Fundación Purina y la Escuela para Entrenamiento de Perros Guía para Ciegos IAP contribuyen a elevar la calidad de vida de personas con discapacidad visual

Con cariño a Silvia Lozada Badillo e Ivón Huerta.

Por: Emilio Guerra Díaz

En las anteriores entregas de esta columna hemos tenido oportunidad de analizar cómo se constituye una fundación empresarial y cómo puede elegir programas que sean acordes con su quehacer de negocio. Pues Fundación Purina es un ejemplo en la coherencia de alinear negocio con causas sociales.

Algún lector podrá comentar que es lógico que si la empresa se dedica a producir alimento para mascotas, entonces apoye causas vinculadas con los animales. Sí, desde luego sí pero vayamos más allá de este punto y pongamos énfasis al aporte social y comunitario de sus programas.

En nuestro país existen diversas discapacidades que marginan a millones de personas a incorporarse a una actividad productiva, a la vida cotidiana o siquiera a los espacios que compartimos con familiares que no padecen ninguna limitante. Su vida, no es normal, y no nos referimos a la situación física o intelectual, porque sus familiares se han encargado de atenderlos y no dejarlos solos.

No, más bien, su vida no es “normal” porque no hemos creado una cultura de integración de personas que necesiten acceder a edificios e instalaciones en silla de ruedas; no tenemos espacios adecuados para invidentes que requieren de la guía y compañía de un perro para utilizar los bienes públicos, o bien, porque no asumimos conductas de integración y convivencia. Todavía tenemos ciudades cuya infraestructura urbana nos hace estar muy lejos de ser de vanguardia.

En nuestro país se estima que el 10% de la población, alrededor de 13 millones de personas, presentan alguna discapacidad. Lo más grave es que existen discapacidades con las que nacen y muchas de ellas pudieron ser prevenidas con un cuidado y seguimiento médico durante el embarazo; pero otras de ellas son adquiridas por otras causas, por ejemplo, los accidentes de tránsito o el avance de la diabetes que deja ciegos a miles de mexicanos por la falta de atención médica.

De tal manera 5.7 millones de personas presentan una discapacidad y poco más de un millón no pueden escuchar o comunicarse. Alrededor de medio millón son ciegos o débiles visuales (y la cifra va en aumento por las razones que hemos señalado).

La periodista Katia D’Artigues en su presentación que hace del Comité Internacional Pro Ciegos señala sobre estos mexicanos que no pueden ver, nos dice “…(ellos) tienen que buscar la manera de hacer su vida sin luz, y desgraciadamente, también tienen que aprender a soportar discriminación y algunos malos tratos al caminar por la calle o buscar empleo”.

Como en México no hemos desarrollado una cultura de convivencia con perros que sean guía de estas personas y adicionalmente no valoramos a otras especies vivas que tienen derecho también a espacios, los recursos para integrar a ciegos son insuficientemente apoyados.

Basta ver con estas lluvias cuántas mascotas, ya sean perros o gatos, son consignados a las azoteas al aire libre. Otros tantos animales fueron adquiridos y mientras son cachorros reciben cariños. Cuando las mascotas revelan que requieren cuidados, limpieza y atención constantes, el destino de muchos cambia y pasan al olvido, a ser una carga e incluso se les abre la puerta de la casa y “se les invita a salir, para que no regresen”.

Por estas problemáticas la Fundación Purina definió el quehacer de su institución que consiste en “difundir y preservar la relación entre seres humanos y los animales de compañía” pero sobre todo, su misión revela la importancia de esta institución: “Garantizar las condiciones necesarias para mejorar la calidad de vida de los seres humanos a través de los animales de compañía”.

Fundación Purina realiza su trabajo bajo el paraguas de tres programas: 1) Terapia Asistida que ofrece ayuda a instituciones dedicadas a la rehabilitación de niños, adolescentes, adultos y ancianos, mediante terapia asistida con animales. Justo ayer de regreso a casa, Emilio mi hijo mayor, recordaba a su mascota Trompi, una hermosa Frech Puddle que falleció hace 3 años y decía que había sido un buen perro, que la extrañaba porque era muy cariñosa. Cynthia, su mamá, le hizo notar que los animales son tan fieles y leales que Trompi siempre cuidó de sus amos y que mucho antes de que Emilio naciera, cuando alguno de los dos se enfermaba, Trompi siempre estaba acostada a un lado y no se levantaba hasta que hubiésemos recuperado la salud. En lo personal una vez en diciembre tuve influenza y duré casi dos semanas con Trompi al lado. Por comprender el amor de mi esposa a las mascotas y el entusiasmo que les da a los niños contar con una nueva mascota, así fue como llegó recientemente a casa una linda Yorkie que le llamamos Camila y que tiene otro temperamento y les da a los niños mucha diversión y cariño.

El segundo programa de Fundación Purina consiste en la Escuela 4 Patas, que está dirigido a apoyar a la familia, en especial a los niños, para que conozcan el gran significado que tiene la relación humano-animal en la sociedad actual y las ventajas que ofrecen los animales para mejorar la calidad de vida. Sin duda establecer una relación afectiva con animales nos humaniza más. El programa da cuenta de las responsabilidades que los humanos tenemos con los animales y provee de información para educar a la mascota.

El tercer programa se denomina Perros Guía para Ciegos. Sin duda también hace una enrome contribución a la comunidad, para ello Fundación Purina establece alianzas con asociaciones civiles como la Escuela para Entrenamiento de Perros Guía para Ciegos IAP.

Tengo a bien contar con la amistad de su directora, Silvia Lozada Badillo, y conocer de cerca los frutos que han dado ambas instituciones para ensanchar las posibilidades de vida de ciegos al brindarles una mascota entrenada para facilitar su desplazamiento por la ciudad, participar en eventos que de otra manera no pudieran aprovechar y por supuesto, les da mayor calidad de vida al permitirles ser relativamente independientes.

He atestiguado en varias ocasiones como Silvia no se limita y predica con el ejemplo al acudir a diversos encuentros del sector filantrópico acompañada de su mascota perro-guía “Arieth”. La última vez que coincidimos fue en el Foro de la Association for Fundraisers Professionals recién celebrado en la Fundación Miguel Alemán y me dio mucho gusto que reconociera mi voz.

El equipo de la Escuela constantemente se capacita y enfrenta nuevos retos por ello, Ivón Huerta está cursando el Programa de Impacto Social y entusiasma ver su compromiso por alentar que un mayor número de empresas contrate a personas con ceguera y puedan acceder a un lugar de trabajo con un perro perfectamente entrenado.

Próximamente, el 30 de julio, Fundación Purina y la Escuela para Entrenamiento de Perros Guía se darán tiempo para celebrar su alianza, 16 años de servicio de la Escuela y compartir la “Graduación de Binomios” como suelen llamarle tanto a la persona ciega que tiene a su nuevo amigo, su perro guía. Este importante evento se llevará a cabo en las instalaciones de la Escuela ubicadas en Av. Canal Nacional 1075, colonia Villa Quietud en Coyoacán. Quien desee participar en este festejo y graduación pueden contactar a la escuela en el 5673 1587.

Emilio Guerra Díaz

Emilio Guerra cuenta con amplia experiencia en la Gestión de la RSC, destacando su trabajo en el área de vinculación con la comunidad que potenciar la inversión social empresarial. Ha gerenciado fundaciones empresariales.