglas de Líder en Eficiencia Energética y Diseño sostenible, en inglés), pues en lugar de construir edificios que buscan obtener un certificado, los arquitectos deberían diseñar y operar esas edificaciones holísticamente.
Si todos los edificios que se construyeran de ahora en adelante en el mundo fueran LEED Platino, el problema del cambio climático no se resolvería, dice Hoballah.
Arab también deja a la energía nuclear fuera del rango de posibles respuestas a una nueva realidad sustentable, pues a pesar de que es cero emisiones, genera desechos radiactivos, es susceptible de posible terrorismo y la proliferación nuclear. Además, dice, el uranio 235 es un recurso muy limitado, por lo depender de él replicaría la misma situación del petróleo: su agotamiento. Y aún más: la extracción del uranio depende de combustibles fósiles.
**David Domínguez es arquitecto acreditado por el US Geen Building council como LEED AP. [email protected]
Fuente: CNNexpansion.com